Argentina en la presidencia del Mercosur. Acuerdo con UE en tensión por Pacto Verde. Los acreedores ambientales

Jefes Negociadores del acuerdo Mercosur - UE en Buenos Aires, estudian el nuevo Green Deal. Reposicionamiento argentino como presidente pro tempore del bloque. Lula adelanta el diálogo con la Comisión Europea. Modificaciones en el Pacto Verde y su impacto en las exportaciones alimentarias regionales. El reclamo del ministro Massa en la Cumbre del G20.


A través de un parco comunicado de prensa, la Cancillería argentina informó que los días 7 y 8 de marzo, se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires una reunión entre los Jefes Negociadores del acuerdo Mercosur – Unión Europea, con el objetivo de continuar avanzando en las negociaciones hacia la concreción del acuerdo comercial entre ambos bloques. El escueto comunicado da cuenta de conversaciones en torno a los tres ejes del desarrollo sostenible: económico, social y ambiental, como marco para apuntar a una profundización de la asociación birregional.

También se destacó “la difícil y compleja configuración del nuevo escenario político y económico del mundo, que impulsa a los diversos actores a prestar importancia a lo estratégico de las relaciones birregionales”. En este sentido, ambas delegaciones coincidieron en que resulta clave intensificar el diálogo entre ambas partes, con el objetivo de arribar a un acuerdo que resulte “mutuamente beneficioso y equilibrado”. Al tiempo que procedieron a acordar un cronograma de trabajo durante este primer semestre del año.

En el marco de las reuniones previas, La Comisión Europea presentó a los funcionarios de Mercosur, el Pacto Verde con sus nuevas reglamentaciones, que limitan seriamente la exportación de agroalimentos por parte de los países del bloque regional. (Ver más abajo: El Pacto Verde. La gran discusión)

Prioridades externas de Argentina en el Mercosur

En el ámbito del Mercosur, en las reuniones del 15 y 16 de marzo, el Grupo de Relacionamiento Externo del Mercosur, en el marco del inicio de la presidencia pro tempore de Argentina, marcó su posicionamiento sobre este tema.

En ese marco, corroborado en su publicación en el sitio del Palacio San Martín, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería argentina, Cecilia Todesca, se refirió al “particular” contexto internacional en el que estamos actualmente, en particular a las “tensiones” que atraviesa la globalización y sus efectos económicos producidos por el conflicto de Ucrania.

Al referirse a la negociación del Acuerdo con la Unión Europea, si bien fue ubicado en la agenda de trabajo de la PPTA, deberán contemplar una negociación en la que la Unión Europea esté dispuesta a otorgar compensaciones al Mercosur para restablecer los equilibrios, que se han visto afectados por las nuevas demandas de Europa en materia de sustentabilidad y, sobre todo, por las nuevas regulaciones del Pacto Verde, que ponen en riesgo buena parte de las exportaciones de los países del Mercosur al mercado europeo.

La coordinadora argentina informó además sobre los “ejes” de trabajo para la presidencia, entre los que destacó el impulso de los trabajos en los diversos foros técnicos, como la puesta en marcha en funcionamiento del Grupo Ad Hoc sobre comercio y desarrollo sostenible, así como la modernización del régimen de origen, la continuación de la revisión del Arancel Externo Común, el impulso a la integración energética, la adecuación de la estructura institucional del bloque, la normalización de su situación financiera y la organización próxima de otras actividades, por ejemplo, la edición del Foro Empresarial, entre otros temas.

Con respecto al relacionamiento externo, la prioridad de Argentina en su presidencia, según dijo, estarán “centradas” en la región de América Central, en la que el bloque “no tiene una presencia comercial acorde con los lazos históricos que nos unen”, y con el continente africano, considerando las oportunidades comerciales que ofrece, no solo en sus bienes agrícolas, sino también industriales y servicios.

Lula comienza el diálogo con la UE

Poniendo de relieve las coincidencias en los lineamientos del Mercosur con Argentina, hoy presidente pro tempore del Mercosur, el 16 de febrero, el presidente de Brasil discutió el acuerdo de libre comercio Mercosur – Unión Europea, con la presidente del bloque europeo, Ursula von der Leyen, en una conversación telefónica en la que también se habló de la lucha contra la deforestación amazónica.

La relación de Lula da Silva con los órganos de la Unión Europea, y su retorno como interlocutor regional, es una carta que los países del Mercosur esperan usar a su favor en las negociaciones interbloque.

