Estrategias de negocios e inclusión social
* Responsabilidad social empresaria en un seminario internacional organizado por la Cámara Española de Comercio de Buenos Aires. El tema principal fue la RSE como contribución empresarial al desarrollo sostenible.
* La Secretaría de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería argentina suscribió en Miraflores una serie de contratos de exportación de bienes de capital y transferencia de tecnología de 26 pymes argentinas a Venezuela por un monto de 71 millones de dólares
RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA EN UN SEMINARIO INTERNACIONAL. ESTRATEGIAS DE NEGOCIOS E INCLUSIÓN SOCIAL
La Responsabilidad Social Empresaria como contribución empresarial al desarrollo sostenible. La RSE posibilita un proceso ganador-ganador, y genera valor económico para las empresas, así como valor social para los sectores bajos. Fueron algunas de las conclusiones de un seminario internacional organizado por la Cámara Española de Comercio de Buenos Aires.
La Cámara Española de Comercio de la República Argentina organizó el seminario internacional La Responsabilidad Social Empresaria en la Cadena de Valor “Oportunidades y Desafíos para las PYMES” cuyo panel académico estuvo compuesto por la Dra. María Jesús Muñoz Torres (Directora del Departamento de Finanzas y Contabilidad de la Universidad Jaume I; España), la Dra. Paola del Bosco (investigadora del Instituto Argentino de Empresa) y el Dr. Gabriel Berger (investigador de la Universidad de San Andrés), con la coordinación de André Das (Gerente de Relaciones Institucionales de SESA SELECT).
Bajo el tema propuesto: Cómo las grandes empresas pueden lograr que las PYMES ingresen en esta dinámica para convertirse en Socialmente sostenibles y qué valor agregado puede generarles. Señalar el carácter voluntario de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE); los disertantes organizaron sus exposiciones.
En primer lugar, la Dra. María Jesús Muñoz Torres definió la Responsabilidad Social Empresaria como “la contribución empresarial al desarrollo sostenible” que se amplía hacia las organizaciones en tanto herramienta de gestión que permite mejorar las relaciones con los grupos de interés a través del diálogo y la implementación de acciones consensuadas que posibilitan un proceso ganador-ganador.
Entre las características de la RSE, según Muñoz Torres, se destacan: la complementariedad con el marco legal, la variabilidad en el tiempo -ya que las acciones responsables pueden dejar de serlo-, la vinculación con los procesos de desarrollo social y el buen gobierno generado por la mejora en la información y transparencia de la empresa.
A su vez, destacó que mientras el límite de la RSE en la cadena de valor doméstica se encuentra en la legislación nacional es imposible delimitar cuál es el suelo legislativo de las empresas con cadenas de valor multinacionales.
Sobre las ventajas de la RSE Torres Muñoz argumentó que mejoran la reputación y el control de riesgos, significan un ahorro para la organización, crean nuevas oportunidades de negocios y capitales, potencian el instinto de supervivencia, crean una cultura corporativa a la vez que mejoran la eficacia de la empresa.
En cuanto a las PYMES detectó una serie de problemas derivados del tamaño que suponen la coincidencia entre el control y la propiedad (que implica una concentración elevada de responsabilidades y funciones en la empresa), la orientación de políticas a corto plazo por la ausencia de herramientas estratégicas, y, la falta de recursos.
Asimismo, Muñoz Torres definió como grupos de interés al espectro que reúne a los empleados, los clientes, los accionistas, los proveedores, el medio ambiente, la administración pública y la comunidad local.
Al final de su exposición, sugirió que en las épocas de crisis es necesario realizar una evaluación dirigida a ver el impacto de las políticas en diálogo con los grupos de interés para definir la mejor estrategia y redefinir las políticas.
En este sentido, la Directora del Departamento de Finanzas y Contabilidad de la Universidad Jaume I, afirmó que “gestionar de forma adecuada implica generar mecanismos de diálogo transparentes con sistemas de información que soporten lo que deseo transmitir a los grupos de interés”.
Por su parte, Paola del Bosco historizó la evolución del concepto RSE entendido, en sus inicios, como una reacción u obligación ante efectos negativos hasta su implementación en tanto acción de desarrollo sustentable.
Además argumentó que la reflexión sobre la RSE es una reflexión sobre el trabajo y que hay dos modos de comprender el progreso: el primero, relacionado con la manera de trabajar (que, por un lado, implica instrumentos, procesos y tiempos que afectan a la cantidad y a la calidad de lo que se produce; y por otro, se vincula con la seguridad en tanto estética del ámbito laboral); el segundo, en relación con las personas y la comunidad en tanto desarrollo de las capacidades.
