China. Una nueva estrategia en busca de un ascenso pacífico

Hoy China proyecta la imagen de una ascensión pacífica para cambiar esa percepción de amenaza, que la hacía conocida como el peligro chino,, aseguró Maya Alvisa, docente de la Escuela de Estudios Orientales, en su intervención en el marco de la presentación de GlobalAsia. La experta subrayó sin embargo, que es necesario buscar una relación comercial balanceada, en una relación de cercanía con una potencia emergente de ese calibre.


China: En busca de la “co-existencia pacífica”

Por su tamaño y sus altísimos niveles de competitividad, la economía china es sin lugar a dudas la que acapara la atención de las regiones a la hora de tender redes de acuerdos comerciales no sólo por las ventas potenciales que significa una asociación, sino por la amenaza que representa para las industrias locales. Al respecto, Maya Alvisa, docente de la Escuela de Estudios Orientales, recomendó analizar todos los pros y los contras latentes en un acuerdo estratégico con el gigante asiático, aprovechando la cercanía con una potencia emergente de este calibre, pero “cuidando que esta relación comercial no vaya en detrimento del crecimiento económico de cada uno de los países latinoamericanos. “Se trata de buscar una relación comercial balanceada”, sintetizó.

La experta subrayó que en los últimos tiempos la relación de China con América Latina se tornó muy fluida y observó una estrategia del primero para despegarse de la imagen de competidor peligroso con que se asocia a su industria desde los años 80, por la enorme capacidad de invasión de otros mercados, que la hacía ver más como una amenaza que como una posibilidad de negocios. “Hoy China proyecta la imagen de una ascensión pacífica para cambiar esa percepción de amenaza, que la hacía conocida como el peligro chino”, indicó la catedrática. “En cambio, en los últimos años ha basado sus relaciones en la co-existencia pacífica buscando abrirse a las regiones del sur y a partir de la actual crisis, empezó a demostrar que puede ser un buen inversor y que puede traer mucho más alivio a las tensiones económicas regionales que competencia”.

Es un hecho que China ha desplegado una inteligente estrategia que le ha permitido ir ocupando espacios que fueron quedando vacíos en el comercio con América Latina, principalmente dejados por Estados Unidos por distintos problemas de su política interna y externa, que le hizo perder buena parte de la tradicional presencia hegemónica que ostentaba en la región latinoamericana. “Esto ha sido muy criticado por los republicanos en Estados Unidos, y China, con mucha agilidad, ha ido ocupando esos lugares”, resumió.

Para Alvisa hay varias lecturas posibles de la presencia de China en la región, y –a su entender- todas deben ser minuciosamente evaluadas. “Una visión muy positiva es que esa presencia es importante y es una ventaja para América Latina y el Caribe para tratar de posicionarse y buscar mercados alternativos, y por los capitales que puede aportar un acuerdo –enumeró- Una segunda lectura indica que existe un peligro y que China podría terminar convirtiéndose en una nueva colonizadora de la región, imponiendo un modelo de exportación que no genere fuentes de trabajo a la región ni crecimiento a sus países”. La tercera interpretación plantea que no está claro si las intenciones de China se limitan a lo económico o si el posicionamiento en territorio sudamericano tiene que ver con una estrategia geopolítica y con la intención de generar hegemonía en una zona muy alejada de su territorio, de gran importancia para Estados Unidos, en respuesta a la presencia norteamericana en diversas zonas de Asia.


Pakistán. Un mercado de un potencial similar al de Brasil

En el marco de la presentación de GlobalAsia, Naeem Khan, Cónsul en la Embajada de Pakistán en Buenos Aires, apuntó que las oportunidades que representa China para América Latina son apenas una punta de los mercados masivos que se abren. Recordó que no hace mucho tiempo atrás –en 2004, cuando se realizó la primera visita del presidente paquistaní a la región-, América Latina no existía para Pakistán y tampoco esa nación era vista como un potencial socio comercial para países como Argentina, Brasil y México, que recibieron al mandatario en aquella oportunidad sin demasiada difusión ni novedades sobre acuerdos comerciales. Sin embargo, tan solo cuatro años después, la situación revirtió y hoy “América Latina es vista como una tierra virgen por Pakistán por lo que se hace necesario investigar cuáles son las oportunidades”, señaló el diplomático.

Pakistán significa para cada país latinoamericano un mercado potencial de 180 millones de consumidores, muy similar a lo que representa Brasil, con una amplia gama de productos que tienen chances de ser exportados y, a su vez, con precios muy competitivos ofrecidos por las empresas paquistaníes para tentar a los importadores latinoamericanos. “Asia no se limita a China e India; hay muchas naciones con grandes oportunidades y también América Latina implica negocios posibles para todo ese universo de países asiáticos”, sostuvo Khan.

La clave para empezar a incursionar en estos mercados tan distantes geográfica y culturalmente sin duda es la capacitación, remarcó. “Hay que contar con gente capacitada que sea capaz de identificar esos negocios potenciales”. En el caso de Argentina precisó que los empresarios en Pakistán tienen interés en harinas, carne, acero, algo de soja, y en otros commodities tradicionales del país, pero subrayó que la lista es todavía más extensa. Por ejemplo, en tecnología de GNC –donde Argentina está entre los primeros del mundo- hay acuerdos factibles ya que Pakistán tiene gran interés en aprovechar sus recursos de GNC. También se detecta interés en medicamentos, productos como jugos, y también –aunque en menor proporción- en soja y sus derivados. Asimismo, Khan agregó que su país a ofrece oportunidades en arqueología, turismo, medicina con hierbas, y espiritualismo.

Sin embargo, el diplomático aclaró que para establecer una relación comercial de beneficio recíproco, es prioritario analizar el real aporte del proteccionismo a las economías latinoamericanas, un planteo osado en momentos en que arrecian las medidas de defensa comercial entre los países del Mercosur para resguardar a sus industrias del impacto de la crisis. Khan explicó que en un mundo globalizado “no sirve” concentrarse solamente en la producción nacional y dejar de lado la posibilidad de importar a precios más convenientes. Un ejemplo en el que las ventajas de importar saltan a la vista es el del algodón, “que en Pakistán es de la mejor calidad y muy económico, donde los recursos humanos son baratos”, sostuvo. Y lo mismo sucede con artículos como pelotas de fútbol y palos de hockey. “Una pelota de fútbol de buena calidad cuesta entre u$s 3 y u$s 10 en Pakistán, mientras que en Argentina está entre $ 40 y 60”, ejemplificó. En el caso del algodón, el costo del metro es de $ 1 frente a los $ 5 que cuesta en Argentina.

SM