BRICS-África y América del sur

Las labores que desarrolla cada país del BRICS, y el bloque en su conjunto, apuntan a facilitar las herramientas necesarias a los países africanos para superar la pobreza, los acuciantes problemas económicos, y lograr así una estabilidad que les permita tener mejores estándares de vida.


La base de la ayuda radica en compartir experiencias exitosas, como es el programa “Más Alimentos para África”, desarrollado por Brasil en el continente africano, e invertir en el desarrollo de iniciativas económicas, sobre todo en el aspecto agro. La inversión incluye asistencia técnico/profesional, con la que capacitan a africanos en cómo llevar a cabo la explotación agrícola y el uso de maquinaria moderna.

Sin embargo, no todo es economía en la cooperación. La ayuda incluye, además, tareas humanitarias y políticas de pacificación en los territorios en conflicto; además de la proporción de médicos que asistan a las sociedades afectadas, ya sea por la violencia, como por las enfermedades. Destaca la labor realizada por Sudáfrica, y la cooperación de profesionales de la medicina del gobierno chino.

La última cumbre de BRICS en Durban, fue fundamental para acordar acciones a seguir en el continente africano. Precisamente, por realizarse en Sudáfrica, el tema principal fue la cooperación al desarrollo de la región. Aún se están poniendo en marcha los proyectos, y debemos esperar para observar resultados, sin embargo las intenciones son concretas y los objetivos claros. En 2014 se llevará a cabo la cumbre anual del bloque en Brasil, por lo que se esperan posibles propuestas de cooperación para el desarrollo del subcontinente latinoamericano, siguiendo las tendencias anteriores. Este año será clave en las relaciones BRICS-América del Sur.   

La ayuda de los países Brics en la construcción del Complejo Hidroeléctrico Néstor Kirchner-Jorge Cepernic, proyecto que tiene como objetivo generar 1740MW de energía, aprovechando los recursos hídricos del río Santa Cruz, servirá para producir grandes volúmenes de electricidad, recuperar tierras para la producción agraria, aportar alimentos a los habitantes del desierto patagónico y ayudar a afincar poblaciones, donde hace cientos de años fueron expulsadas. Tal el desafío de Argentina, que puede apoyándose en el BRICS resolver problemas estructurales sin ceder soberanía. Esta experiencia se amplió en diciembre con la gira de los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación Federal, Julio de Vido a Brasil, Rusia y China, en una escala de colaboración estratégica difícil de imaginar en sus proyecciones de corto, mediano y largo plazo. Al promover la construcción de once empresas eléctricas, tres acueductos interprovinciales y una torre de comunicaciones de dimensión nacional, el kirchnerismo abre un amplio camino de proyección económica, que no puede dejar de favorecer a la Argentina. IAEG

 

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