Lula: un mundo multipolar con presencia real de los emergentes

La paz. Su garantía en un mundo más democrático. Los errores del liberalismo. El reclamo de un sistema financiero global al servicio de la producción, el trabajo y el empleo. Representación de los países emergentes en los principales órganos de gobernanza global. La deuda externa. La asfixia a su socio del Mercosur, Argentina. Brasil inicia con Lula da Silva, la recuperación de su liderazgo.


“Esta vez fue el turno de Brasil de ser la voz de la periferia en el G7, como lo fue Alberto Fernández en la cita realizada, el año pasado, en Alemania”, reseña la destacada periodista Eleonora Gosman (Perfil, 19/05/2023).

El año pasado, el G7 invitó a Alberto Fernández a participar de la reunión, realizada en Alemania. Como lo hizo en este encuentro su colega brasileño, en aquella oportunidad el presidente argentino enfocó su discurso sobre dos temas: el fin del conflicto ruso-ucraniano y la necesidad de que las potencias incorporen a los países en desarrollo en la arquitectura financiera mundial. AF se alegró de haber sido, en esa cita, por constituirse en “la voz de la periferia mundial”, dice EG.

Pero no ocultó sus dudas: “Me voy satisfecho, pero a la vez preocupado” por la evolución de la situación financiera internacional en la “post pandemia”. Lo cierto es que la inquietud del gobierno brasileño respecto a lo que ocurre en la Argentina de estos días, por las dificultades que atraviesa el país, no es sólo retórica: “Tiene un impacto real en la economía de Brasil”, diagnosticó el economista André Roncaglia, profesor en la Universidad Federal del Estados de San Pablo (Unifesp), reflexiona Gosman en su trabajo.

Lula protagonizó una serie de encuentros bilaterales con presidentes europeos, ya que el primer mandatario brasileño está notoriamente involucrado en los esfuerzos por detener el conflicto entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, no se reunió con el presidente de Ucrania Zelensky, aparecido sorpresivamente y sin invitación oficial en la reunión. Y reflexionó acerca de que no habría plan de paz posible si una de las partes no lo quiere, en directa alusión a Ucrania y los aliados OTAN.

Con una brillante exposición, el presidente Lula participó de la sesión titulada "Trabajando Juntos para Enfrentar las Múltiples Crisis", en el segmento ampliado de la Cumbre de Hiroshima, al que el Primer Ministro Kishida invitó a Brasil a participar. En su discurso, Lula expuso las debilidades de los dogmas y los errores del neoliberalismo.

En resumen, Lula recordó que la última de las 7 veces que fue invitado a la reunión del G-7, la cumbre de L'Aquila en 2009, el mundo enfrentó una crisis financiera global de proporciones catastróficas, que llevó a la creación del G -20 y expuso la fragilidad de los dogmas y errores del neoliberalismo, de acuerdo con la agencia Telam.

“El ímpetu reformador de ese momento fue insuficiente para corregir los excesos de la desregulación de los mercados y la apología del Estado mínimo. La arquitectura financiera mundial ha cambiado poco y no se han sentado las bases de una nueva gobernanza económica”, señaló.

También se refirió a importantes retrocesos, como el debilitamiento del sistema multilateral de comercio, mientras cobra fuerza el proteccionismo de los países ricos y la Organización Mundial del Comercio sigue paralizada. Nadie recuerda la Ronda de Desarrollo.

“El mundo de hoy está experimentando la superposición de múltiples crisis: la pandemia de Covid-19, el cambio climático, las tensiones geopolíticas, una guerra en el corazón de Europa, presiones sobre la seguridad alimentaria y energética y amenazas a la democracia.

“Para enfrentar estas amenazas, debe haber un cambio de mentalidad. Es necesario derribar mitos y abandonar paradigmas que se han derrumbado. El sistema financiero global tiene que estar al servicio de la producción, el trabajo y el empleo. crecimiento dirigiendo esfuerzos y recursos en pro de la economía real.

