Iniciativa argentina para sistematizar

El desbalance del comercio bilateral deficitario para Argentina es algo natural en un esquema de comercio abierto que opera sobre bases no direccionadas por el gobierno, explicó el embajador Alfredo Chiaradia en un seminario organizado por CAMBRAS. Agregó además que aunque los diferendos comerciales se están resolviendo de manera ad hoc, existe una iniciativa del gobierno argentino para encontrar una fórmula que provea una mayor sistematicidad en su resolución.


El Mercosur es un elemento esencial en la proyección de Argentina, tiene un carácter estratégico en la integración regional y es un elemento prioritario para el país. Si bien hay distintas percepciones en cuanto a los problemas que aquejan a este proceso de integración, hay que distinguir los fundamentales de los menores. En lo que concierne a la globalidad del comercio, estamos atravesando un período en que circunstancialmente para la Argentina, por distintos motivos existe un fortalecimiento del desequilibrio comercial con Brasil hacia el interior del MERCOSUR. Sin embargo, se produce en el contexto de un desequilibrio muy superior en sentido contrario en las cuentas globales de comercio exterior. Estamos hablando de un superávit comercial argentino del orden de los 15.000 millones de dólares, que este año puede disminuir un poco a 12.000 millones, por razones basadas en el gran dinamismo de la economía argentina, con un aumento importante de las importaciones. Esto es algo natural en un esquema de comercio abierto que opera sobre bases no direccionadas por el gobierno. Se están resolviendo en este momento, de manera ad hoc, con fórmulas de arreglo que implican conversaciones bilaterales, conversaciones entre los sectores productivos afectados. También existe la iniciativa del gobierno argentino de encontrar una fórmula que provea una mayor sistematicidad, allí tenemos algunas dificultades de entendimiento que no son irresolubles.

En lo que concierne al MERCOSUR, la dificultad pasa por encontrar cuál es el grado de perfeccionamiento al que ha llegado el mercado común a lo largo de sus catorce años de vida, cuatro como zona de libre comercio y diez como unión aduanera.

Uno de los elementos más significativos en lo que concierne a la progresión del MERCOSUR, se ubica en la localización de inversiones; allí hay implicancias mayores y hay que trabajar con gran intensidad para influir sobre los operadores económicos. En este caso debe trabajarse en forma conjunta y producir un esquema de integración de tipo unión aduanera que implicará que las inversiones se localizarán en función de razones puntuales vinculadas a la competitividad y no de razones vinculadas a la escala o al tamaño de los mercados.

Hay sin embargo, un cúmulo de tareas realizadas en el MERCOSUR. El año pasado, en la Cumbre de Ouro Preto, se hizo un avance fundamental con el acuerdo al que se llegó para la eliminación del arancel externo común (AEC) en la circulación de mercaderías. Este tema había sido muy demorado y reclamado en algunas negociaciones internacionales. Este avance se verificó en lo que se refiere a la construcción del MERCOSUR.

Por otro lado, en la fase operativa del comercio existen algunas asimetrías que afectan tanto a los socios mayores como a los más pequeños del MERCOSUR.

G.B.