Los bloques del Mercado Común del Sur y la OMC en riesgo de obsolescencia

En el caso del Mercosur, los principales riesgos de obsolescencia continúan observándose en el plano existencial (¿tiene sentido el Mercosur?) y en el metodológico (¿cómo articular el trabajo conjunto y preferencial entre sus países miembros?). En el caso de la OMC el principal riesgo sistémico proviene de las “termitas” que erosionan las bases de su edificio


En lo que se refiere al Mercosur, la reciente Cumbre de Tucumán (30 de junio y 1º de julio) no ha permitido en tal sentido demasiados avances sustantivos.

En el plano político, la Cumbre deja un saldo que podría considerarse como positivo. Permitió una vez más un diálogo directo entre Presidentes de países miembros y asociados del Mercosur, en el cual tuvo un lugar destacado la reacción conjunta frente al enfoque que está predominando en la Unión Europea en la cuestión de las migraciones, de claro impacto en diversos países sudamericanos.

Sobre algunas iniciativas planteadas habrá que esperar a fin de observar cómo ellas se concretan. En cierta forma, puede presumirse que las que predominaron en Tucumán, son cuestiones que hacen a una agenda política que incluye pero que trasciende al ámbito del Mercosur y que, por lo tanto, serían en el futuro objeto de consideración en la UNASUR (ver al respecto este Newsletter del mes de junio 2008).

En el plano de la construcción de un espacio económico preferencial – por su sentido político es una de las razones de ser más profundas del Mercosur – los resultados son menos notables. Uno a destacar es el de la aprobación por el Consejo de Ministros de una Decisión sobre un programa de integración productiva (CMC, Dec.nº12/08). Tiene por ahora un alcance programático. Otra es la de un fondo de apoyo a pequeñas y medianas empresas (CMC, Dec.nº13/08). Su primera etapa será un fondo de garantías.

Sigue pendiente decidir sobre cómo será instrumentado. Otros resultados se han manifestado en el plano bilateral (tal el caso del régimen especial del sector automotriz y de la utilización de moneda local en el comercio intra-regional).

No se logró aprobar, en cambio, el Código Aduanero del Mercosur. Es una asignatura que queda pendiente para la próxima Cumbre a realizarse en Salvador, Bahía, el próximo mes de diciembre. Puede entenderse que será una de las prioridades de la Presidencia Pro-Tempore que ejercerá en este segundo semestre el Presidente Lula. Dos cuestiones parecen haber impedido su aprobación en Tucumán. Una es la del tratamiento de los productos originados en zonas francas como las de Manaos y Tierra del Fuego. La otra es la de los derechos de exportación. El hecho que el anteproyecto de Código sigue siendo “reservado”, dificulta apreciar el verdadero alcance sobre el debate que se produjo – según lo que trascendió por declaraciones de prensa de algunos de los Ministros – en torno a los derechos de exportación.

Entre los países miembros del Mercosur los derechos de exportación han sido eliminados explícitamente por el Tratado de Asunción, especialmente por lo dispuesto en su artículo 5º y en su Anexo 1 (ver al respecto nuestro artículo “Los derechos de exportación en el Mercosur”, publicado en el Suplemento Comercio Exterior del diario La Nación, en su edición del 10 de enero del 2002, en www.felixpena.com.ar ).
Sólo podrían ser restablecidos o por una modificación del Tratado o por el hecho que el mencionado Código Aduanero sea aprobado por medio de un Protocolo Adicional al Tratado (para más información sobre la Cumbre de Tucumán y sus resultados, ver textos en www.mre.gob.br y en www.mercosur.org.uy; ver además la nota de Sergio Leo, “Nem tudo é problema no continente”, en el diario Valor Econômico, del 7 de julio de 2008; el Correo Sindical Latinoamericano, publicación del FES Sindical Regional y de la Friedrich Ebert Stiftung, nº 61 – 20 de junio a 1 de julio de 2008, y el Newsletter Mercosur-ABC, del 3 de julio de 2008, en www.mercosurabc.com.ar).

Dos cuestiones prioritarias continúan pendientes de definiciones políticas en el Mercosur. La dilación en encararlas contribuye a explicar sus riesgos sistémicos. Una es la de la institucionalización de la antes mencionada función de facilitación del proceso de concertación de intereses nacionales. En Tucumán el Presidente Lula ha prometido fortalecer “nuestra estructura en Montevideo”. La otra es la de la solidez de la preferencia regional en términos de seguridad en el acceso a los respectivos mercados. Es una cuestión que afecta las decisiones de inversión en función del mercado ampliado, especialmente en los países con mercados de menor dimensión relativa.

En el caso de la OMC el principal riesgo sistémico proviene de las "termitas" que erosionan las bases de su edificio. Al menos dos autores acuñan esta expresión. Uno es el profesor Bhagwati en su provocativo - y hasta divertido - reciente libro "Termites in the Trading System. How Preferential Agreements Undermine Free Trade", A Council on Foreign Relations Book, Oxford University Press, New York 2008. El otro es Andrew Stoeckel, en un trabajo publicado en Australia en el año 2004 ("Termites in the Basement. To free up trade, fix the WTO´s foundations", Centre for International Economics and Rural Industries Research and Development Corporation, Camberra 2004, en http://www.theCIE.com.ar). Ambos se refieren al efecto de erosión que se está produciendo en los principios, reglas e instituciones resultantes del sistema GATT-OMC, que ya ha cumplido sesenta años y que ha contribuido a la expansión del comercio mundial de bienes y de servicios.

Para Bhagwati, la amenaza sistémica provendría de los factores que impulsan la proliferación de acuerdos preferenciales. Son una especie de “clubes privados” del comercio internacional, con beneficios y obligaciones reservados a sus países miembros. Tienen distintas modalidades según sea que sus miembros sean países vecinos o lejanos, sólo desarrollados, sólo en desarrollo o que involucren a países muy desarrollados y países en desarrollo. Invocan el libre comercio, pero en la práctica discriminan con respecto a quienes no son parte del respectivo acuerdo preferencial.

¿Y porqué constituyen una amenaza al “club global” de la OMC? Fundamentalmente porque erosionan el principio básico de la no discriminación entre sus miembros. Para Stoeckel precisamente las termitas operan como consecuencia de la ineficacia de la OMC para avanzar en sus objetivos de lograr una mayor apertura de los mercados y, en particular, de incorporar plenamente la agricultura en tales objetivos.

En cualquiera de las dos hipótesis, lo que está en juego en la Rueda Doha es mucho más que el resultado de las actuales negociaciones comerciales multilaterales. Es el propio sistema de comercio global el que está en zona de riesgo. No tanto porque un fracaso este año – que implicaría en el mejor de los casos posponer las negociaciones por dos o tres años – conduzca al colapso de la OMC. Pero sí porque podría significar una erosión gradual de su legitimidad como foro que garantice los intereses comerciales de todos sus miembros. La resultante sería acentuar la tendencia a la proliferación de acuerdos preferenciales.
Félix Peña