Los resultados de la reciente Cumbre ALC-UE de Lima

La Cumbre de Lima, que gozó de una excelente organización, contó con la participación de un número significativo de los líderes políticos convocados. La Declaración Final requerirá ahora de mecanismos idóneos para su puesta en práctica. Uno de sus resultados concretos fue la idea de considerar la creación de una Fundación Euro-latinoamericana. La que existe entre la Unión Europea y los países del Asia, puede ser un precedente a tomarse en cuenta. Más allá de sus resultados formales, tres temas tuvieron fuerte presencia en esta Cumbre. Ellos son el de las inversiones, la seguridad jurídica y la flexibilidad en las negociaciones de acuerdos de asociación. La diplomacia de las Cumbres, ocupa un lugar inevitable en las relaciones internacionales, tanto en el plano regional como en el inter-regional. Tal como estaba previsto, en Lima no se registraron progresos en las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur, más allá de reiterarse las posiciones conocidas, especialmente en cuanto al vínculo de tales negociaciones con los resultados que puedan obtenerse en la Rueda. La Unión Europea mantuvo además, una nueva reunión bilateral con el Brasil, confirmando así su interés en desarrollar una relación especial al igual que con México. A continuación, los principales tramos de un reciente trabajo del profesor Félix Peña.


La V Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea (ALC-UE), realizada el 16 y 17 de mayo en Lima, tuvo una excelente organización – el crédito ha sido del gobierno peruano - y un buen nivel de participación de los líderes políticos convocados. Estuvieron prácticamente todos los Presidentes latinoamericanos. Y por Europa, además de la Comisión Europea, un número significativo de países estuvo representado por Jefes de Estado o por Jefes de Gobierno. Hubo excepciones notorias, siendo quizás la más relevante la de Gran Bretaña.

Los resultados formales de la Cumbre, constan en una extensa Declaración Final de 17 páginas y 57 puntos, se dividen en tres partes. La primera se refiere al futuro de las relaciones bi-regionales y a las negociaciones de los pendientes acuerdos de asociación. Las otras dos a los temas centrales de la agenda, que fueron el de la pobreza, la desigualdad y la exclusión social, y el de la protección del medio ambiente, el cambio climático y la energía.

La próxima Cumbre bi-regional se realizará en España en el año 2010. ¿Cómo asegurar entretanto el seguimiento de los puntos acordados en Lima? Es una preocupación que se observa desde hace tiempo en relación a la mecánica de trabajo entre las dos regiones. Tiene mucho que ver con el hecho, que la región latinoamericana no presente el grado de organización y por ende, de coordinación que sí tiene la europea. Por lo demás solo unos pocos de los puntos incluidos en la Declaración de Lima, tienen calendarios y hojas de ruta concretas para su incorporación a la realidad. Incluso reiteran mucho de lo que se ha sostenido en Cumbres anteriores.

Pero más allá de los temas de la agenda formal, tres conceptos pueden destacarse como dominantes en muchos de los pronunciamientos que trascendieron de la Cumbre de Lima, incluyendo los de la Cumbre Empresarial realizada el día 15 de mayo.

Ellos fueron el de la inversión, el de la seguridad jurídica y el de la flexibilidad.

Perú, como país sede, puso mucho énfasis en demostrar cuán atractivo es para la inversión, incluyendo la extranjera. Fue un tema central del Presidente Alan García – excelente comunicador como lo destacara José Luis Rodríguez Zapatero, el jefe del gobierno español - quien, especialmente en la reunión empresarial, puso el acento en tres ideas. La de que la democracia no es viable si hay hambre, miseria, desocupación sin protección social. La de que el empleo resultante de la inversión productiva es el mejor programa social. Y la de que los modelos de cohesión social – un tema dominante en la Cumbre de Lima – no se pueden importar, ya que deben surgir de las propias realidades de cada país.

A su vez, el de la seguridad jurídica fue un concepto central en las presentaciones de Benita Ferrero-Waldner, la responsable de Relaciones Externas de la Comisión Europea. Especialmente ante los empresarios, recordó que el crecimiento económico es la resultante de la inversión productiva y que para que haya inversión – no sólo la extranjera – se requieren marcos legales que ofrezcan niveles adecuados de seguridad jurídica.

Y el concepto de flexibilidad estuvo presente en relación a las negociaciones pendientes para concluir los acuerdos de asociación, en particular en el caso de la Comunidad Andina de Naciones. Por un lado, la flexibilidad requerida por países de menor desarrollo relativo, especialmente por Bolivia y Ecuador, en cuanto a la posibilidad de introducir en el respectivo acuerdo, criterios y mecanismos de múltiples velocidades que tomen en cuenta las asimetrías existentes en sus relaciones con los países de la Unión Europea. Pero también, por el otro lado, en cuanto a la posibilidad de que puedan avanzarse acuerdos de la Unión Europea con aquellos países de la CAN que estuvieran dispuestos y en condiciones de así hacerlo. Concretamente ha sido éste el planteo que formularon los Presidentes del Perú y de Colombia.

De Lima ha quedado clara la idea de que la Unión Europea intentará concluir los acuerdos de asociación que están pendientes, especialmente con la CAN y con Centroamérica, durante el año 2009. Pero también ha quedado flotando la idea de que si ello no fuera posible, no habrá que excluir que finalmente se recurra a acuerdos bilaterales. Una impresión dominante es que la Unión Europea no ve como conveniente a sus intereses, el que no pueda celebrar acuerdos de libre comercio con aquellos países que ya lo han hecho con los Estados Unidos – tal el caso del Perú y de los de Centroamérica – o que pudieran eventualmente hacerlo en el futuro – tal el caso de Colombia -. Podría suponerse que el plazo del año 2009, tiene que ver precisamente con el impacto que en esta cuestión de la conclusión de acuerdos de libre comercio tendrá la política comercial que finalmente sigan los Estados Unidos una vez que asuma en enero próximo el Presidente que resulte electo en noviembre.

En tal sentido, se observa un creciente escepticismo en Europa con respecto a los acuerdos de integración en América Latina, al menos como ellos fueron concebidos hace ya unos años. Ello no implicaría abandonar la idea del apoyo a la integración regional – uno de los pilares, junto con la democracia y la cohesión social, de la estrategia europea de asociación bi-regional -, pero sí podría implicar una revisión en profundidad de los métodos que se emplean para lograr tal objetivo.


Con el Mercosur

Tal como estaba previsto, en Lima no se registraron progresos en las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur. Se reiteraron las posiciones conocidas, especialmente en cuanto al vínculo de tales negociaciones con los resultados que puedan obtenerse en la Rueda Doha – cuya conclusión este año sigue siendo incierta -, y también en cuanto a las responsabilidades respectivas en el fracaso en obtener, hasta el presente, el necesario equilibrio de lo que ambas partes están dispuestas a ofrecer. La Unión Europea mantuvo además, una nueva reunión bilateral con el Brasil, confirmando así su interés en desarrollar una relación especial al igual que con México.

Además de las Cumbres del Mercosur – la próxima tendrá lugar en Tucumán en el mes de junio – y del espacio sudamericano – habrá una reunión extraordinaria a fin de este mes de mayo en Brasilia -, la Argentina tiene en su agenda la mencionada Cumbre de las Américas, las Iberoamericanas – en San Salvador este año y en Lisboa en el año 2009 -, así como la VI Cumbre ALC-UE en España en 2010 y en el mismo año, la Iberoamericana a celebrarse en Buenos Aires.



* Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank, y del Módulo Jean Monnet y del Núcleo Interdisciplinario de Estudios Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF

Texto completo en www.felixpena.com.ar


Félix Peña