Trump sobrevive, Bolsonaro no sobrevivirá

13/01/2021.-

Donald Trump deja la presidencia como el mayor líder de la oposición y se postulará para presidente dentro de cuatro años. Cuando deje la presidencia, Bolsonaro no tendrá una situación tan favorable.

Siempre hubo diferencias entre ellos, en medio de tantas similitudes. Las diferencias empiezan a contar más cuando terminan su mandato.

Trump fue un importante generador de opinión a través de la cadena NBC durante más de diez años antes de ser elegido candidato a la presidencia de Estados Unidos. Era millonario, dueño de edificios, campos de golf, casinos.

Los dos mandatos (del demócrata) Obama representaron una altísima hegemonía de ese partido en Estados Unidos, hasta el punto de que Hillary Clinton era la favorita para ser elegida en 2016. Sin un candidato que pudiera competir con ella, el Partido Republicano cedió ante la candidatura de Trump, la única que pudo competir con la candidata demócrata.

A pesar de que tenía menos votos, triunfó, con una ofensiva final acelerada, apostando por los estados en los que podía ganar, aunque fuera por una pequeña diferencia, para conseguir los votos en el Colegio Electoral que lo llevó a la presidencia. Fue un logro que el Partido Republicano no habría logrado de no haber sido por Trump.

A partir de ese momento hubo un nuevo tipo de relación entre Trump y los republicanos, que fueron tomados como rehenes por su administración. Además de poder contar con un partido desplegado a nivel nacional, con muchos gobernadores y una mayoría en el Senado.

“En ningún momento de la legislatura, ni siquiera con actitudes arbitrarias de Trump, que nunca consultó al partido, hubo rupturas parlamentarias con el gobierno. La candidatura de Trump a la reelección fue consensuada en el partido”, que no disponía de otro candidato con similar apoyo, explica Emir Sader.

Éste tenía una economía que, a diferencia de la de países europeos o Japón, se había recuperado de la crisis de 2008. La economía en crecimiento, con creación de empleo, es una fórmula segura para la reelección en Estados Unidos.

Sin embargo, fue el brote inesperado y abrumador de la pandemia lo que cambió el panorama electoral. La situación económica se revirtió, de expansión a recesión, y el desempleo se disparó. Como consecuencia, los demócratas pudieron volver a ganar. La elección de Joe Biden, moderado, por un lado, pero con un fuerte apoyo de los negros, heredado por acompañar a Obama en su fórmula presidencial, fue lo peor para Trump, que se preparaba para una de las alternativas más radicales: Sanders o Elisabeth Warren.

La postura negacionista de Trump terminó llevándolo a la derrota. Incluso trató de salvar en parte su imagen, asumiendo la vacunación como un logro de su gobierno.

Su discurso de incitación a la invasión del Capitolio tuvo un doble efecto: la condena incluso de varios parlamentarios republicanos, aunque consolidación de su capacidad para movilizar a los sectores más radicalizados. La denuncia del presunto fraude electoral llegó a amplios sectores de la población y al propio Partido Republicano.

Su invocación de 75 millones de votos, que lo convierte en el líder que tuvo el segundo mayor voto en la historia de Estados Unidos y la negación del resultado electoral, son elementos que serán usados en su plataforma electoral para el año 2024. Donald Trump deja el gobierno, pero cuenta con este voto y con un partido arraigado a nivel nacional, con escaños minoritarios pero fuertes. El intento de juicio político en sí lo deja en el centro de atención y mantiene su imagen en el centro de la escena política por un tiempo todavía.

¿Y Bolsonaro? Primero, enfrentará su intento de reelección en una situación mucho más difícil que la de Trump. Sus posibilidades de reelección son mucho menores que las de Trump, con la economía creciendo y el desempleo disminuyendo.

Bolsonaro vivió sus dos años de gobierno con una recesión, que continúa en su tercer año en el cargo, con un desempleo récord y una mayoría precaria de la población. Sufre los efectos de la derrota de Trump y la asunción de un gobierno hostil en su lugar. Perdió las elecciones municipales y, manteniendo la visión negacionista, se da cuenta de cómo su imagen se ve afectada por todo esto y seguirá desgastándose a lo largo de este año.

Al salir del gobierno, Bolsonaro se irá sin partido organizado, sin un espacio mediático para sus discursos, probablemente será víctima de una gran cantidad de juicios, situación similar a la de sus hijos. En estas condiciones, si realmente no logra ser reelegido, como Trump, deja al gobierno sin condiciones para su supervivencia política, incluso manteniendo un cierto número de partidarios radicalizados y aislados.

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