Perspectivas económicas y comerciales de Bolivia
Bolivia como miembro asociado del MERCOSUR y posible candidato a miembro pleno, tiene una importancia relevante para la política comercial argentina en el Cono Sur. En la actualidad, el Mercosur es el principal bloque económico que comercia con Bolivia, absorbiendo el 50% de las exportaciones bolivianas mientras proporciona el 40% de sus importaciones con un saldo comercial positivo de U$S 1.050 millones en el ano 2007.
Desde la firma del ACE 36 se ha producido un aumento de casi 1.500% en Exportaciones y un 400% en importaciones lo que conllevó en este período a una creciente interrelación entre los mercados energéticos subregionales y una disminución progresiva de los costos de los productos intercambiados. De todas maneras, esta situación tiene algunos problemas como el “monstruoso déficit comercial agropecuario” (IBCE, 2006) por el cual, si no hubiera gas, el déficit con la Argentina llevaría de 174 millones de U$S a 500 millones. También influye en el déficit, el bajo aprovechamiento de los beneficios arancelarios por parte de los empresarios bolivianos que está llevando a la paralización del comercio extra-energético.
Subida al positivo escenario internacional, la economía boliviana registró un crecimiento promedio superior al 4% en 2004 y 2007 superando la línea de crecimiento promedio que vivió durante el período 1952-2003 (alrededor de 2,8%) cuya fuerza intrínseca tenía que ver más con el crecimiento poblacional (2,4% anual en ese período) que con el incremento de la productividad. La historia económica del país ha sido una larga y oscura noche que la ha sumido en la pobreza a causa de ineficiencias económicas estructurales, la falta de promoción en los sectores competitivos y sucesivas crisis institucionales que arrastraron al exilio a las inversiones nacionales y externas. Sin embargo, este crecimiento no es suficiente y Evo Morales llego a decir en su paso por Nueva York que la debilidad del gobierno es el crecimiento económico. Al mismo tiempo la inestabilidad política potenciada por la tensión entre el Gobierno y la creciente oposición de la “Media Luna Oriental” y sus organizaciones civiles están generando un clima adverso al desarrollo (Global Market Information, 2007).
Bolivia tiene una economía pequeña pero diversificada a nivel interno; los principales sectores que aportan al PBI Nacional son: industrias manufactureras (16,9 %), agricultura y ganadería (15,4 %). sector bancario e inmuebles (11,7 %), transporte y comunicaciones (11 %), comercio (8.3 %) y administración pública (8,2 %). Si bien estos sectores se mantienen estables, es de relevar la tasa de crecimiento del sector vinculado con los Hidrocarburos (6.8 %) que está impulsando las exportaciones tanto al Brasil como la Argentina. Bolivia posee la segunda reserva energética de Sudamérica después de Venezuela, compuesta fundamentalmente por gas natural (Observatorio de Bolivia – CAEI, 2006).
Este ítem es de esencial importancia para los intereses argentinos ya que la matriz del país rioplatense es altamente dependiente para el funcionamiento estable de su parque automotor y de la generación de electricidad. El proyecto de conectar el proyectado Gasoducto del Norte con el sur de Bolivia (Tarija) para incrementar el envío de gas choca hasta el momento con el descenso de las inversiones en Bolivia como consecuencia de las nacionalizaciones. En la actualidad Bolivia vende hasta 3 millones de metros cúbicos diarios a Argentina (aunque lo pactado es 7.70 y hacia el 2011, 27,7 millones de metros cúbicos). A esta situación compleja se le suma la posible puesta en funcionamiento de la Mina de Hierro del Mutún que consumiría 7.69 millones de metros cúbicos de gas por día. Para tener en cuenta la actual producción boliviana de gas ronda los 40 millones de metros cúbicos diarios y envía casi el 75% de la misma al Brasil (JornadaNet, 5 de Abril 2008).
