Mercosur y G-20 en Ronda Doha. Evitar resultados minimalistas.

El negociador argentino ante las reuniones desarrolladas en Ginebra en el marco de la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio, Alfredo Chiaradía, destacó la necesidad de prosperar en negociaciones ambiciosas, equiparables en el ámbito de la agricultura y los productos industriales. Argentina y los países del Mercosur forman parte del Grupo de los 20, que reúne a los países en desarrollo abroquelados alrededor de una propuesta que incluye apertura de mercados para los productos primarios de estos países, rebajas en bandas en los subsidios internos aplicados por los grandes países productores y eliminación de subsidios a las exportaciones hacia 2013. Las críticas de la Secretaría de Comercio de Estados Unidos a la nueva propuesta agrícola presentada por la Unión Europea fueron contestadadas en forma enérgica a través de un comunicado de la Comisión Europea.


En la reunión de negociadores dispuesta a revér la Declaración Ministerial de Hong Kong de julio de 2005, el llamado Grupo de los 20 (G-20) tuvo gran ascendencia. Este grupo, en cuya formación participaron Brasil, India, Argentina, China y Sudáfrica, introdujo un nuevo elemento de poder en las negociaciones, permitiendo mantener dentro de los elementos prioritarios, el objetivo de alcanzar un resultado sustancial en materia de agricultura, según sostiene un informe del Centro de Economía Internacional de la Cancillería.

En diciembre de 2005, representantes de los 149 estados miembros de la OMC aprobaron la Declaración de Hong Kong, que fijó el año 2013 como fecha límite para que se eliminen todas las subvenciones a la exportación de los productos agrícolas.

Los países en desarrollo, y en especial los andinos, reclamaron de Doha que cumpla el objetivo de ser una ronda para el desarrollo y representar una mejora sustancial del acceso a los mercados en sectores en los que las economías menores tienen ventajas comparativas, especialmente en la agricultura, productos no agrícolas y el movimiento temporal de proveedores de servicios. También demandaron un trato adecuado a su material biológico-genético y de los conocimientos tradicionales de la población indígena.

Lamy en Buenos Aires

Ante las trabas para avanzar en la reunión de negociadores, el director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, emprendió una gira por varios países de América Latina para tomar contacto con gobierno y empresarios. La idea es la de poder avanzar en las negociaciones Mercosur –Unión Europea en el próximo encuentro de Viena del mes de mayo, íntimamente ligadas a los resultados de los acuerdos OMC.

En Buenos Aires, la ministra de Economía Felisa Miceli, y el director general de la OMC, analizaron la situación del comercio internacional y el reclamo de Argentina para que los países desarrollados eliminen en forma gradual los subsidios a sus producciones agrícolas.

En un encuentro que se realizó en el Palacio de Hacienda, Miceli y Lamy dialogaron sobre la marcha de las negociaciones de la Ronda Doha de la OMC y la necesidad de preservar el objetivo de "contemplar los intereses prioritarios de los países en desarrollo", según señalaron en el Palacio de Hacienda.

”La percepción de la Argentina es que los países desarrollados no demostraron una voluntad clara de hacer concesiones relevantes, tanto en términos de acceso al mercado, como de reducción sustancial de ayudas internas y eliminación de subsidios a las exportaciones", sostuvo la ministra Miceli.

La Argentina -junto con otros países que integran el Grupo de los 20 (G-20)- plantéo en su momento que hasta que no se logren avances en la eliminación gradual de los subsidios no se tratarían otros temas que conforman la agenda de las negociaciones de comercio internacional.

La Argentina, en pleno proceso de reindustrialización, necesita el tiempo necesario para que la industria argentina se fortalezca", señaló la funcionaria en relación con temas como la instrumentación del régimen de patentes industriales, impulsado por los Estados Unidos.

En una reunión previa con el secretario de Comercio Internacional, Alfredo Chiaradía consideró que Lamy "tiene un rol constructivo, como ya lo probó en Hong Kong" en su trabajo para acercar a las partes de la negociación.

Chiaradía destacó que entre las ideas que compartió con Lamy, durante la reunión, "es que la negociación (entre los países miembros de la OMC) va a prosperar si no se pretende un resultado minimalista y poco ambicioso", ya que "es muy importante que esa ambición sea comparable en los distintos ámbitos de la negociación, especialmente entre agricultura y productos industriales.

