La región resultaría menos afectada por la crisis según UNCTAD
América Latina está en condiciones de mantener tasas estables de crecimiento de la Inversión Extranjera Directa (IED) en 2008, a pesar del impacto que tendrá la crisis financiera internacional. Así lo estimó el último informe publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Todo indica que la crisis internacional dejará sus huellas y que 2008 no será tan positivo para los flujos de inversión como lo fue 2007. Para el cierre de este año se estima que la Inversión Extranjera Directa (IED) caerá al menos un 10%, a u$s 1,6 billones, pero la buena noticia es que Latinoamérica sentirá en menor medida el impacto, según las conclusiones del Informe sobre las Inversiones en el Mundo, publicado recientemente por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). El pronóstico es que, si los precios de los commodities se mantienen en niveles relativamente altos y las economías de la región siguen creciendo, los capitales foráneos continuarán llegando. En el caso de Argentina las perspectivas indican también que la inversión se mantendrá estable o incluso subirá, estimulada por las ganancias de las empresas transnacionales, sostuvo Ricardo Rozemberg (agencia ProsperAr).
Durante el año pasado el flujo de la IED alcanzó a u$s 1.833.000 millones, lo que significó un 30% más que el registro de 2006 y se equiparó al récord del año 2000. De ese total los países desarrollados captaron u$s 1.248.000 millones, lo que representó una nueva marca histórica, y Estados Unidos volvió a ser el destino favorito seguido por el Reino Unido, Francia, Canadá y los Países Bajos. Medido por bloques, la Unión Europea fue la ganadora ya que acaparó las dos terceras partes de los capitales que ingresaron a las naciones desarrolladas. Por su parte, los países en vías de desarrollo lograron reunir u$s 500.000 millones, otro récord, que representó un incremento de 21% contra el año previo.
Este éxito fue posible a pesar de que ya la segunda mitad de 2007 estuvo teñida por el nerviosismo de la crisis de las subprime en Estados Unidos, y se observó en los tres principales grupos de países: desarrollados, en desarrollo y en transición de Europa sudoriental y de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). El buen resultado se explicó por una combinación de factores entre los que se destacaron el aumento de las fusiones y adquisiciones (FAS) transfronterizas; un crecimiento económico relativamente elevado de las economías; la reinversión de utilidades de filiales de empresas extranjeras; y el protagonismo de los países desarrollados como inversores netos en el exterior. Este último conjunto de naciones invirtió u$s 1.692.000 millones, casi 64% del total de la IED a nivel mundial.
La reinversión de utilidades de las multinacionales fue un ingrediente importante en el resultado global y representó alrededor del 30% de ese flujo, aunque "el volumen sin precedentes de IED expresado en dólares reflejaba también la considerable depreciación del dólar con respecto a otras importantes monedas", aclaró el informe de UNCTAD.
En tanto, el grupo de los Países Menos Adelantados (PMA) se quedó con u$s 13.000 millones, también récord, mientras que se dispararon las entradas de capitales a Europa sudoriental, donde los flujos se incrementaron 50% hasta tocar los u$s 86.000 millones. Asia no sólo lleva siete años de crecimiento ininterrumpido sino que además sus propias inversiones en el exterior se duplicaron con respecto a 2006, a u$s 51.000 millones. Los mayores receptores de IED fueron China y la Federación de Rusia, mientras que la India se destacó en Asia meridional. También hubo importantes ingresos a los países de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN). Al igual que se pronostica para Latinoamérica, las perspectivas de nuevas IED en todo Asia siguen siendo muy prometedoras, de la mano de estimaciones de crecimiento económico sostenido para estas naciones y de la buena predisposición de las empresas para seguir invirtiendo.
La concentración empresarial a través de FAS transfronterizas fue otra contribución sustancial al auge de la inversión extranjera en 2007. Ese año estas transacciones treparon hasta u$s 1.637.000 millones, un 21% más que el récord anterior registrado en el año 2000. Y a pesar de que el segundo semestre de 2007 la crisis comenzó a cobrar fuerza, en ese lapso hubo operaciones relevantes como la compra de ABN-AMRO por parte del consorcio formado por Royal Bank of Scotland, Fortis y Santander.
