Intercambio asimétrico
A pesar del efecto de la devaluación en el último año y medio, que hizo ganar un 30% en competividad-precio a la economía argentina respecto del nivel de los últimos seis años de la convertibilidad; el comercio argentino registró once meses consecutivos de déficit con Brasil por un monto acumulado cercano a los 970 M de dólares, señala un informe de coyuntura de la consultora Ecolatina del mes de junio. El sector textil fue uno de los más afectados por la creciente penetración de productos brasileños, con subas del 56% en las importaciones de tejido de algodón entre 2001 y 2004.
En la segunda mitad de la década de los noventa el intercambio bilateral
fue predominantemente positivo para la Argentina,
aún cuando la paridad bilateral favorecía a Brasil, en especial a partir de la devaluación del Real en enero de 1999. Por el contrario, desde mediados de 2003 el saldo
del balance comercial se inclinó a favor de la
economía brasileña, pese a la fuerte mejora del tipo
de cambio bilateral.
Los flujos comerciales parecen tener una correlación
más estrecha con el nivel de actividad económica
en ambos lados de la frontera que con la depreciación. Es así como el ciclo de recuperación argentino sumado a un contexto recesivo durante 2003 en el
mayor socio comercial del MERCOSUR - el PBI
brasileño retrocedió 0,2% - impulsa la tendencia
deficitaria en la balanza comercial de Argentina.
La incipiente recuperación de la actividad brasileña
– en el primer trimestre del año creció 2,5% con
respecto a igual período anterior- permitió revertir
levemente la tendencia decreciente de las
exportaciones argentinas a ese mercado.
Durante los primeros cuatro meses del año las
colocaciones argentinas en Brasil aumentaron 3,5%
con relación al mismo lapso de 2003. La variación,
sin embargo, es ínfima en comparación con el
fuerte avance de las exportaciones brasileñas hacia la Argentina, que crecieron cerca de 80%, explica el análisis.
Luego de la crisis económica de 2002, la Argentina
ha recobrado paulatinamente importancia como
destino de las ventas externas brasileñas. En la
actualidad, el mercado local es el destinatario de
casi 8% de las exportaciones totales del Brasil, más
del doble del piso registrado en 2002 (3.9%).
En sentido contrario, el mercado brasileño
representa una porción cada vez más reducida de
las colocaciones argentinas al mundo: pasó de
estar por encima del 30% en 1997 a la mitad en la
actualidad.
Después de señalar los distintos momentos en la historia de las relaciones económicas entre Argentina y Brasil, en que el intercambio tuvo la
virtud de contrapesar las tendencias en ambas
economías, compensando alternativamente las
caídas de la actividad económica interna de cada
país, Ecolatina se refiere a los sectores más afectados por el actual boom importador desde Brasil.
Entre los sectores más sensibles el informe menciona en primer lugar al textil. Las compras de
tejidos de algodón subieron 56% entre el primer
cuatrimestre de 2004 y el mismo período de 2001,
en tanto que las compras de fibras e hilados
manufacturados aumentaron 77%.
Otro rubro impulsado por la actividad del sector agropecuario argentino fue el de maquinaria agrícola. En el
primer cuatrimestre del año se sextuplicaron las
adquisiciones realizadas desde Brasil en comparación con igual
lapso de 2001.
Otro tanto sucede con la línea blanca. Las
importaciones de heladeras brasileñas acumuladas
hasta abril pasado crecieron 58% contra el primer
cuatrimestre de 2001, mientras que las de lavarropas lo hicieron un
22%.
Transición hacia sistema armonizado de defensa de la competencia
Una serie de factores de naturaleza estructural y coyuntural son presentados en el trabajo como causantes de las distorsiones en el intercambio, que pueden transformarse en asimetrías estructurales. Entre los coyunturales, relacionados con la política comercial adoptada por cada economía, las
facilidades otorgadas para la localización de
inversiones y los subsidios a determinados
sectores son elementos de peso.
La forma en que las autoridades brasileñas apoyan
el desarrollo en el mercado interno de numerosos
sectores productivos ha sido y es un punto de
especial relevancia en el contexto de las
discusiones sobre las condiciones de competencia
intrazona, señala Ecolatina.
Según la percepción del sector empresario argentino, la diferente
propensión de los gobiernos a establecer políticas
de ayuda directa a través de subsidios es un comportamiento que provoca fuertes asimetrías entre
los socios, especialmente en lo referido a la
localización de las inversiones, tanto de las
provenientes de la región como las procedentes del
resto del mundo.
En general, la secuencia del impacto de un subsidio
se inicia con un aumento en los niveles de
producción, en las ventas, el empleo y
presumiblemente, en la capacidad para acumular
capital; proceso que seguirá con la incorporación de tecnología y apropiación de know how; y terminará con un mejoramiento de su posición hasta llegar a tener capacidad de definir estrategias de precios en
los mercados internacionales, explica el informe de coyuntura.
En este sentido, Ecolatina señala la necesidad de
definir en el marco del proyecto de integración del Mercosur, una serie de instituciones y herramientas
que posibiliten limitar las asimetrías en la
competencia; particularmente para las
provocadas por la intervención de los gobiernos nacionales.
La propuesta de Brasil para avanzar con el proceso
de asociación regional se orienta al reemplazo de
los mecanismos de defensa comercial – derechos
antidumping y compensatorios o antisubsidios - por
una legislación armonizada de defensa de la
competencia.
Sin embargo, el objetivo de las políticas de integración debe ser
promover la liberalización completa de las barreras
comerciales en el interior del bloque, pero también
debe tender a un trato igualitario entre las empresas
radicadas en los estados miembro.
La Unión Europea - un modelo de integración
territorial, económica y política - eliminó estos
instrumentos para el comercio intracomunitario sólo
cuando se armonizaron plenamente las
legislaciones en materia de defensa de la
competencia, no sólo desde un punto de vista
jurídico, sino también en lo referente a la
interpretación de los estándares técnicos de las
investigaciones. Por supuesto, se exigió
previamente la desaparición de los subsidios
nacionales.
Un camino para resolver estos problemas consistiría en mantener los instrumentos antidumping y antisubsidios (AD-AS) durante un período de transición. El esquema sería único y de aplicación obligatoria para los Estados Parte. Perseguiría la adopción final de un sistema armonizado de defensa de la competencia intrazona una vez superado el período de transición, adaptadas las legislaciones de defensa de la competencia en cada socio, y removidas todas las asimetrías que dificultan la competencia en el comercio entre los socios, en particular los subsidios, sugiere Ecolatina.