Este último punto, según del Bosco, tiene que ver con cómo impacta la labor individual en el proceso para que se produzca una captación del sentido de los resultados y para lograrlo habría que incentivar la participación, generar un sistema de comunicación ‘de abajo hacia arriba’, conceder un mayor grado de autonomía y desarrollar las relaciones interpersonales en la empresa.
Para del Bosco “una empresa que sea transparente permite cooperación y para ello hay que fomentar la integridad”. Cooperación que remite al gobierno, a las empresas y a la sociedad civil en función del progreso. Pero generalmente hay desconfianza entre estos tres actores y la RSE en tanto estrategia no parte de la tensión sino de la alianza que posibilita el surgimiento de un valor compartido.
Por último, Gabriel Berger se refirió a la relación entre estrategias de negocios e inclusión social a partir de los resultados brindados por la investigación que dirige sobre Negocios para la inclusión. Iniciativas de mercado con los pobres de Iberoamérica que apunta a las acciones basadas en el mercado que incluyen a los pobres en sus cadenas de valor y contribuyen a reducir la pobreza de modo sostenible.
En este sentido, los negocios socialmente inclusivos generan valor económico para las empresas y social para los sectores bajos. Pero dichas empresas deben promover la integración en las acciones centrales y no ser filantrópicas.
Si bien la mayoría de las iniciativas están orientadas a reducir la pobreza moderada, Berger consideró el modo en que pueden utilizar las fuerzas del mercado para atenuarla.
En el caso de las PYMES, las iniciativas creadas se apoyaron en la proximidad, la flexibilidad y en la existencia de emprendedores socialmente comprometidos impulsando nuevos mercados y modelos de negocios innovadores a través del aprovechamiento premiun de precios, la alianza con la comunidad, el apalancamiento de conocimientos locales y la diversificación de productos.
En el caso de las grandes empresas, según Berger, para trabajar con sectores pobres tuvieron que modificar la voluntad de pago y sistemas de cobranza, innovar en sistemas y procesos, ampliar la cadena de valor y el mercado con nuevos productos, además de vincularse con la economía informal.
No obstante, son pocos los casos en que las empresas logran ser rentables porque cuando los sectores de bajos ingresos son consumidores los costos son más elevados, hay una asimetría en la información (ya que no se realizan estudios de mercado) y es mayor la inversión en infraestructura.
Asimismo, cuando los sectores de bajos ingresos son proveedores los costos de transacción, la necesidad de puentes y capacitación permanente así como la cuestión de la fidelidad, atentan contra la rentabilidad.
Por ello, para saber el impacto social en los sectores pobres hay que tener en cuenta si aumentan los ingresos, los bienes y servicios, si contribuyen a construir ciudadanía y a desarrollar capital social.
En síntesis, Berger expresó que las empresas deben tener una actitud de aprendizaje permanente porque la tasa de fracaso es alta y para contrarrestarla es necesario implementar transformaciones organizacionales, entender el significado de valor para estos sectores, combinar elementos en la proposición de valor para incluir a los sectores de bajos ingresos como clientes y concebir una perspectiva a largo plazo.
VENEZUELA. CONTRATOS DE EXPORTACIÓN DE PYMEX ARGENTINAS POR USD 71 M
El 28 de agosto, en el Palacio de Miraflores, en Caracas, con la presencia del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, el Secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería argentina Alfredo Chiaradía y la embajadora Alicia Castro, se firmaron contratos y cartas de intención que comprometen la provisión de maquinarias, equipos, bienes de capital, servicios de ingeniería y transferencia de tecnología argentinos por un monto aproximado de 71 millones de dólares.
Estas operaciones tienen lugar en el contexto de la cooperación argentina con Venezuela para el diseño y puesta en marcha de 70 plantas industriales en ese país, que lleva a cabo el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que conduce el Ingeniero Enrique Martínez.
• Antecedentes:
1) INTI y el Gobierno venezolano firmaron un contrato integral de cooperación para la prestación de asesoría y consultoría técnica para el diseño de 70 plantas industriales.
2) A partir de allí, y sobre la base de trabajos previos con Grupos de PYMES Exportadoras de Máquinas y Equipos, Plantas Llave en Mano y Servicios de Ingeniería, la Cancillería promovió encuentros de empresarios argentinos y autoridades venezolanas que concluyeron con en los resultados antes señalados.
• Evaluación:
1) La importancia de estos contratos para las empresas argentinas se puede resumir señalando que su monto equivale al 5% de las exportaciones de maquinarias argentinas a todo destino.
2) Estos contratos, al mismo tiempo, constituyen la mayor operación de exportación de maquinarias para equipamiento de plantas industriales realizado por PYMES de capital nacional y demuestran el alto nivel tecnológico y competitividad de la industria nacional.
3) Lo anterior confirma la importancia del mercado regional en el comercio de bienes de alto valor agregado. Las operaciones concretadas involucran ventas de bienes valuados a 70,000 dólares la tonelada.
