Una compleja agenda de la gobernanza comercial global: ¿Oportunidades para una estrategia latinoamericana que sea activa y asertiva?

Setenta años después de sus momentos fundacionales, el sistema multilateral del comercio presenta problemas. Para muchos protagonistas y observadores, está perdiendo efectividad, eficacia y legitimidad social, que son cualidades esenciales a la calidad institucional y a la fortaleza de un sistema de gobernanza internacional. Se observan tendencias a su desplazamiento como ámbito principal de instituciones y reglas del juego del comercio mundial.


En el Newsletter de septiembre concluíamos con la siguiente pregunta: ¿cómo adaptar reglas e instituciones del sistema comercial global, a las realidades del comercio e inversiones, por un lado y, del otro, a las de la actual distribución del poder mundial? Éste será un tema dominante de la agenda de la gobernanza mundial de los próximos años (ver: http://www.felixpena.com.ar/). 

Retomamos ahora el tema recordando que el marco institucional y algunas de las principales reglas del juego que conforman el sistema multilateral comercial global, se han originado en un entorno mundial que ha experimentado en las últimas décadas radicales y profundas transformaciones, tanto en el plano político como en el económico. Son, por lo demás, transformaciones que aún no han concluido ni han producido todos sus efectos.

Los momentos fundacionales de tal sistema, eran los del entorno de los años finales y siguientes de la Segunda Guerra Mundial. Reflejaban un mundo en el cuál los vencedores -y especialmente los EEUU- entendían tener el poder suficiente para fijar las reglas del orden global. Lo sabían y así lo hicieron.

Ello se hizo evidente en la Conferencia de Bretton Woods (1944) y luego en la de La Habana (1947) de la cual surgiría la Organización Internacional del Comercio, que condujo finalmente al GATT (1948). Fueron los años donde el poder de los EEUU para crear las reglas, sólo sería disputado desde fuera del sistema entonces denominado "Occidental", esto es, por lo que se conocía como el "bloque del Este", en el cuál la potencia indiscutida era la Unión Soviética.

El sistema multilateral del comercio que surgiera en ese contexto de post-guerra y de "Guerra Fría", fue el institucionalizado en el GATT. En su origen eran 23 las Partes Contratantes. Pocos pertenecían a la categoría de países en desarrollo. En 1994 el sistema se institucionalizó en la OMC. Hoy tiene 164 países miembros.

Setenta años después de sus momentos fundacionales, el sistema multilateral del comercio presenta problemas y algunos son serios. Incluso para muchos protagonistas y observadores, está perdiendo efectividad, eficacia e incluso legitimidad social, que son cualidades esenciales a la calidad institucional y, por ende, a la fortaleza de un sistema de gobernanza internacional.

Se observan tendencias a su desplazamiento como ámbito principal de instituciones y reglas del juego del comercio mundial. Una de ellas es la que se manifiesta en la negociación de mega-acuerdos comerciales interregionales, que por ser concebidos como "OMC plus", aspiran a fijar nuevos estándares y reglas para el comercio internacional global, tal el caso del Trans-Pacific Partnership, conocido por su sigla TPP (ha sido firmado, pero no ha entrado aún en vigencia y se observan dudas sobre que ello ocurra en un plazo razonable o, al menos, en su versión actual).

Si bien el TPP se presenta como un acuerdo de países pertenecientes a un espacio geográfico regional -el del Océano Pacífico- en su capítulo 30, artículo 4, inciso b, prevé que, si cumple con las condiciones, cualquier otro país del mundo (aunque no pertenezca a la región del Pacífico) puede aspirar a ser miembro, y someter su aspiración a la aprobación de los países que ya son miembros, de conformidad con los procedimientos legales aplicables en cada uno de ellos (el texto señala que "(b) cualquier otro Estado o territorio aduanero distinto que las Partes puedan acordar, que esté preparado para cumplir con las obligaciones de este Tratado, sujeto a los términos y condiciones que puedan ser acordados entre el Estado o el territorio aduanero distinto y las Partes, y previa aprobación de conformidad con los procedimientos legales aplicables de cada Parte y el Estado o territorio aduanero distinto adherente candidato a la adhesion", ver https://www.direcon.gob.cl/).

