China después del XX Congreso: la hora de la reconcentración

En esta editorial, Gustavo Ng* nos da su visión sobre las peculiaridades y la necesidad de la reafirmación del centro de poder desde el núcleo del PCCh, en un riesgoso escenario internacional. Explica la relación con la mediania del centro del confucianismo. La reelección de Xi Jinping como Secretario General. La China del futuro de tradiciones e innovaciones. La “nueva era” y el pensamiento rector.


Beijing, 26/10/2022. Entre los movimientos tectónicos que comandaron el último congreso del Partido Comunista chino sobresale la reafirmación del centro del poder que, estructurado por el partido, sintetiza las fuerzas sociales para afirmarse frente a un escenario internacional riesgoso y proyectarse en el avance del país.

“La persistencia en el liderazgo general del Partido es el camino ineludible para que se mantenga y desarrolle el socialismo con peculiaridades chinas”, dice el informe presentado ante el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh). El informe fue aprobado y establece los lineamientos estratégicos que comandarán el destino de una de las dos mayores potencias planetarias, cuyo poder incidirá de forma decidida sobre todo el mundo.

Uno de esos vectores es la centralidad del PCCh, como base, estructuración, motor y guía de la realidad de China.

Presente en el nombre mismo del país (中, zhōng, medio), el concepto de centralidad definido por su unidad, singularidad y concentración, está desarrollado a lo largo de todo el informe-plataforma programática, en sus diferentes aspectos.

El primero es la identificación del PCCh con toda la sociedad.”Toda la militancia”, expresa, “ha de persistir en el propósito fundamental de servicio de todo corazón al pueblo, tener firmemente arraigado el punto de vista de las masas, respetar el espíritu creativo del pueblo, perseverar en que todo vaya en bien de este y se apoye en él; actual según el principio de ‘de las masas y a las masas’, mantener en todo momento los vínculos de uña y carne con las masas populares”.

En el repaso de los logros conseguidos por el país en los últimos cinco años, el documento afirma que el Comité Central del PCCh “ha dado cohesión y guía al pueblo”, uniendo y dirigiendo “a toda la militancia, todo el Ejército y el pueblo de todas las etnias”.

Por un lado se menciona al Comité Central y no sólo al PCCh, con lo que se enfatiza la concentración. Por otro, se nombra al “pueblo de todas las etnias”, o sea, un solo pueblo y muchas etnias. Se trata de una idea china de unidad, reforzada menos por la homogeneidad que por la heterogeneidad. Es justamente la armonización de diferentes elementos y fuerzas, la que construye la unidad.

El pueblo chino ya no es sólo el “Pueblo”, sino “pueblo de todas las etnias” que lo componen, 56, y junto con el PCCh construirá una “modernización china” que será “civilización material y espiritual” y “coexistencia armoniosa del ser humano y la naturaleza”. El mecanismo de “un país, dos sistemas”, responde a la misma lógica —que podría extenderse a “un país, muchos sistemas”.

En el mismo sentido, la China del futuro habrá de nutrirse tanto de tradiciones como de innovaciones. Las tradiciones serán las antiguas raíces de la cultura tradicional china y las aspiraciones revolucionarias que parieron al PCCh hace cien años, y las innovaciones serán el despliegue del momento brillante que —resalta el documento— comenzó hace una década y ha hecho que el partido llegara a su centenario en pleno florecimiento.

La China socialista moderna será síntesis dialéctica, según la conceptualización de un marxismo adaptado a las circunstancias chinas por un PCCh que, en tanto único, será “la clave” de la construcción de la “revitalización” de esa China.

El documento establece que en una “lucha mancomunada” liderada por el PCCh, toda China avanzará en una nueva misión, o “travesía” o “expedición” (tal como figura en las difíciles traducciones al español emitidas hasta ahora), que hace pensar en la “marcha” de Mao Zedong, hacia una sociedad en que todas las personas vivan mejor.

Es un solo avance. Puede tener muchas líneas, incontables objetivos, infinitas metas, pero es una sola marcha.

