Cambio en las relaciones de poder en el gobierno de Brasil
¿Por qué vuelve a haber, al parecer, una apuesta al MERCOSUR y a la Argentina? ¿Obedece solamente a cuestiones tácticas y electorales o hay algo más de fondo? Son preguntas a las que Gabriel Merino*, ensaya una respuesta en su trabajo ‘Bolsonaro en Argentina: de la muerte del Mercosur a su resurrección’, publicado recientemente por el Instituto IRI, de la Universidad Nacional de la Plata.
El cambio en las relaciones de poder de los distintos sectores del gobierno brasileño, obligaron a Jair Bolsonaro a cambiar la visión adversa que manifestara sobre el Mercosur, así como lo forzó a volver a la tradicional alianza con Argentina. Lo explica Gabriel Merino, del IRI, en un análisis de reciente aparición.
Después de prácticamente ningunear al MERCOSUR y a la Argentina como socio estratégico, Jair Bolsonaro y varios de sus principales ministros visitaron el país y parecieron transmitir otra visión a la que venían sosteniendo. En este sentido, Paulo Guedes, el ministro de economía de orientación neoliberal y representante de los sectores financieros de Wall Street y San Pablo, que había afirmado que el MERCOSUR no sería prioridad, en las reuniones en Buenos Aires hasta llegó a reflotar una moneda común entre Argentina y Brasil.
Hace sólo unos pocos meses Bolsonaro, en una demostración de quién sería su socio principal en América del Sur y su concepción estratégica en materia de integración, rompió la tradicional visita a Argentina como primer viaje de estado por parte de los presidentes recién asumidos en Brasil y optó por visitar a Chile. También fue fundamental su visita a Washington, su alineamiento total con Donald Trump y su apuesta a construir junto al nacionalismo americanista dominante en el gobierno estadounidense, un movimiento mundial de derecha anti-liberal en lo ideológico, que si en el centro se caracteriza por el nacionalismo económico en la periferia del patio trasero se combina con un neoliberalismo exagerado.
Además, tanto Bolsonaro como su canciller ultra-conservador y pro-occidental Ernesto Araújo había tomado como propia la doctrina Monroe de “América para los americanos”, reafirmada insistentemente por la administración Trump. En esta línea, fueron muy críticos con China, intentaron bloquear la compra de empresas por parte del gigante asiático en Brasil y suspendieron la mega obra de infraestructura comandada por empresas chinas para conectar el Atlántico con el Pacífico a través de un corredor ferroviario bioceánico desde Santos a Ilo en Perú. A ello se agregó el total abandono de un regionalismo autonomista y de la apuesta multipolar de los BRICS.
¿La pregunta luego de esta breve descripción, es qué pasó? ¿Por qué vuelve a haber, al parecer, una apuesta al MERCOSUR y a la Argentina? ¿Obedece solamente a cuestiones tácticas y electorales o hay algo más de fondo? ¿Por qué pareciera que Bolsonaro y Paulo Guedes cambiaron sus posiciones?
Para empezar a construir una respuesta posible a dichas preguntas, es interesante ver lo que pasó con Venezuela. Bolsonaro, sus hijos y Araújo pretendían apoyar la propuesta estadounidense de intervención del país caribeño para desplazar al gobierno de Nicolás Maduro e instalar en su lugar a Juan Guaidós, impulsada por Donald Trump y su especialista en la política de “cambio de régimen”, el Consejero de Seguridad Nacional John Bolton. Washington necesitaba para avanzar el involucramiento de Colombia y Brasil. Sin embargo, el principal representante de las Fuerzas Armadas de Brasil en el gobierno, el general retirado del ejército y vicepresidente del gobierno brasileño, Hamilton Mourao, se opuso completamente a dicha aventura.
En este caso como en otros, Bolsonaro se chocó con la realidad y la correlación de fuerzas existentes en su país, en la región y en el mundo, en un contexto muy complicado para su perfil de ultraconservador en lo ideológico y en lo político e impulsor de un neoliberalismo periférico en lo económico. A menos de seis meses de asumido, su nivel de aprobación popular es el peor de un presidente de Brasil desde la recuperación de la democracia (ronda un 30%) y la economía volvió a tener un retroceso, luego de cuatro años de combinar fuertes caídas y años de estancamiento.
