El mayor desafío para el Mercosur: integrar cadenas locales de valor evitando la primarización

La situación de la región hoy es muy buena y, en el plano industrial, creo que el mayor desafío para países como la Argentina, Brasil y aquellos que apuestan a la diversificación productiva y la integración de las cadenas locales de valor es aprovechar los factores positivos del contexto internacional pero evitando el riesgo de primarización. Porque no se sabe si el término “integración” refiere a la densidad de eslabonamientos o a la integración internacional/regional... Los conceptos corresponden al actual titular de Asociación de Industriales Metalúrgicos de la RA, ADIMRA, Juan Carlos Lascurain, que en entrevista con Mercosurabc, señaló que desde la puesta en funcionamiento del Grupo de Integración Productiva del Mercosur, la institución tomó el compromiso de colaborar con el gobierno en la identificación de proyectos de integración productiva entre Pymes del bloque, y participó de todas las iniciativas de creación de Grupos de Integración a nivel sectorial , como por ejemplo, los de petróleo y gas, automotriz o aeronáutico.


Desde su gestión como presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), hasta su actual titularidad de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina, Ud ha mantenido su posición, bregando por resguardar el mercado interno a la vez que continuar estimulando la inversión y el empleo. ¿Cómo percibe hoy el desarrollo industrial de Argentina y de América latina?

Nuestra visión sobre el desarrollo coloca al mercado interno como base ineludible para expandir las exportaciones e insertarnos al mundo exitosamente. No puede existir una matriz de exportación diversificada, con alto valor agregado, intensiva en conocimiento y tecnológicamente moderna si en el plano local no desarrollamos las capacidades de producción necesarias. Es este proceso el que permite un crecimiento virtuoso con pleno empleo, salarios reales crecientes, altos coeficientes de inversión y mejoras de competitividad. El perfil productivo que va desarrollando una economía, a partir de su mercado interno, determina la dinámica de la distribución del ingreso y especialización comercial. Es por ello que el resguardo de la producción y el empleo local y los instrumentos que tienden a dinamizarlos son condiciones necesarias para el desarrollo exportador.

A partir de 2003, la experiencia argentina ha aportado evidencias en este sentido. Los sectores industriales lograron sanear la delicada situación productiva, económica, financiera y patrimonial (que había resultado de décadas de desindustrialización) y tuvieron un desempeño extraordinario, tanto en el mercado local como en los mercados externos. Actualmente, nuestro país ha reconstruido su tejido industrial y, si bien existen desafíos de envergadura que son propios a todo proceso de desarrollo, tenemos por delante un enorme potencial. Este quiebre de tendencia en el proceso de desindustrialización que se había iniciado a mediados de los 70´s no es algo menor y tampoco lo es el hecho de que en los últimos años nuestro país fue el único de América Latina cuyas exportaciones industriales ganaron participación en el total exportado, aún con el aumento del precio de los commodities.

La situación de la región hoy es muy buena y, en el plano industrial, creo que el mayor desafío para países como la Argentina, Brasil y aquellos que apuestan a la diversificación productiva y la integración de las cadenas locales de valor es aprovechar los factores positivos del contexto internacional pero evitando el riesgo de primarización. Porque no se sabe si el término “integración” refiere a la densidad de eslabonamientos o a la integración internacional/regional...

Si logramos consolidar los procesos nacionales de desarrollo pero en el marco de un fortalecimiento de la integración regional, que permita ir cerrando las brechas productivas y de competitividad que aún existen, estoy convencido que tenemos un futuro muy favorable.


Cuál es su visión sobre las perspectivas de crecimiento del sector, en tanto entre 2009 y 2010, las ventas sectoriales tendieron a apoyarse más en el consumo local, en el marco de un mercado externo altamente complejo?

En lo que va de 2011 la industria metalúrgica ha consolidado el proceso de recuperación posterior a la crisis internacional y estimamos que cerrará el año con una expansión anual cercana al 10%, ubicando los niveles de actividad unos 5 puntos por encima de 2008. La dinámica del mercado interno ha sido y seguirá siendo fundamental en el desempeño del sector porque más del 75% de la producción tiene como destino dicho mercado. En este sentido, los escenarios que prevemos para los próximos años son positivos. No obstante, cabe señalar que en estos años nuestro sector ha duplicado el peso de las exportaciones en sus ventas respecto a los 90´s y, en consecuencia, también ha ganado protagonismo la dinámica de los mercados externos.

Aún cuando día a día observamos una mayor complejidad, las perspectivas de crecimiento de la región (principal destino de las exportaciones metalúrgicas) son buenas y eso es un dato positivo. Pero la magnitud de los acontecimiento en el plano mundial nos obliga a estar muy atentos porque sin dudas van a incidir sobre la región. Creo que lo que está en discusión es una nueva división internacional del trabajo y ciertos esquemas de políticas que han fracasado rotundamente. Los países tenderán a acentuar el resguardo de sus mercados internos e intensificaran las políticas de competitividad de sus economías, lo cual tendrá consecuencias sobre los flujos de comercio internacional y los movimientos de capitales.

En este marco, la Argentina y América Latina cuentan con márgenes de maniobra para dar respuestas a este proceso pero es central coordinar esfuerzos para insertarnos en este escenario no sólo como proveedores de materias primas y alimentos, sino también de valor agregado, conocimiento y tecnología. Ya lo estamos haciendo y estamos en condiciones de profundizar este camino.


