Los Green Deals

La velocidad en la carrera por ubicarse en el nuevo “mercado verde” de cara a la reconversión energética, que resultó ser el principal eje de la reunión COP 26, fue impulsada especialmente por las grandes inversiones públicas de los Pactos Verdes de Europa y EEUU.


En el mes de julio, la Comisión Europea adoptó una serie de propuestas para adaptar las políticas de la UE en materia de clima, energía, transporte y fiscalidad hacia la reducción de las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % hacia 2030, en comparación con los niveles de 1990. El proyecto es el de convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro del mundo de aquí a 2050, materializando el New Green Deal.

El Pacto, espera lograr el liderazgo de Europa en la que dio en llamar la nueva “revolución industrial”, con un plan rector de transición ecológica importante, pensado como nuevo modelo económico, con propuestas que incidirán en el conjunto de las cadenas de valor de sectores como la energía y el transporte o la construcción y la renovación. Por último, la industria europea, con el aumento de su competitividad, ya está participando en la creación de mercados para tecnologías y productos limpios, muchos de los cuales se ubican en los países menos desarrollados.

La “revolución verde”, de acuerdo con informaciones del sitio oficial de la Unión Europea, se transforma en la cuerda de salvamento de esa región, para salir de la pandemia de COVID-19, con un importante financiamiento: un tercio de los 1,8 billones de euros de inversiones del plan de recuperación NextGenerationEU y el presupuesto de siete años de la UE.

En el caso de Estados Unidos, si bien el gobierno de Joe Biden devolvió a la potencia mundial al plan del Acuerdo de París de 2015, del cual lo había retirado Donald Trump, no contó con su programa de Green Deal para llevar a la reunión de Glasgow. El paquete de medidas de miles de millones de dólares para frenar el calentamiento global, clave de su agenda nacional, y que apunta en la misma dirección de sustentabilidad que el de la UE, no logró la aprobación del Congreso, e impidió la posición de liderazgo que Biden había planeado. Esto en momentos en que las fricciones con Europa aumentaron en relación con el control del Mar de China Meridional (alianza Aukus).

La administración Biden produjo sin embargo, a pedido del presidente, el primer estimado nacional de inteligencia sobre cambio climático, elaborado por las agencias federales. El informe concluye que probablemente ya es demasiado tarde -aún adoptando los compromisos que las grandes economías no cumplieron- para mantener el calentamiento del planeta por debajo o en el nivel establecido en el acuerdo de París sobre el cambio climático de la ONU creado en 2015.

En este sentido alerta sobre los desastres naturales que seguirán produciéndose, con incendios, inundaciones, amenazando la existencia de naciones enteras. La conclusión es que se espera un escenario pesimista para la estabilidad mundial, que conllevará mayores amenazas para la seguridad de Estados Unidos, así como su impacto en la migración.

En este sentido, de acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), alrededor de 30,7 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares por inundaciones, incendios, deforestación u otros efectos del cambio climático, y la mayoría de los refugiados climáticos provienen de África y el Caribe.

Fuentes: Sitio oficial UE, ONU, Los Angeles Times

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