El acuerdo de libre comercio Mercosur – Unión Europea fue aprobado en el año 2019, tras 20 años de negociaciones, pero quedan pendientes puntos de discusión en cuanto a las asimetrías y el comercio agrícola, que se complica con las últimas modificaciones al Pacto Verde que ya estaba en vigencia en Europa. De todas formas, para entrar en vigencia necesita ser ratificado por los parlamentos de todos los países de los dos bloques, lo que en la práctica significa que el acuerdo deberá ser aprobado por los parlamentos y gobiernos nacionales de los 31 países involucrados, un proceso que podría llevar años.

De acuerdo con lo manifestado por Lula da Silva, su objetivo en la próxima presidencia pro tempore, es completar el documento en esos seis meses, para reactivar – y profundizar – los vínculos comerciales y diplomáticos de América Latina y la Unión Europea.

El Pacto Verde. La gran discusión

En el marco del calentamiento global y la crisis climática, la Unión Europea adoptó en 2021, un set de políticas y medidas que busca “reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, invertir en investigación e innovación de vanguardia y preservar el medio ambiente natural de Europa”, según la definición de la Comisión Europea.

El Pacto Verde dispone de dos objetivos fundamentales. En primer lugar, a mediano plazo, se plantea reducir en un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero (principales provocadores del calentamiento global) respecto de los niveles de 1990 para el 2030. A largo plazo, se espera llegar a la neutralidad de carbono para 2050. Hablar de neutralidad de carbono no implica que desaparezcan las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que el total de dióxido de carbono que se emita sea compensado con captura de carbono, sostiene un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Una modificación en su reglamentación, presentada por la CE para su aprobación al Parlamento Europeo, llevó a que se llegara a un “acuerdo político provisional”, a fines de 2022, poco antes de la Cumbre COP15, según reseña la delegación de la Comisión de Chile. Las nuevas reglamentaciones del Green Deal europeo, se relacionan con las cadenas de suministro del continente, que no deben contribuir a la deforestación.

“Una vez sea de aplicación, la nueva legislación obligará a las empresas pertinentes a actuar con la diligencia debida si introducen en el mercado de la UE, o exportan desde él, lo siguiente: aceite de palma, ganado bovino, soja, café, cacao, madera y caucho, así como sus productos derivados (por ejemplo, carne de vacuno, muebles o chocolate). Estos bienes básicos se han escogido a raíz de una evaluación de impacto exhaustiva que los ha definido como los principales impulsores de la deforestación debida a la expansión agrícola”, abunda la Comisión Europea.

Las nuevas normas se basan en las medidas principales propuestas por la Comisión, a saber: lucha contra la deforestación, con independencia de que sea legal o ilegal; estrictos requisitos de trazabilidad que vinculen los bienes básicos a las tierras agrícolas en las que se hayan producido; y un sistema de evaluación comparativa de países.

El nuevo Reglamento establece estrictas normas obligatorias de diligencia debida para las empresas que deseen comercializar los productos pertinentes en el mercado de la UE o exportarlos. Los agentes económicos y los comerciantes tendrán que demostrar que los productos no han contribuido a la deforestación, por haberse producido en tierras que no hayan sido deforestadas después del 31 de diciembre de 2020, y que cumplen toda la legislación aplicable y pertinente en vigor en el país de producción.

También se exigirá a las empresas que recopilen información geográfica precisa sobre las tierras agrícolas en las que han obtenido esos bienes básicos suministrados, a fin de poder comprobar su conformidad. Los Estados miembros deben asegurarse de que el incumplimiento de las normas dé lugar a sanciones efectivas y disuasorias.

La lista de bienes básicos contemplados se revisará y actualizará periódicamente, teniendo en cuenta nuevos datos, por ejemplo, los cambios en los patrones de deforestación.

La Comisión mantendrá un sistema de evaluación comparativa que se aplicará a los países o regiones y determinará su nivel de riesgo de deforestación y degradación forestal (bajo, regular o alto), teniendo también en cuenta la expansión agrícola con fines de producción de los siete bienes básicos y productos derivados. Las obligaciones de las empresas dependerán del nivel de riesgo.

Las nuevas políticas en la UE pueden impactar sustancialmente en el comercio exterior argentino y del bloque suramericano con Europa, informa la Bolsa de Comercio de Rosario. Casi el 44% de las exportaciones argentinas hacia la UE entran entre los productos considerados en la normativa en discusión respecto a deforestación. De allí la insistencia de Argentina en calidad de presidente pro tempore del Mercosur, en el reclamo de compensaciones por las exportaciones agroalimentarias que se suspenderían.

En el mismo sentido se enmarca el reclamo del ministro de Economía argentino Sergio Massa, que en el marco de la pasada Cumbre del G20, planteó la necesidad de ver a la Argentina y el mundo en desarrollo, como acreedores ambientales, en lugar de tratar de evitar la explotación de sus recursos petroleros y gasíferos.

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