¿Cuáles son las tendencias en cuanto a la asociatividad pyme en Argentina? Es una práctica internalizada?

Desde ADIMRA venimos acompañando el trabajo que viene llevando a cabo la Cancillería argentina sobre el tema de la asociatividad, desde los comienzos de la Dec. /08 cuando entra en funcionamiento el Grupo de Integración Productiva del Mercosur y se crea el Observatorio Permanente (ORPIP).
Desde ese entonces, ADIMRA ha tomado el compromiso de colaborar con el gobierno en la identificación de proyectos de integración productiva entre Pymes del bloque, y ha participado de todas las iniciativas de creación de Grupos de Integración a nivel sectorial , como por ejemplo, los de petróleo y gas, automotriz, aeronáutico, etc.

En un contexto de alta volatilidad internacional, con una fuerte guerra de monedas, con la amenaza de los productos asiáticos, y donde los excedentes industriales de los países centrales se dirigen a precios “en oferta” hacia regiones como la Latinoamericana, la asociatividad pyme es un posible buen remedio para paliar los efectos de ese fenómeno.


Los productos exportados por las PYMEs argentinas poseen un valor agregado fuertemente superior al de las exportaciones de las grandes empresas, donde las ventas se concentran fundamentalmente en la soja y sus derivados primarios. ¿Esto haría más plausible el uso de las cadenas de valor? En este marco, ¿percibe a la integración productiva como una herramienta útil a la hora de ganar mercados?

Evidentemente, la integración productiva es una herramienta que coadyuva a ganar mercados, ya que posibilita aumentar la escala del mercado de su socio contraparte en forma casi automática, y también permite acceder en conjunto hacia terceros mercados.

Además, no hay que ver sólo a la integración productiva en términos de ventajas cuantitativas sino también de calidad, ya que integrarse le genera a la empresa un sinnúmero de desafíos y nuevas capacidades a incorporar, y la obliga a generar mejores prácticas empresarias. Esto genera que los eslabones de la cadena de valor sean cada vez tecnológicamente más complejos y competitivos internacionalmente.


¿Cómo valora los avances del Proyecto de Integración Productiva del Mercosur en el campo metal-mecánico metalúrgico?

ADIMRA tomó el compromiso de coordinar ese módulo y en ese sentido nuestro Departamento de Relaciones Internacionales está trabajando en consecuencia. Hemos diseñado una encuesta, que fue replicada ya en Paraguay y Uruguay, sobre perspectivas de Integración Productiva Regional dirigida a empresas metalúrgicas de la región.

Esta encuesta, que ya cuenta con más de 200 respuestas de empresas argentinas, permitirá identificar oportunidades tendientes a lograr una mayor integración productiva entre empresas en el ámbito del MERCOSUR, que también genere insumos de utilidad para el diseño y desarrollo de instrumentos y políticas públicas -tanto a nivel sectorial como a escala regional.

Estamos convencidos que la potencialidad de la industria local en su interacción con la región sobre todo puede ser comprendida a partir del testimonio directo de los mismos empresarios.


¿Cuáles son las políticas que aún faltan diseñar para el sector?

Los desafíos que los industriales tenemos por delante atraviesan diversos planos que no dependen de un instrumento puntual, sino de la coordinación de políticas en los planos de la macroeconomía, de la política industrial más horizontal y de medidas específicas para cada uno de los sectores o cadenas de valor. En los últimos años hemos avanzado mucho en este sentido y existen ejemplos muy claros de las sinergias positivas que se generan cuando logramos articular un esquema económico general propicio con herramientas de políticas puntuales, que suman esfuerzos del sector público y privado. En términos generales, la consolidación de los pilares de la política macroeconómica aplicada a partir de 2003 es condición necesaria para dar un entorno adecuado al desarrollo productivo.

En el plano más sectorial, existen aspectos centrales vinculados con el financiamiento y la banca de desarrollo, la profundización del compre nacional para obras de infraestructura y grandes proyectos de inversión, el fortalecimiento de las herramientas de resguardo del mercado interno frente a la competencia desleal, la formación de recursos humanos y otros instrumentos que favorezcan la inversión, el desarrollo de proveedores, el incremento de las exportaciones y la innovación tecnológica. En todos ellos hubo avances que debemos profundizar y sofisticar para potenciar el desarrollo de la industria metalúrgica.


Por último, ¿cuáles serían para Ud los instrumentos necesarios para financiar la integración productiva?

El tema del financiamiento es un punto muy relevante para el futuro de la integración productiva. El financiamiento debe posibilitar la adecuación de las estructuras tecnológicas y organizacionales particulares de cada firma para que las mismas puedan insertarse en redes empresariales y cadenas de valor cada vez más complejas y competitivas.

En este sentido, es necesario poseer una visión regional del financiamiento, favoreciendo proyectos que posibiliten reducir las brechas productivas entre países y potencien las ventajas regionales frente a otros bloques.

En este marco, pueden potenciarse instrumentos ya disponibles, como el FOCEM, y delinear la creación de nuevos.

Asimismo, es importante la coordinación de esfuerzos entre las instituciones financieras y gubernamentales de los distintos países para que den lugar al financiamiento de este tipo de proyectos.

Graciela Baquero