El propio Lamy en su visita a Perú, indicó que él y la OMC "se preocupan mucho por el apoyo de los países emergentes de ingresos medios (a las decisiones y políticas de la OMC)", tras hacer mención al acuerdo de la Conferencia de Hong Kong de eliminar en 2013 los subsidios agrícolas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.

Antes de la reunión con el funcionario de la OMC, el principal negociador argentino Chiaradía, precisó que aún no se habían producido avances respecto de las negociaciones agrícolas en Ginebra. "No hubo avances ni en el Comité de Negociaciones en Ginebra ni en los contactos en Davos, que fueron muy malos. En Hong Kong los resultados fueron parejos con las expectativas que había para esa reunión ministerial. Fueron resultados mínimos pero suficientes para continuar, creíamos que a partir de esto habría un buen clima", analizó.

Por otro lado, advirtió que las negociaciones multilaterales para una mayor liberalización del comercio global no se encarrilarán si Europa no flexibiliza su oferta agrícola, a la que le atribuyó condicionamientos que "aseguran su rechazo", incluso de Estados Unidos, según dijo.

La respuesta europea

En este sentido, la Unión Europea dio a conocer un documento en respuesta a las críticas de Estados Unidos a su oferta agrícola en Doha, dado a conocer el 20 de enero, que desde su punto de vista distorsiona la propuesta y que tuvo ascendiente sobre los reclamantes de un marco de mayor apertura en esa área.

“La fórmula de la UE libera sólo un 39% del recorte promedio de sus tarifas. Mucho menos ambicioso que el promedio de recorte de 36% operado en la Ronda de Uruguay, deducido de una base más baja". La afirmación es considerada falsa por Europa, que sostiene que la propuesta profundiza los cortes consensuados en la RU, en tanto las tarifas más altas sufrirán un recorte del 60%. el promedio podría caer casi al 12%, con lo que se llegaría a una cifra similar a la tarifa promedio agrícola de Estados Unidos, que se autodefine como uno de los mercados más abiertos del mundo, señala el comunicado. Por otra parte, la UE ofrece cortes escalonados en tarifas para productos sensibles, además del incremento de cuotas de importación.

En otra de sus críticas, EEUU sostiene que la propuesta agrícola europea contrasta con la llamada propuesta NAMA (negociaciones sobre productos no agropecuarios), "que había puesto un tope del 10% para las tarifas de los países desarrollados y de un 15% para las naciones en desarrollo, incluyendo flexibilizaciones".

Lo que la oficina de comercio de EEUU (USTR) no dice es que 50 años de rondas de GATT llevaron las tarifas industriales a nivels muy bajos - entre 3 y 4% promedio en UE y en EEUU. El primer corte sustancial de tarifas en materia agrícola tuvo lugar en la Ronda de Uruguay, con lo que es imposible bajar el nivel de tarifas agrícolas la nivel de los productos industriales en una sola Ronda, cuando llevó décadas alcanzar los niveles actuales en los productos industriales. La comparación no tiene sentido, asegura.

Here’s the beef…

En un último párrafo, el documento dado a conocer ayer a la prensa por la Comisión Europea, desarma las críticas del USTR acerca de que la oferta de la UE no ofrece mejoras significativas en acceso a mercados para productos de granja.

Esto simplemente no es cierto, asegura la CE, y para contrastarlo da un ejemplo. Los datos de la UE muestran que la oferta europea proveerá acceso a mercados para 800,000 nuevas toneladas de carnes importadas cada año, aún cuando se trata de un producto sensible. El equivalente a todas las exportaciones anuales actuales exportadas desde Argentina(680 000 toneladas) - uno de los exportadores cárnicos más grandes en el mundo.

Por otro lado, las importaciones de carne en Europa se han incrementado de las 370 000 toneladas a las 508 000 entre 1999 y 2004. Las de aves de corral de 248 000 a 510 000 toneladas. Brasil es el primer exportador de ambos productos a la UE y pronto podrá capitalizar nuevos accesos, sostiene el comunicado. Los exportadores agrícolas más competitivos no creen realmente que no se produzcan renovados accesos como consecuencia de la nueva oferta europea, sino que "simplemente están pidiendo más". O se trata de aquellos que quieren usar la oferta europea como una marca para emplazar proporcionalmente menores niveles de reducción de tarifas en las naciones en desarrollo.

Graciela Baquero