Los riesgos de una fragmentación del sistema multilateral del comercio se están tornando evidentes. Sus potenciales implicancias para la gobernanza global evocan lo que ocurrió en las décadas del 20 y del 30 en el siglo pasado. La carencia de un marco común para las relaciones comerciales internacionales, es reconocido como uno de los factores que condujeron finalmente a la guerra.

Fue precisamente esa experiencia la que contribuyó al impulso que los EEUU dieron al proceso que concluyó con la creación del GATT. Al menos en las apariencias, evitar la discriminación en el comercio internacional y, por ende, sus efectos de fragmentación, fue una de las ideas centrales del proceso negociador que culminara en la Conferencia de La Habana, plasmado en el artículo I del GATT y en la resistencia a la "preferencia imperial", impulsada por Gran Bretaña en la Conferencia Económica Imperial de Ottawa (1932).

El saber qué país o países, tienen suficiente capacidad y poder para ser los que lideren el proceso de creación de reglas que inciden en la competencia económica global y, por ende, en el comercio mundial, es uno de los interrogantes básicos a responder, si se quiere lograr un orden internacional que sea sostenible.

La erosión gradual que han estado sufriendo en los últimos años, las instituciones y reglas del sistema multilateral del comercio mundial, le dan mucha actualidad a tal interrogante. Incide en la dimensión geopolítica de la cada vez más compleja agenda de la gobernanza comercial mundial.

De allí la preocupación con la que, por momentos, se observa la tendencia a negociar mega-acuerdos comerciales interregionales, concebidos como parte de un proceso conducente a formular nuevas reglas de juego globales.

En cierta forma fue el propio Presidente Barak Obama, quien se ha referido a que, o las reglas del comercio mundial las hacen los Estados Unidos o la harán otros países. En una oportunidad se refirió concretamente a China.

En la perspectiva planteada en los párrafos anteriores, conviene colocar la agenda del ya iniciado período preparatorio de la Conferencia Ministerial de la OMC, a realizarse en el año próximo en Buenos Aires, o sea en América Latina. Es la continuación de un ciclo de reuniones ministeriales realizadas en países y en regiones en desarrollo. Las anteriores fueron en el Asia (Bali) y en África (Nairobi).

Como también conviene colocar en tal perspectiva los períodos preparatorios de las dos próximas Cumbres del G20, a realizarse la primera en Alemania (2017) y la segunda en la Argentina (2018). Estos dos países integrarán el próximo año la troika del G20, junto con China que presidió la Cumbre este mes de septiembre en Hangzhou.

Sin perjuicio de otras cuestiones relevantes, qué hacer finalmente con la Rueda Doha, será nuevamente un tema complejo y debería abordarse en los debates de la etapa preparatoria. Probablemente lo que hay que resaltar, es la necesidad de preservar e intensificar el vínculo entre comercio y desarrollo, siendo flexibles en cuanto a cómo encarar tal vínculo hacia el futuro. Mecanismos de geometría variable y múltiples velocidades parecerían recomendables. Pensar en ellos, sin visiones dogmáticas de lo que deben ser las reglas e instituciones que se pacten, parecería ser algo más que necesario para debatir en la etapa preparatoria de la Conferencia Ministerial de Buenos Aires.

 

 

Félix Peña Director of the Institute of International Trade at the ICBC Foundation. Director of the Masters Degree in International Trade Relations at Tres de Febrero National University (UNTREF). Member of the Executive Committee of the Argentine Council for International Relations (CARI). Member of the Evian Group Brains Trust. More information.

http://www.felixpena.com.ar | info@felixpena.com.ar

Félix Peña