En este tiempo, se fortaleció cada vez más el sector militar tradicional de tendencia nacional conservadora con matices neodesarrollistas (aunque mucho más liberal que en el pasado), representado por Mourao. Fue el propio vicepresidente quien viajó a China a retomar el vínculo con el gigante asiático, el principal comprador de las exportaciones de Brasil. La condición estructural de la economía brasileña hace muy difícil un seguidismo a Washington en plena Guerra Comercial con China y el mundo, junto a la exacerbación de la doctrina Monroe en América Latina.
Esta situación ya se había advertido por la propia ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina, representante del dinámico sector de los agronegocios, quien se despegó de las posturas anti-China dominantes en las reuniones llevadas a cabo por la comitiva brasileña durante la gira por Estados Unidos. Por otro lado, son las empresas chinas las que están decididas a invertir en Brasil y apoyar el plan de privatizaciones del gobierno (que continúa la propuesta de Temer).
Mourao y su grupo también considera importante el MERCOSUR por varias razones. Un de ellas es porque en el MERCOSUR y en la región es en donde pueden tener destino las exportaciones industriales de Brasil. Esto también lo entiende la Confederación Nacional de la Industria (representante de la burguesía interna) más aún en un contexto de estancamiento. También porque consideran, siguiendo las tradiciones geopolíticas brasileñas, que su espacio de influencia es América del Sur, y el MERCOSUR y la alianza con Argentina son una llave fundamental en ese camino. Si bien apoyan un acercamiento a Washington y un alineamiento geoestratégico con Occidente, reclaman cierta autonomía relativa y pretenden funcionar en relación a Estados Unidos como Alemania y Japón en Europa y Asia Pacífico (aunque el mundo ya no es el de la tríada y América del Sur no es lo mismo que Europa y Asia Pacífico para los Estados Unidos, muchos menos dispuestos a dejar ciertos márgenes de autonomía). En esta clave puede explicarse la propuesta de reflotar la moneda única.
Además, nos encontramos con un mundo crecientemente multipolar y entrando ya en la fase de Guerra Comercial, en plena transición histórica y crisis de hegemonía –con un Estados Unidos en declive e importantes fracturas internas entre globalistas y americanistas— a lo que se le suma las perspectivas de un largo estancamiento económico mundial y el freno desde 2008 al proceso de globalización. En este escenario, como en los años treinta, sectores de los grupos de poder tradicionales y clases dominantes se ven con la necesidad de tener cierto margen estratégico propio y contar con un bloque comercial desde donde negociar en las duras condiciones internacionales, diversificando las relaciones. Reflotar los acuerdos comerciales con la UE, Canadá y Corea del Sur van en ese camino, aunque también simbolizan una estrategia de inserción primario-exportadora que debilita a los sectores industriales y de mayor complejidad.
Las posiciones contrarias a la política de Bolsonaro-Araújo-Guedes también se observaron, por ejemplo, en torno a la venta de la empresa aeronáutica Embraer (la tercera en el mundo) a Boeing de los Estados Unidos. Allí los militares encabezados por Mourao no se opusieron, a diferencia del amplio espectro nacional-popular que rechazó la venta de la joya industrial más importante de Brasil, pero negociaron mantener en manos nacionales el sector destinado a la producción militar de Embraer.
Es probable que Bolsonaro entienda, además, que como representante de la potencia regional sea importante dar un espaldarazo a quien considera su par en términos ideológicos y políticos, en un escenario electoral complicado en Argentina para las fuerzas neoliberales. Él, al igual que Macri, es un presidente débil y con oposiciones nacional-populares que se fortalecen al calor de las consecuencias que generan las políticas de gobierno. El apoyo del papa Francisco a Lula hace pocos días, en una carta en donde afirmó su “proximidad espiritual” con el histórico líder del PT y le pidió “coraje” para “no desanimarse”, lo que se suma a sus denuncias al “Lawfare” en América Latina, son toda una señal de la magnitud de la disputa en la región y de las fuerzas que se oponen desde distintos sentidos a la política dominante en Washington, Brasilia y Buenos Aires.
En este escenario, es poco probable que el MERCOSUR muera, como se pensó en un momento cuando asumió Bolsonaro, pero tampoco que realmente resucite.