Perspectivas para América Latina
Con Brasil como líder indiscutido –que se quedó con u$s 34.500 millones-, América Latina fue una de las protagonistas en 2007, con una IED de u$s 126.000 millones, un 36% superior al año previo. La mayor parte del alza correspondió a las naciones sudamericanas, que mostraron una suba de 66%, en tanto en Centroamérica y el Caribe el aumento fue de 30%. La UNCTAD señala en su informe que las perspectivas para la región son positivas y prevé que la movilización de capitales se mantendrá estable a pesar de la debacle financiera internacional. Por supuesto, la crisis está a mitad de camino y una eventual profundización haría variar el panorama por el impacto que tendría sobre los precios de los commodities y sobre el crecimiento de las economías.
En Latinoamérica los capitales que arribaron se encaminaron principalmente a las industrias extractivas y a las actividades manufactureras basadas en recursos naturales. En cambio, las salidas de IED de la región bajaron 17%, a u$s 52.000 millones, y se verificó una profundización de la internacionalización de las Empresas Transnacionales (ETN) latinoamericanas, sobre todo las de Brasil y México, que avanzaron en las áreas de petróleo y gas, extracción de minerales metálicos, cemento, acero y en el rubro alimentos y bebidas. Otro grupo que despertó el interés de los inversores fue el que conforman las nuevas empresas latinoamericanas que actúan en informática, productos petroquímicos y biocombustibles.
Teniendo en cuenta que el mundo se enfrentará en poco tiempo más a la escasez de energía, el papel de las industrias extractivas merece un aparte. La minería todavía ofrece una amplio margen para seguir captando inversiones externas debido a que no existen grandes empresas estatales en el rubro, con la excepción de la chilena Codelco, subraya UNCTAD. En cambio, advierte que en la industria del petróleo y el gas las oportunidades para las compañías privadas se ven reducidas por las grandes empresas públicas, sobre todo en Bolivia, Ecuador y Venezuela, que implementaron medidas para limitar o directamente prohibir las inversiones privadas extranjeras en hidrocarburos.
La perspectiva para América Latina, pese a la crisis, indica que la IED crecerá en 2008, aunque no al ritmo de 2007, y seguirá teniendo a América del Sur como foco. En América Central y el Caribe el pronóstico contenido en el informe de UNCTAD "es incierto", en virtud de la desaceleración que está sufriendo la economía estadounidense y por la incertidumbre en torno a la cotización del dólar. Todas las esperanzas están puestas en que las ETN de Brasil y México continúen motorizando el flujo.
Por último, vale mencionar que la región capta muy poco de la IED proveniente de los fondos soberanos de inversión, que en su mayor parte de dirige a los países desarrollados. Lo poco que ha recibido América Latina se concentró en los servicios, principalmente en servicios prestados a empresas. Por ahora, la indidencia de la IED en el total de los activos de los fondos sobernanos es de sólo 0,2%, pero viene aumentando en forma sostenida y promete acelerarse. UNCTAD detalla que de los u$s 39.000 millones que han invertido en el extranjero en las dos últimas décadas, 31.000 millones corresponden a los últimos tres años.
Los números en Argentina
En 2007 y en la primera mitad de 2008 la Argentina volvió a captar IED a pesar de los contratiempos internos y externos y aunque estos flujos están contribuyendo a la mejora de la producción y de la competitividad del país en mayor medida, los números revelan cierto retraso en la tasa de aumento si se la compara con la tasa de sus vecinos. Hace varios años que el flujo de capitales que ingresa a Argentina oscila entre u$s 5.000 y 7.000 millones.
Según la Agenda Nacional de Desarrollo de Inversiones (ProsperAr) la Argentina recibió inversiones extranjeras directas por US$ 3.659 millones en el primer semestre de este año, lo que implica un alza de más del 64% respecto a igual período del año anterior. La estimación oficial es mantener un buen ritmo, o incluso crecer, aunque la crisis, depende cómo evolucione, podría alterar la proyección.
En cuanto a 2007, la IED alcanzó a u$s 6.462 millones en Argentina, un 17% más que en 2006, originada sobre todo en capitales españoles, estadounidenses, franceses y brasileños que se enfocaron principalmente a los sectores agroindustrial, minero, químico-farmacéutico y automotriz.
