INTAL: El Pacto Verde y sus Implicancias para América Latina y el Caribe

El Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) llevó a cabo el 16 de mayo, un evento en el que se abordaron de manera exhaustiva las implicancias del Pacto Verde Europeo en la región de América Latina y el Caribe (ALC). Destacados expertos en el tema, proporcionaron un análisis detallado de las políticas ambientales, las regulaciones comerciales y el impacto negativo sobre el intercambio comercial birregional. También expusieron posibles estrategias de adaptación para la región frente a este nuevo escenario global.


El Pacto Verde, analizado en la última edición de la “Revista Integración y Comercio N°49”, del BID/ INTAL -presentada en el evento- plantea la problemática del impacto de la ambiciosa estrategia europea en las economías de la región.

Entre los principales oradores se destacó Kathia Michalczewsky, consultora del BID INTAL y co autora del capítulo "América Latina y el Caribe frente al desafío de las barreras comerciales verdes" de la nueva revista.

Fuga de carbono

En su introducción, el trabajo de la investigadora destaca que “los objetivos ambientales difieren notablemente entre países a pesar del carácter global de la problemática. Esta brecha puede dar lugar a la llamada “fuga de carbono”. Frente a este riesgo y ante la dificultad de lograr una acción coordinada a nivel global, algunas de las alternativas para compensarla se presentan en la forma de medidas que afectan al comercio internacional: los acuerdos comerciales y la aplicación de políticas unilaterales, como la prohibición de importación de bienes que provengan de tierras deforestadas y los ajustes en frontera relacionados con el contenido de carbono. La proliferación de estas medidas -abunda el trabajo- tendrá impactos importantes sobre los flujos de comercio internacional y afectará de forma particular a algunos países y sectores de América Latina y el Caribe. Este documento analiza la posición de los países de la región frente a la aplicación de estas medidas y analiza los principales retos que tendrán para mitigar el impacto negativo y, a su vez, adaptarse a las nuevas reglas de juego”.

El Pacto Verde, presentado en el evento, constituye una ambiciosa estrategia impulsada por la Unión Europea (UE), según su propia descripción, “con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática para el año 2050”, ha despertado un profundo interés pero también controversias en la región, debido a las potenciales repercusiones en materia de comercio y medio ambiente.

Uno de los aspectos centrales del evento fue la presentación de las regulaciones propuestas por la UE en el marco del Pacto Verde, que tendrían como objetivo “reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, promover la eficiencia energética y proteger la biodiversidad". Entre estas regulaciones, se destacan aquellas que imponen estrictos requisitos de trazabilidad para la importación de productos agrícolas y forestales, “con el fin de garantizar que no contribuyan a la deforestación y otros impactos ambientales negativos".

Controvertidas regulaciones sobre deforestación de la UE

Por su parte, Pablo de la Vega, economista e investigador de FUNDAR, ofreció una visión detallada de las regulaciones de la UE sobre productos libres de deforestación (DFP), destacando que queda planteada necesidad de que la producción para exportación no utilice tierras deforestadas después del 31 de diciembre de 2020. Estas regulaciones afectan una amplia gama de productos, incluyendo soja, ganado bovino, cacao, café, aceite de palma y madera, y podrían tener un impacto significativo en las exportaciones de la región si no se adaptan adecuadamente. Según de la Vega, Argentina necesita un sistema de trazabilidad robusto que integre información sobre cambios de uso del suelo y deforestación.

En cuanto a los impuestos del Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM), Silvina Cabrini, investigadora del INTA, explicó que la implementación de un impuesto al carbono podría tener un impacto significativo en sectores como la ganadería bovina, pero sugirió que mejorar la productividad y los sistemas de generación de información sobre emisiones podría ayudar a mitigar este impacto. Cabrini mencionó que las medidas afectarían especialmente a Uruguay, Paraguay y Brasil. Aunque Argentina tiene una menor tasa de deforestación, tendría que aumentar un 8% el impuesto a las exportaciones de carne bovina a la UE, ya que no se adapta completamente a la regulación.

El impacto mayor se daría en ALC para la exportación de café y aceite de palma, como el caso de Honduras, cuyos mercados están concentrados en la UE. Los disertantes reconocieron que las disposiciones son un tema nuevo y no hay casos de referencia, e incluso arriesgaron que el comercio podría resultar distorsivo con su aplicación.

Economía circular, datos y políticas de gobierno

Por su lado Beatriz Carneiro, coordinadora de ONU para ALC, destacó las ventajas de la economía circular. Según un estudio realizado por esta organización junto con BID y CELAC, se llegó a la conclusión de que las exportaciones de alimentos y biomasa, así como la silvicultura en Argentina, podrían reducir las emisiones de carbono en una tercera parte aplicando economía circular, que en la actualidad, alcanza a sólo el 1% de la economía regional.

Entre los problemas registrados en términos de exportación, se destaca la falta de datos de emisiones, certificaciones y políticas de gobierno, además de una esencial ausencia de infraestructura, para lo cual se necesita inversión y financiamiento de bancos regionales.

En resumen, los expertos participantes del evento, proporcionaron una visión detallada de la forma en que el Pacto Verde Europeo podría redefinir la relación entre Europa y América Latina y el Caribe. Si bien las regulaciones propuestas presentan desafíos significativos para la región, también ofrecen oportunidades para fortalecer la cooperación público-privada, desarrollar sistemas de trazabilidad robustos y promover el financiamiento verde en la región, concluyeron los expositores.

En este sentido, es fundamental que los países de América Latina y el Caribe trabajen en conjunto para desarrollar estrategias de adaptación y mitigación que les permitan aprovechar al máximo las oportunidades presentadas por el Pacto Verde, al tiempo que de lograrlo, minimizarían sus posibles impactos negativos en la economía y el medio ambiente de la región.

Ricardo Rozemberg, especialista en Integración y Comercio de BID/ INTAL, puso de relieve que “para cumplir con las exigencias europeas, América Latina necesita abrir mercados, pero no solo como exportadores de materias primas. Es necesario avanzar hacia el desarrollo industrial para asegurar una inserción internacional sostenible y competitiva. La propuesta de trabajo en conjunto de los latinoamericanos para mitigar estos fenómenos es fundamental”.

Por último, en el marco del MERCOSUR, los panelistas observaron que se requieren recursos significativos para cambiar los sistemas de producción según las exigencias europeas, y la cooperación regional se tornará esencial para enfrentar estos desafíos y capitalizar las oportunidades emergentes.

Camila Peralta