*Miembro Departamento de América Latina y el Caribe IRI – UNLP
Anexo
Declaración conjunta presidencial en ocasión de la visita de estado del presidente Jair Bolsonaro a Buenos Aires
El 6 de junio el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, recibió al Presidente de la República Federativa del Brasil, Jair Messias Bolsonaro, quien realizó una visita de Estado a la Argentina en la que reafirmaron los vínculos de amistad y cooperación que unen a ambos países y abordaron temas de agenda bilateral, regional e internacional.
Las conversaciones mantenidas por los Presidentes y sus Delegaciones reafirmaron la voluntad de ambos gobiernos de trabajar juntos y el compromiso para intensificar la relación bilateral en todos sus ámbitos, alcanzando acuerdos y enfrentando en forma coordinada desafíos regionales y globales.
Los Presidentes,
Ratificaron la voluntad política de Argentina y Brasil en fortalecer y modernizar el MERCOSUR priorizando su reforma institucional y el intercambio comercial intra MERCOSUR, así como la inserción internacional del bloque a través de la modernización de su estructura arancelaria y de la conclusión de la negociación de los acuerdos comerciales en curso.
Instruyeron a sus equipos negociadores a intensificar sus esfuerzos para la conclusión, en conjunto con los otros dos socios del MERCOSUR, de las negociaciones con la Unión Europea, EFTA y Canadá, y a continuar las negociaciones con Corea y Singapur.
Destacaron el trabajo conjunto entre el MERCOSUR y la Alianza del Pacífico con el compromiso de avanzar en el proceso de integración que se lleva a cabo en el marco del Diálogo entre ambos bloques.
Celebraron la conformación de una virtual área de libre comercio sudamericana para el comercio de bienes en 2019, año en que concluyó el último cronograma de desgravación de los acuerdos comerciales firmados por el MERCOSUR con sus Estados Asociados en el ámbito de la ALADI, así como el proceso en curso de ampliación, modernización y profundización que llevan adelante los Estados Partes con sus socios de la ALADI en el marco de los acuerdos firmados por el MERCOSUR.
Resaltaron la realización de la reunión de Jefes de Estado, en Santiago, del 22 de marzo, cuando se lanzó la idea de un nuevo espacio regional para avanzar en la integración de América del Sur, con base en los principios de la democracia y del libre mercado.
Reiteraron el firme interés de Argentina y Brasil de iniciar sus respectivos procesos de acceso a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y manifestaron la expectativa de que los miembros de la organización alcancen prontamente los entendimientos políticos necesarios a la expansión de la OCDE.
Coincidieron sobre la importancia de la energía como motor de desarrollo económico y social y, en ese sentido, destacaron el rol del planeamiento como herramienta indispensable para la adecuación de las proyecciones de crecimiento a los recursos energéticos necesarios.
Concordaron en instruir los respectivos órganos responsables a profundizar el intercambio de informaciones técnicas sobre planeamiento energético.
Subrayaron la importancia de acceder a nuevas fuentes de energía para sustentar el desarrollo reconociendo el potencial de las reservas y producción de petróleo y gas natural de los yacimientos de Pre-Sal y Vaca Muerta de ambos países. En ese contexto, se comprometieron a continuar impulsando el desarrollo de nuevos recursos energéticos en sus respectivos territorios.
Acordaron la importancia de continuar trabajando en mecanismos de integración y colaboración conjunta, priorizando los proyectos energéticos de acuerdo a las circunstancias existentes en cada país. En este marco, la Comisión Técnica Mixta para el aprovechamiento de los recursos hídricos compartidos del Río Uruguay se centrará en definir la oportunidad y los mecanismos que permitan profundizar los estudios requeridos.
Compartieron la visión de la importancia de la bioenergía y de los biocombustibles para la seguridad energética, el desarrollo económico y la protección del medio ambiente. Afirmaron su satisfacción con la cooperación entre Brasil y Argentina por medio de la Plataforma para el Biofuturo y del Grupo Ad Hoc de Biocombustibles del MERCOSUR. Determinaron profundizar su cooperación en esos ámbitos y en un nuevo proceso bilateral con miras a la progresiva armonización de políticas y normas técnicas para el sector.