Ricardo Rozemberg, gerente de Estrategia de Ambiente e Inversión de ProsperAr, destacó como datos positivos que acompañaron la buena performance de la inversión al crecimiento del PBI de 8,7% el año pasado, y al escenario de superávit fiscal y de aumento del intercambio comercial. El 31,7% de la IED en Argentina el año pasado fue resultado de la reinversion de las utilidades por parte de firmas internacionales. Otro 35% fue por nuevos aportes de estas compañías, en tanto 28,5% correspondió a deudas con casas matrices. Las fusiones y adquisiciones sólo representaron 4,3%.
Entre otros factores positivos, Rozemberg resaltó la regularización de los pasivos que Argentina encaró con acreedores internacionales. Ahora, con la reciente decisión de cancelar la deuda con el Club de París, seguramente se contará con un dato extra que estará bien conceptuado por los capitales foráneos. Rozemberg confió en que ese avance contribuirá a “mejorar el acceso a las aseguradoras y a mercados financieros públicos para que las empresas extranjeras realicen sus inversiones”.
Otros datos aportados por la agencia ProsperAr tienen que ver con la relación de la IED con el PBI argentino y con las proyecciones para la inversión bruta fija. En el primer caso, vale destacar que la IED respecto el producto bruto superó el promedio de la década pasada, cuando había alcanzado los u$s 5.300 millones sin considerar las privatizaciones. En cuanto a la tendencia de la Inversión Bruta Interna Fija (IBIF), se prevé una recuperación y aceleración del ingreso de capitales extranjeros para el sector productivo, con una IED acumulada desde el segundo semestre de 2007 y hasta el primero de 2008 de u$s 7.704 millones. Esta cifra ubica a la Argentina por encima de países desarrollados o de reciente desarrollo como son Corea, Noruega, Nueva Zelandia y Grecia.
Infraestructura
La infraestructura aparece como el gran desafío de las inversiones en el mundo, teniendo en cuenta que las necesidades futuras en esta materia superan ampliamente lo invertido por los gobiernos y por el sector privado, y considerando también que el avance en ese campo es una de las condiciones fundamentales para alcanzar los objetivos del Milenio fijados por las Naciones Unidas. El déficit de financiación para infraestructura es "considerable", apuntó UNCTAD, como lo muestra la brecha entre lo real y lo esperable: según cálculos del Banco Mundial, la inversión anual en infraestructura de los países en desarrollo se ubica entre 3 y 4% del PBI, cuando el nivel ideal varía de 7 a 9%.
A pesar de esta realidad, es un hecho que la infraestructura es un destino cada vez más elegido por la IED. Entre 1990 y 2006 se multiplicó por 31 en todo el mundo, mientras que los países en desarrollo fue 29 veces más, llegando a u$s 199.000 millones, especialmente en los rubros de electricidad y telecomunicaciones, y con menor participación de las redes de transporte y de agua. En esas inversiones tuvieron un papel fundamental las ETN de países desarrollados, que destinaron el 67% de sus recursos a América Latina y el Caribe. Sin embargo, desde el año 2000 comenzó a notarse que estas multinacionales están reorientándose hacia África y Asia.
En cambio, la presencia de las ETN del Sur, si bien es cada vez más notoria en la inversión en infraestructuras de los países en desarrollo, es menor en comparación a sus pares de países avanzados, y hoy están enfocadas sobre todo a Asia y Oceanía. En América Latina y el Caribe estos inversionistas tienen un papel más secundario y representan sólo el 16% del total de los compromisos de inversión en el rubro. UNCTAD recuerda en su informe que en los años 90 se verificó una disminucion de las inversiones en infraestructura por parte de los gobiernos, confiados en el incremento esperado en las inversiones de empresas extranjeras. La realidad mostró que la apuesta de las ETN resultó insuficiente para compensar el retiro del Estado en ese terreno. "Una enseñanza de esta experiencia es que no se debe esperar que la participación de las ETN satisfaga la totalidad de las necesidades de inversión en infraestructuras de un país, sino que la contribución de las ETN debe considerarse un importante complemento de las inversiones internas", sintetizó UNCTAD.