La Declaración de Johannesburgo desafía el boicot de Estados Unidos
La cumbre del G20 en Sudáfrica cerró el 23 de noviembre marcada por tensiones abiertas con Donald Trump, quien boicoteó el encuentro al negarse a enviar un representante de alto nivel a la ceremonia de traspaso de la presidencia rotatoria y acusar al gobierno de Cyril Ramaphosa de perseguir a la minoría afrikáner, el grupo étnico blanco descendiente de colonos europeos.
El desencuentro, que obligará a posponer el protocolo de traspaso de la presidencia rotatoria del G20, puso en evidencia un clima diplomático enrarecido en una cumbre que, aun así, adoptó una inusual declaración temprana con fuertes acentos en desigualdad, deuda y transición energética.
Sudáfrica había advertido que no realizaría la tradicional ceremonia de traspaso al final de la cumbre porque la delegación estadounidense estaría encabezada solo por un funcionario de bajo rango, lo que Pretoria consideró un desaire al presidente Cyril Ramaphosa.
“Estados Unidos es miembro del G20 y si quieren ser representados, aún pueden enviar a alguien del nivel adecuado”, reclamó el ministro de Asuntos Exteriores, Ronald Lamola, subrayando que se trata de una cumbre de líderes y que el mínimo exigible era un jefe de Estado, un enviado especial o un ministro.
El boicot estadounidense también alimentó la polémica en torno a la rápida aprobación de la declaración de líderes, difundida el mismo sábado 22 al inicio de las sesiones, cuando la tradición es que sea publicada al cierre del G20.
El texto de la cumbre, que reúne a las principales economías del mundo para coordinar políticas económicas, financieras y globales, se presentó pese a la oposición de EE. UU. y de Argentina, cuyo presidente Javier Milei, aliado de Trump, también estuvo ausente. Aun así, el documento fue respaldado por China, Rusia, Francia, Alemania, Japón, Canadá y la Unión Europea.
En su discurso de clausura, Ramaphosa defendió que la declaración de Johannesburgo es “más que palabras” y representa “un compromiso con acciones concretas”.
La declaración conjunta subraya los siguientes puntos esenciales: primero, el compromiso con el multilateralismo y con el respeto al derecho internacional. Luego, hace énfasis en las prioridades del Sur Global, especialmente en el apoyo a la sostenibilidad de la deuda de los países más vulnerables.
Además, promueve la transición energética justa, con mayor acceso a la energía en África. Y destaca la urgencia de movilizar financiamiento para fortalecer la acción frente al cambio climático, un enfoque desaprobado por la administración estadounidense.
Ramaphosa también reivindicó que Sudáfrica utilizó su presidencia para continuar la línea trazada por Indonesia, India y Brasil, centrada en las necesidades de las economías en desarrollo.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, presente en Johannesburgo, aseguró que tanto esta cumbre como la COP30, que Brasil organizó (ver newsletter anterior), demuestran que el multilateralismo “está muy vivo” pese al intento de Trump de fortalecer el unilateralismo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, celebró esta primera cumbre del G20 en África, pero reconoció que el bloque “está luchando por tener un estándar común” en temas geopolíticos.
El reclamo de la Confederación Sindical Internacional
A pesar de reconocer que la presidencia sudafricana promovió un programa progresista, situando las prioridades de África en el centro del proceso de discusión del grupo, la CSI manifestó que no se incluyó en la declaración la formación del Panel Internacional sobre Desigualdad, diseñado por un comité de expertos coordinados por el Premio Nobel Joseph Stiglitz.
Bajo el lema “Solidaridad, igualdad y sostenibilidad”, la presidencia de este año se apoyó en el legado progresista de Brasil y estableció varios grupos de expertos que publicaron informes con recomendaciones de política importantes sobre desigualdades, deuda y política industrial, señala el comunicado de ITUC - CSI .
La CSI celebra que la Cumbre haya adoptado la Declaración de Líderes de la Cumbre del G20 en Sudáfrica, la cual hace un gran hincapié en el desarrollo y las prioridades de África.
Los sindicatos acogen con satisfacción:
“El reconocimiento de la importancia de los empleos buenos y de calidad y el trabajo decente como elementos centrales de la industrialización sostenible, así como la función esencial de las instituciones laborales sólidas, los mecanismos justos para la fijación de salarios y la protección social universal en la reducción de las desigualdades.
“El reconocimiento de la necesidad de políticas coordinadas que vinculen la industrialización, la creación de empleos decentes, la protección social y el respeto de los derechos laborales como motores del desarrollo económico inclusivo.
“La inclusión de metas específicas relativas al empleo juvenil, la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo y la brecha salarial de género, tal como habían acordado previamente los Ministros de Trabajo y Empleo del G20.
“El reconocimiento de vías nacionales de transición justa como factores principales de la acción climática. Los líderes del G20 también apoyaron la existencia de normas económicas, sociales y ambientales sólidas en la exploración de minerales fundamentales.
“Compromisos para aumentar la inversión y la protección social en la economía del cuidado, junto con el llamamiento a apoyar la adopción y la aplicación de sistemas de protección social universal.
“El reconocimiento de la importancia de abordar los derechos humanos, la transparencia y la explicabilidad, la regulación, la seguridad y la supervisión humana para garantizar una IA segura y fiable.
Sin embargo, el comunicado manifiesta que “Aunque la declaración es un avance positivo, la ambición política no cumple las expectativas en esferas clave que son fundamentales para reducir las desigualdades, tales como la promoción de los salarios mínimos vitales, el fortalecimiento de la negociación colectiva y compromisos firmes sobre fiscalidad internacional. En particular, el texto no incorpora recomendaciones esenciales del Comité Extraordinario de Expertos Independientes sobre Desigualdad Global del G20”.
“El G20 debe establecer una agenda política sólida para luchar contra las desigualdades. Los líderes del G20 deben apoyarse en los resultados del informe elaborado por el Comité Extraordinario de Expertos Independientes sobre Desigualdad Global del G20 y promover compromisos concretos con miras a reducir las desigualdades, en particular mediante su participación en la elaboración de una Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cooperación Fiscal Internacional y el apoyo a la creación de un Panel Internacional sobre Desigualdad”, destacó Luc Triangle, secretario general de la Confederación Sindical Internacional, citando el documento del Comité.
La secretaria general del Comité Consultivo Sindical de la OCDE (TUAC), Veronica Nilsson, añadió: “Para mostrar su pertinencia como plataforma multilateral, el G20 debe cumplir sus promesas de prosperidad compartida y conducir a la adopción de medidas concretas a nivel nacional e internacional. Las estrategias del G20 deben otorgar un lugar central a los objetivos mensurables en materia de creación de trabajo decente, libertad sindical y de asociación, fortalecimiento de la negociación colectiva y salarios mínimos vitales para promover la solidaridad, la igualdad y la sostenibilidad”.
Fuentes: France 24/ Sitio oficial ITUC - CSI
Texto de la Declaración Final Cumbre G20 (gentileza de IRI de UNLP)