4) Los esfuerzos coordinados entre la Cancillería, la Embajada Argentina en Venezuela y el INTI constituyen un claro ejemplo de la política del gobierno nacional de profundizar el proceso de industrialización argentino.
La Responsabilidad Social Empresaria como contribución empresarial al desarrollo sostenible. La RSE posibilita un proceso ganador-ganador, y genera valor económico para las empresas, así como valor social para los sectores bajos. Fueron algunas de las conclusiones de un seminario internacional organizado por la Cámara Española de Comercio de Buenos Aires.
La Cámara Española de Comercio de la República Argentina organizó el seminario internacional La Responsabilidad Social Empresaria en la Cadena de Valor “Oportunidades y Desafíos para las PYMES” cuyo panel académico estuvo compuesto por la Dra. María Jesús Muñoz Torres (Directora del Departamento de Finanzas y Contabilidad de la Universidad Jaume I; España), la Dra. Paola del Bosco (investigadora del Instituto Argentino de Empresa) y el Dr. Gabriel Berger (investigador de la Universidad de San Andrés), con la coordinación de André Das (Gerente de Relaciones Institucionales de SESA SELECT).
Bajo el tema propuesto: Cómo las grandes empresas pueden lograr que las PYMES ingresen en esta dinámica para convertirse en Socialmente sostenibles y qué valor agregado puede generarles. Señalar el carácter voluntario de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE); los disertantes organizaron sus exposiciones.
En primer lugar, la Dra. María Jesús Muñoz Torres definió la Responsabilidad Social Empresaria como “la contribución empresarial al desarrollo sostenible” que se amplía hacia las organizaciones en tanto herramienta de gestión que permite mejorar las relaciones con los grupos de interés a través del diálogo y la implementación de acciones consensuadas que posibilitan un proceso ganador-ganador.
Entre las características de la RSE, según Muñoz Torres, se destacan: la complementariedad con el marco legal, la variabilidad en el tiempo -ya que las acciones responsables pueden dejar de serlo-, la vinculación con los procesos de desarrollo social y el buen gobierno generado por la mejora en la información y transparencia de la empresa.
A su vez, destacó que mientras el límite de la RSE en la cadena de valor doméstica se encuentra en la legislación nacional es imposible delimitar cuál es el suelo legislativo de las empresas con cadenas de valor multinacionales.
Sobre las ventajas de la RSE Torres Muñoz argumentó que mejoran la reputación y el control de riesgos, significan un ahorro para la organización, crean nuevas oportunidades de negocios y capitales, potencian el instinto de supervivencia, crean una cultura corporativa a la vez que mejoran la eficacia de la empresa.
En cuanto a las PYMES detectó una serie de problemas derivados del tamaño que suponen la coincidencia entre el control y la propiedad (que implica una concentración elevada de responsabilidades y funciones en la empresa), la orientación de políticas a corto plazo por la ausencia de herramientas estratégicas, y, la falta de recursos.
Asimismo, Muñoz Torres definió como grupos de interés al espectro que reúne a los empleados, los clientes, los accionistas, los proveedores, el medio ambiente, la administración pública y la comunidad local.
Al final de su exposición, sugirió que en las épocas de crisis es necesario realizar una evaluación dirigida a ver el impacto de las políticas en diálogo con los grupos de interés para definir la mejor estrategia y redefinir las políticas.
En este sentido, la Directora del Departamento de Finanzas y Contabilidad de la Universidad Jaume I, afirmó que “gestionar de forma adecuada implica generar mecanismos de diálogo transparentes con sistemas de información que soporten lo que deseo transmitir a los grupos de interés”.
Por su parte, Paola del Bosco historizó la evolución del concepto RSE entendido, en sus inicios, como una reacción u obligación ante efectos negativos hasta su implementación en tanto acción de desarrollo sustentable.
Además argumentó que la reflexión sobre la RSE es una reflexión sobre el trabajo y que hay dos modos de comprender el progreso: el primero, relacionado con la manera de trabajar (que, por un lado, implica instrumentos, procesos y tiempos que afectan a la cantidad y a la calidad de lo que se produce; y por otro, se vincula con la seguridad en tanto estética del ámbito laboral); el segundo, en relación con las personas y la comunidad en tanto desarrollo de las capacidades.
Este último punto, según del Bosco, tiene que ver con cómo impacta la labor individual en el proceso para que se produzca una captación del sentido de los resultados y para lograrlo habría que incentivar la participación, generar un sistema de comunicación ‘de abajo hacia arriba’, conceder un mayor grado de autonomía y desarrollar las relaciones interpersonales en la empresa.
