La carrera por las inversiones verdes

Concentración económica y carrera por las nuevas inversiones. Glasgow posterga la discusión por el financiamiento de reconversión de los países vulnerables al cambio climático. La decepción de PNUMA y CEPAL


El sábado 13 se dio por finalizada la reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP 26, con una declaración de principios, pero sin la adopción de las tan esperadas y urgentes resoluciones para frenar la catástrofe climática, que sumerge a grandes sectores de la población mundial en una crisis socio económica sin precedentes.

El acuerdo refrendado propone que los Estados miembros presenten a finales de 2022 nuevos compromisos nacionales de recortes de emisiones de gases de efecto invernadero, tres años antes de lo previsto, aunque "teniendo en cuenta las diferentes circunstancias nacionales".

Se firmaron algunos compromisos de un centenar de países en la Cumbre Climática de limitar las emisiones de metano (un gas ocho veces más contaminante que el CO2 y responsable del 30% del calentamiento global) y de poner freno a la deforestación para 2030, con una inversión de USD 19 mil millones en fondos públicos y privados, suma por demás insuficiente para lograr la declamada “casa común” sostenible. El compromiso de descarbonización hacia 2030 para la OCDE, no alcanzó a los mayores contaminantes, como Australia, la India, China y Estados Unidos, aunque se desistió de seguir invirtiendo en estas fuentes. A pesar de los problemas acuciantes que no hubo tiempo de abordar, se trató el acuerdo por la Emisión Cero de Vehículos, que de todas formas no llevó la firma de los tres mayores mercados -Estados Unidos, China y Japón-, ni se sumaron los cinco mayores fabricantes mundiales de vehículos.

En general, primó la presión por parte de los grandes conglomerados empresariales, “interesados en compensar sus emisiones de contaminantes con la compra de créditos en otras partes del mundo”, sostienen ambientalistas latinoamericanos, que alertan sobre el doble efecto de disminuir las chances de revertir el calentamiento global, y un posible agravamiento de la desigualdad entre las naciones.

La velocidad en la carrera por ubicarse en el nuevo “mercado verde” de cara a la reconversión energética, fue impulsada especialmente por las grandes inversiones públicas de los Pactos Verdes de Europa y EEUU.

Financiamiento y pérdidas de países vulnerables

En relación con el problema de los países más dañados por el cambio climático, especialmente ubicados en el Sur Global, no fue abordado en forma prioritaria como ameritaba la actual crisis humanitaria. Tampoco la seguridad alimentaria como eje de abordaje de la crisis humanitaria pos pandemia. El texto del Pacto de Glasgow resultante de la cumbre refleja que se trata sólo del marco para dar comienzo a las negociaciones por el financiamiento para rescatar a las regiones del sur global, que no fueron responsables por la situación actual, que incluso reclaman un resarcimiento.
El documento abre paso a consultas formales para crear fondos de financiamiento y para estudiar posteriormente los daños y pérdidas de los países más vulnerables. Sin embargo, no contiene fechas exactas ni montos.


América Latina en la COP 26

En América Latina están seis de los países con mayor biodiversidad del mundo: Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela. Pero, al mismo tiempo, en el Caribe más de la mitad de las especies endémicas están en peligro de extinción. En Mesoamérica la proporción supera el 40 por ciento.

Como ejemplo, un trabajo de Embajada Abierta explica que el 60 por ciento de las variedades de café en América del Sur están en peligro de extinción debido al cambio climático, la deforestación y enfermedades, con lo que podría caer el mercado de café, que produjo 83 mil millones de dólares en ventas en 2017.

En el marco de COP 26, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, alertó sobre el peligro de la reprimarización de América Latina, con la imposición de las demandas por la economía verde de las grandes potencias. "Hay una falta de inversión en los sectores verdes en nuestra región. Hay pocas empresas y sectores con inversiones. Durante la pandemia, los gobiernos redujeron el presupuesto para el tema ambiental. Para nosotros es preocupante", explicó Bárcena, líder del organismo que investiga y elabora planes concretos para la región. Solo el 18% de los fondos de recuperación económica pospandémica se destinan a proyectos basados ​​en la economía verde, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

En este sentido, tanto la creación del Grupo de Negociaciones Mercosur en la COP26, como el reclamo de México, apoyado en su presidencia de la CELAC, de la cual Argentina forma parte, fueron de gran importancia para connotar el carácter de acreedores ambientales de los países de la región.

La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Patricia Espinosa, calificó también de “decepcionante” la poca contribución de numerosos países ricos al compromiso de financiamiento climático. Espinosa recordó que varias naciones no cumplieron con su parte en la promesa de aportar USD 100.000 millones en apoyo a las economías vulnerables. No obstante, aseguró que confía en que los países ricos o desarrollados cumplan con su promesa para 2023.


Texto Declaración de Glasgow
https://unfccc.int/sites/default/files/resource/Overarching_decision_1-CP-26_0.pdf

Fuentes: Embajada Abierta/ PNUMA/ ONU/

Graciela Baquero