Un párrafo especial lo mereció su socio argentino, vital para la economía brasileña: “El endeudamiento externo de muchos países, que victimizó a Brasil en el pasado y hoy asola a Argentina, es causa de una flagrante y creciente desigualdad, y requiere un tratamiento del Fondo Monetario Internacional que considere las consecuencias sociales de las políticas de ajuste.

“El desempleo, la pobreza, el hambre, la degradación ambiental, las pandemias, son tareas que solo pueden ser enfrentadas con un Estado que induzca políticas públicas encaminadas a garantizar los derechos fundamentales y el bienestar colectivo. Un Estado que promueva la transición ecológica y energética, la industria y la infraestructura verde”, continuó.


Pero exigió superar la falsa dicotomía entre crecimiento y protección del medio ambiente, para poner la lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad en el centro de la agenda internacional, asegurando una adecuada financiación y transferencia tecnológica.

La Agenda 2030, acordada multilateralmente, no puede ser afrontada por un país de forma aislada, según señaló. “La solución no está en la formación de bloques antagónicos o respuestas que incluyan solo a un pequeño número de países”.

En esta transición hacia un orden multipolar -según su propia definición-, los cambios profundos en las instituciones “sólo tendrán legitimidad y eficacia si se toman y se implementan democráticamente”.

No tiene sentido hacer un llamado a los países emergentes para que contribuyan a resolver las “múltiples crisis” que enfrenta el mundo sin que se atiendan sus legítimas preocupaciones y sin que estén adecuadamente representados en los principales órganos de gobernanza global, agregó.

“La consolidación del G-20 como principal espacio de concertación económica internacional fue un avance innegable. Será aún más efectivo con una composición que dialogue con las demandas e intereses de todas las regiones del mundo. Esto implica una representación más adecuada de los países africanos.

“Las coaliciones no son un fin en sí mismas y sirven para impulsar iniciativas en espacios plurales como el sistema de la ONU y sus organizaciones asociadas. Sin la reforma de su Consejo de Seguridad, con la inclusión de nuevos miembros permanentes, la ONU no recuperará la eficacia, autoridad política y moral para enfrentar los conflictos y dilemas del siglo XXI.

“Un mundo más democrático en la toma de decisiones que afectan a todos es la mejor garantía de paz, desarrollo sostenible, derechos de los más vulnerables y protección del planeta. Antes de que sea demasiado tarde”, concluyó.

La ayuda para el principal mercado externo de Brasil: Argentina

Hace diez días, en la ronda financiera previa del G7 realizada en Niigata (Japón), el ministro de Hacienda Fernando Haddad se reunió con la secretaria del Tesoro norteamericano Janet Yellen. En esa bilateral el funcionario manifestó la preocupación de su gobierno acerca de la situación de Argentina y mencionó que esa era una de las causas que indujeron al jefe de Estado a emprender el largo viaje desde Brasilia. Fue una decisión que tomó a último momento: “Una de las razones por las cuales el presidente Lula está viniendo al G7 es para abordar ese asunto. Él mismo está dispuesto a abrir la discusión del tema a viva voz” indicaría luego en conferencia de prensa.

De acuerdo con el economista André Roncaglia, profesor en la Universidad Federal del Estados de San Pablo (Unifesp), citado en sus trabajos por Eleonora Gosman, Argentina no sólo es “la segunda mayor economía de América del Sur”, sino que además “la producción industrial brasileña tiene a ese aliado como principal mercado externo” al punto que las exportaciones al país vecino “generan, en promedio, 5 veces más empleos que el comercio con China”. El especialista juzgó que la asociación bilateral representa “una oportunidad única de inserción internacional proactiva”. Este fue uno de los puntos planteados por Lula da Silva en su intervención en el G7.

Según Roncaglia, “la hiperinflación argentina genera inestabilidad política, sobre todo en un año electoral. Si estos desequilibrios no fueran corregidos, la extrema derecha tendrá chances de vencer las elecciones”. Y en caso de que esto ocurra, se podría producir un aislamiento de Argentina capaz de conspirar contra la integración regional; lo que de acuerdo con su análisis “impedirá la reindustrialización de ambas economías”, citó Eleonora Gosman.

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