En su camino irá logrando armonías sintetizadoras, como la resolución de “la contradicción que hay entre la creciente demanda del pueblo de una vida mejor y el desarrollo desequilibrado” (lo que anuncia la “revitalización” de las zonas rurales, una mejor integración entre las regiones, el Plan de Desarrollo del Oeste y la determinación, que no carece de cierta voluntad temeraria, de poner freno al enriquecimiento explosivo de los sectores millonarios).

La síntesis armonizadora da como resultado una unidad. En la cultura, el plan quinquenal propicia “activar el vigor cultural innovador”, junto al “realce de la cultura revolucionaria” y “la transmisión de la excelente cultura tradicional china”.

La innovación no parte de la nada, sino que está sustentada en la cultura tradicional. Allí está el nutriente de la noción de “centro”, por ejemplo en la teoría de la medianía del confucianismo, la del 中庸, zhōng yōng, en donde zhōng es “inclinado ni de una manera ni de otra”, y yōng, “inmutable”. El centro como medio establece mantener el equilibrio, la moderación, la rectitud, la objetividad, la sinceridad, la honestidad y el decoro. Si las pasiones (alegría, cólera, tristeza) no sobrepasan cierto límite, existe un estado armónico. “Cuando el centro y la armonía han alcanzado su máximo grado de perfección, la paz y el orden reinan en el cielo y la tierra y todos los seres alcanzan su total desarrollo”, dice el libro atribuido al nieto de Confucio.

La obra también establece que “el hombre noble, cualesquiera que sean las circunstancias en que se encuentra, se adapta a ellas con tal de mantenerse siempre en el centro”.

El centro es la mesura, la moderación, el equilibrio, la equidistancia. Es el resultado de la fuerza centrípeta armonizadora, por lo que es concentrado, macizo, sólido, columna vertebral. Construir el centro es ganar el lugar inexpugnable, donde la vulnerabilidad se reduce al máximo. “Hay que intensificar la determinación, fortaleza y fe del partido entero y el pueblo de todas las etnias del país”, dice el documento del Comité Central, porque así no habrá posibilidad de ser amenazado por “falacias” ni amedrentado por “demonios” ni “presiones”. Con esa fortaleza será posible avanzar “frente a las dificultades”.

El fortalecimiento es condición del centro y el centro genera fortalecimiento, lo que explica las recurrentes menciones a una “seguridad nacional”, que es defensa ante ataques externos, pero también autoabastecimiento alimentario, aseguramiento de las cadenas de suministro y soberanía tecnológica. La “seguridad nacional” hace al centro inexpugnable al dotarlo de autosuficiencia.

Luego está el fortalecimiento del centro del centro, el PCCh, a través de la “vertebración de un contingente de cuadros altamente calificados capaces de asumir la importante misión de revitalizar la nación”, por medio del “fortalecimiento de las funciones políticas y organizativas de los organismos del partido”, sin ahorrar en “inspecciones políticas itinerantes como ‘espadas afiladas’” como parte de “disciplinamiento riguroso”.

El documento asegura que ese es el camino que se está recorriendo, que ya ha conseguido un PCCh “más firme y poderoso en el temple revolucionario”.

En pasajes clave del informe se habla de “nueva era” y del pensamiento que la rige. Evalúa el último quinquenio, lo que es la misión formal del Congreso, pero el período en que más se explaya es el de la última década.

La “nueva era” es la iniciada por el presidente Xi Jinping, cuyo aporte ha sido elevado a la categoría de “pensamiento”, que es el pensamiento rector, cuyo único antecedente fue el de Mao Zedong (ni siquiera el de Deng Xiaoping, que recibió la calificación de “teoría”) y los diez años son los diez años de su presidencia,

Reelegido por tercera vez como secretario general, será nuevamente presidente de la Naciòn el año que viene. Xi Jinping es el núcleo del centro.

El norteamericano Einar Tangen, especialista en asuntos políticos de China, fundador de Asia Narratives Channel, analizó que el líder “proyecta estabilidad y continuidad en un momento de incertidumbre económica y política.” Dang Dai

*Director de la Revista Dang Dai

Gustavo Ng