Para del Bosco “una empresa que sea transparente permite cooperación y para ello hay que fomentar la integridad”. Cooperación que remite al gobierno, a las empresas y a la sociedad civil en función del progreso. Pero generalmente hay desconfianza entre estos tres actores y la RSE en tanto estrategia no parte de la tensión sino de la alianza que posibilita el surgimiento de un valor compartido.
Por último, Gabriel Berger se refirió a la relación entre estrategias de negocios e inclusión social a partir de los resultados brindados por la investigación que dirige sobre Negocios para la inclusión. Iniciativas de mercado con los pobres de Iberoamérica que apunta a las acciones basadas en el mercado que incluyen a los pobres en sus cadenas de valor y contribuyen a reducir la pobreza de modo sostenible.
En este sentido, los negocios socialmente inclusivos generan valor económico para las empresas y social para los sectores bajos. Pero dichas empresas deben promover la integración en las acciones centrales y no ser filantrópicas.
Si bien la mayoría de las iniciativas están orientadas a reducir la pobreza moderada, Berger consideró el modo en que pueden utilizar las fuerzas del mercado para atenuarla.
En el caso de las PYMES, las iniciativas creadas se apoyaron en la proximidad, la flexibilidad y en la existencia de emprendedores socialmente comprometidos impulsando nuevos mercados y modelos de negocios innovadores a través del aprovechamiento premiun de precios, la alianza con la comunidad, el apalancamiento de conocimientos locales y la diversificación de productos.
En el caso de las grandes empresas, según Berger, para trabajar con sectores pobres tuvieron que modificar la voluntad de pago y sistemas de cobranza, innovar en sistemas y procesos, ampliar la cadena de valor y el mercado con nuevos productos, además de vincularse con la economía informal.
No obstante, son pocos los casos en que las empresas logran ser rentables porque cuando los sectores de bajos ingresos son consumidores los costos son más elevados, hay una asimetría en la información (ya que no se realizan estudios de mercado) y es mayor la inversión en infraestructura.
Asimismo, cuando los sectores de bajos ingresos son proveedores los costos de transacción, la necesidad de puentes y capacitación permanente así como la cuestión de la fidelidad, atentan contra la rentabilidad.
Por ello, para saber el impacto social en los sectores pobres hay que tener en cuenta si aumentan los ingresos, los bienes y servicios, si contribuyen a construir ciudadanía y a desarrollar capital social.
En síntesis, Berger expresó que las empresas deben tener una actitud de aprendizaje permanente porque la tasa de fracaso es alta y para contrarrestarla es necesario implementar transformaciones organizacionales, entender el significado de valor para estos sectores, combinar elementos en la proposición de valor para incluir a los sectores de bajos ingresos como clientes y concebir una perspectiva a largo plazo.
VENEZUELA. CONTRATOS DE EXPORTACIÓN DE PYMEX ARGENTINAS POR USD 71 M
El 28 de agosto, en el Palacio de Miraflores, en Caracas, con la presencia del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, el Secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería argentina Alfredo Chiaradía y la embajadora Alicia Castro, se firmaron contratos y cartas de intención que comprometen la provisión de maquinarias, equipos, bienes de capital, servicios de ingeniería y transferencia de tecnología argentinos por un monto aproximado de 71 millones de dólares.
Estas operaciones tienen lugar en el contexto de la cooperación argentina con Venezuela para el diseño y puesta en marcha de 70 plantas industriales en ese país, que lleva a cabo el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que conduce el Ingeniero Enrique Martínez.
• Antecedentes:
1) INTI y el Gobierno venezolano firmaron un contrato integral de cooperación para la prestación de asesoría y consultoría técnica para el diseño de 70 plantas industriales.
2) A partir de allí, y sobre la base de trabajos previos con Grupos de PYMES Exportadoras de Máquinas y Equipos, Plantas Llave en Mano y Servicios de Ingeniería, la Cancillería promovió encuentros de empresarios argentinos y autoridades venezolanas que concluyeron con en los resultados antes señalados.
• Evaluación:
1) La importancia de estos contratos para las empresas argentinas se puede resumir señalando que su monto equivale al 5% de las exportaciones de maquinarias argentinas a todo destino.
2) Estos contratos, al mismo tiempo, constituyen la mayor operación de exportación de maquinarias para equipamiento de plantas industriales realizado por PYMES de capital nacional y demuestran el alto nivel tecnológico y competitividad de la industria nacional.
3) Lo anterior confirma la importancia del mercado regional en el comercio de bienes de alto valor agregado. Las operaciones concretadas involucran ventas de bienes valuados a 70,000 dólares la tonelada.
4) Los esfuerzos coordinados entre la Cancillería, la Embajada Argentina en Venezuela y el INTI constituyen un claro ejemplo de la política del gobierno nacional de profundizar el proceso de industrialización argentino.
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