En estos momentos un porcentaje superior al 60% de la extracción de petróleo y gas natural se encuentra en Tarija creciendo su participación a un ritmo superior al 5% anual desde el año 2000. Esto abre incalculables oportunidades para la Argentina en su afán de solucionar a mediano plazo sus problemas de abastecimiento energético - actualmente la demanda esta creciendo a un ritmo muy fuerte -; y también para Bolivia que está aumentando sus ventas de gas natural exponencialmente, llegando en el 2006, a cubrir el 41% de sus exportaciones. Pero hay fuertes condicionamientos a esta oportunidad histórica de vincular energéticamente a la Argentina y Bolivia.
La falta de inversiones ha provocado un descenso de las reservas de gas como también un estancamiento en el crecimiento de la producción desde Abril de 2005 – devenido del decreto de Nacionalización - que generó un techo a las exportaciones y tensiones recurrentes con la Argentina. A corto plazo las perspectivas no son buenas ya que con el actual nivel de inversiones en materia gasífera es altamente probable que el envío de gas a la Argentina disminuya o se estanque en los niveles promedio del último año. Aquí se da marcha atrás de la “promesa” de Nestor Kirchner de darle a Bolivia 20.000 millones de dólares en 20 años por este insumo estratégico para la Argentina ante el aumento constante de su economía que ha promediado desde el 2003 hasta el 2007 un 9%. Hay que recordar también que el problema del bajo precio del gas que abonaban tanto Argentina como Brasil fue solucionado satisfactoriamente con un aumento considerable del mismo.
Relaciones Comerciales Argentino-Bolivianas
La relación comercial entre Argentina y Bolivia se da en el contexto del Mercosur mediante el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) N° 36 de 1996 sumado al XIX Protocolo Adicional. En la actualidad, el Mercosur es el principal bloque económico que comercia con Bolivia, absorbiendo el 50% de las exportaciones bolivianas mientras proporciona el 40% de sus importaciones con un saldo comercial positivo de 1.050 millones de U$S en 2007. Desde la firma del ACE 36 se ha producido un aumento de casi 1.500% en Exportaciones y un 400% en importaciones lo que conllevó en este período a una creciente interrelación entre los mercados energéticos subregionales y una disminución progresiva de los costos de los productos intercambiados. De todas manera, esta situación tiene algunos problemas como el “monstruoso déficit comercial agropecuario” (IBCE, 2006) por el cual, si no hubiera gas, el déficit con la Argentina llevaría de 174 millones de U$S a 500 millones. También influye en el déficit, el bajo aprovechamiento de los beneficios arancelarios por parte de los empresarios bolivianos que está llevando a la paralización del comercio extra-energético. Estas cuestiones estructurales frenan el ingreso de Bolivia al Mercosur, al que el Presidente Evo Morales pidió su adhesión plena pero sin la intención de abandonar la Comunidad Andina de Naciones, lo que generó un estancamiento en el proceso.
El intercambio comercial total entre Argentina y Bolivia llegó a casi 1.000 millones de U$S en 2007 debido al impulso del aumento de los precios y algunas cantidades de productos exportados desde la Argentina. Bolivia le compra a la Argentina principalmente carburantes -diesel-, maquinas y aparatos eléctricos, materias plásticas y manufacturas, metales comunes y manufacturas; y productos químicos. Bolivia vende gas natural, petróleo crudo y algunos restos de productos primarios.
Pero las perspectivas no son positivas para Bolivia, en el corto y mediano plazo ya que aumentará el déficit comercial debido a la escasa utilización de los aranceles preferenciales, la falta de valor agregado de su producción y el estancamiento de los volúmenes exportados de gas. Soluciones hay muchas pero debido a la constante crisis de gobernabilidad que vive el país vecino – a corto plazo, sin visos de solución – combinado con el denominado “Costo Bolivia” se convierten en barreras infranqueables para el desarrollo de las inversiones necesarias para quebrar el actual cuello de botella de las relaciones comerciales bilaterales.
Costo asociado a la realización de los negocios vinculados a los costos de transacción que distorsionan e impiden mejorar la competitividad y la atracción de inversiones para el desarrollo de la economía vide Penfold, Michael y Rozenman, Yael, El Índice Costo Bolivia: Una oportunidad para el desarrollo, CAF-CAINCO, Agosto 2006.
Ariel González, Director del CAEI