Instruyeron a sus Ministros a cumplir los compromisos asumidos en la VIII Comisión Bilateral de Producción y Comercio y definir cursos de acción para promover un mayor acceso a los respectivos mercados, reiterando la necesidad de concentrar esfuerzos en materia de convergencia regulatoria, facilitación de comercio y en controles en frontera para facilitar el tránsito de mercancías entre los dos países.
Resaltaron la importancia del sector de servicios y se comprometieron a trabajar en conjunto para promover y facilitar el comercio bilateral de servicios, particularmente en lo que se refiere a los servicios aéreos y aquellos basados en el conocimiento.
Destacaron, en el marco de los 25 años de la entrada en vigor del Acuerdo Cuatripartito, la relevancia de la histórica cooperación bilateral en los usos pacíficos de la energía nuclear entre ambos países y agencias involucradas, incluyendo la Agencia Brasileño Argentina de Contabilidad y Control de Material Nuclear (ABACC), y subrayaron la importancia de continuar profundizando el diálogo político y técnico en el marco de los mecanismos de consulta y coordinación bilaterales existentes, tales como el Comité Permanente de Política Nuclear (CPPN) y la Comisión Binacional de Energía Nuclear (COBEN).
Resaltando el valor estratégico de la relación entre ambos países en el ámbito de la defensa, reconocieron la importancia de avanzar en la cooperación en materia de gobernanza marítima en el Atlántico Sur, fronteras comunes, ciencia y tecnología e industria, entendiendo la complementariedad como el camino para enfrentar los desafíos del Siglo XXI y en pos del desarrollo de ambos países. Coincidieron en la importancia de una mayor cooperación entre las Fuerzas Armadas de ambos países y expresaron su satisfacción por la asociación estratégica entre FAdeA y Embraer para la producción de la aeronave KC-390.
Destacaron, igualmente, las oportunidades de cooperación que existen en el ámbito espacial, y reafirmaron la continuidad del proyecto satelital SABIA-Mar.
Resaltaron la pronta incorporación de Uruguay al Centro Argentino Brasileño de Biotecnología (CABBIO), que durante más de 30 años viene formando recursos humanos de punta en el campo de la biotecnología en la Argentina y Brasil y en la región.
Manifestaron satisfacción ante las posibilidades de cooperación producto de la firma de la Declaración “Una Visión Digital Común”.
Celebraron los avances realizados en temas de seguridad pública, ratificando el compromiso mutuo de fortalecer el combate contra el narcotráfico, la corrupción y la delincuencia organizada transnacional con acciones concretas que garanticen la seguridad de los ciudadanos de ambos países.
Acordaron promover conjuntamente la cooperación y la búsqueda de consensos para la creación de mecanismos regionales que hagan efectivos los compromisos asumidos por nuestros países en virtud de la Convención de Palermo contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Compartieron experiencias sobre cooperación en frontera e instruyeron a los organismos migratorios y aduaneros de ambos países a simplificar y agilizar los controles fronterizos.
Analizaron la grave situación que atraviesa Venezuela, inmersa en una crisis política, humanitaria, económica y social provocada por el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro. Reafirmaron su pleno respaldo a la Hoja de Ruta trazada por el Presidente Encargado Juan Guaidó, así como a las acciones emprendidas por el pueblo venezolano bajo su liderazgo.
En ese sentido, reafirmaron el compromiso de ambos países con el tratamiento de la crisis venezolana en el ámbito regional, inclusive durante la celebración de la 49ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), a realizarse a fines de junio en la ciudad colombiana de Medellín.
El Presidente de la República Argentina agradeció al Presidente de la República Federativa del Brasil el apoyo a la candidatura de la Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay para ser sede conjunta de la Copa Mundial de la FIFA de 2030.
El Presidente de la República Federativa del Brasil renovó el respaldo de su país a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, relativa a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. El Presidente Macri agradeció el permanente apoyo de Brasil a la posición argentina en la Cuestión de las Islas Malvinas, reflejado en la posición tradicional de Brasil sobre los acontecimientos de 1833 y en las numerosas declaraciones adoptadas en los foros regionales y multilaterales en los que ha sido tratada.
Durante la visita se suscribieron instrumentos en las siguientes materias: intercambio de energía eléctrica y cooperación en bioenergía; ciencia y tecnología; minería; defensa; y cooperación nuclear.