¿Podrán los acuerdos comerciales convertirse en el motor del fortalecimiento interno del Mercosur?

Una extensa agenda de negociaciones, enfrenta al bloque regional ante un problema que exige pronta solución. Muchos de los asuntos que se encuentran en negociación en el frente externo, aún no tienen su contraparte intra bloque. En este sentido, la necesidad de continuar con las negociaciones vigentes, viene acompañada de otro elemento central para el Mercosur: el desafío de que cada proceso de negociación, contribuya a fortalecer la integración interna.


La cumbre de jefes de estados del Mercosur, llevada a cabo el pasado 2 de julio, dejó en evidencia la fuerte divergencia en cuanto a visiones geopolíticas, y fundamentalmente ideológicas, que en la actualidad poseen los miembros del bloque. Esta situación es de carácter histórico en la experiencia mercosureña, y producto de esto es que también, se entienden la mayoría de los llamados “stop and go” es decir, los avances y estancamientos del proceso de integración más importante de Sudamérica. Esta cuestión dialéctica cobra importancia en la actualidad debido a que estas divergencias políticas nos encuentran en medio de negociaciones sumamente importantes para el futuro promisorio del bloque, y en el marco de una pandemia que en este momento tiene su epicentro en la región.

Actualmente, el Mercosur se encuentra en proceso de negociación, por la firma acuerdos de libre comercio, con EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio), Corea del Sur, Singapur, Canadá, India y Líbano. Mientras que, el acuerdo con la Unión Europea se encuentra en un estadio más avanzado. Recordamos que en julio de 2019 se logró cerrar, luego de tantos años, la negociación comercial, mientras que, el acuerdo político y de cooperación se logró acordar el pasado mes de junio. Sin embargo, aún existen enormes dudas sobre su puesta en marcha, debido a fuertes resistencias en sectores económicos tanto del Mercosur, como también, de la UE.

Esta extensa agenda de negociaciones que posee el bloque, repercute de forma directa hacia el interior del mismo, ya que muchos de los asuntos que se encuentran en negociación en el frente externo, aún no tienen su contraparte intra bloque. Claro ejemplo de esto fue la negociación por indicaciones geográficas, la cual formó parte del acuerdo con la UE. Sin embargo, el Mercosur carece de un acuerdo regional en esa temática.

Ante esto, la necesidad de continuar con las negociaciones vigentes, viene acompañada de otro elemento central para el bloque; el desafío de que cada proceso de negociación, contribuya a fortalecer la integración interna.

El rubro del comercio electrónico, por ejemplo, el cual forma parte del acuerdo con la UE, según explicó Victoria Bruno, especialista en derecho comercial, es el primero que Mercosur firma con otro bloque. Esto derivó en la necesidad de avanzar en un marco regulatorio interno, fue así que en 2017 se creó el GAD (Grupo de Agenda Digital) con el objetivo de “promover el desarrollo de un MERCOSUR Digital”, por medio de la ejecución de “Plan de Acción, de plazo bienal, con propuestas de políticas e iniciativas comunes, así como plazos y metas” esto fomenta, entre otras cosas, el uso de tecnologías digitales por parte de PyMES*.

Otro sector que se logró activar como resultado del avance de las negociaciones con la UE, fue el automotriz, especialmente en las negociaciones entre Argentina y Paraguay, mientras que Argentina y Brasil ratificaron la meta de llegar al año 2029 con un efectivo funcionamiento del libre comercio en este rubro, comentó Alejandro Perotti, ex consultor jurídico de la Secretaría Mercosur. Este objetivo fue fijado para el año 2029 ya que al año siguiente entraría en vigor el acuerdo con la UE en materia automotriz, lo que implica que, al menos en la región, dicho sector quedará desregulado de aranceles intra bloque para ese entonces. Recordemos que el sector automotriz conforma aproximadamente el 40% del comercio entre Brasil y Argentina, constituyendo así la columna vertebral de la integración productiva del Mercosur*.

Con respecto a los demás acuerdos en proceso de negociación, el más controversial y que genera gran resistencia en el sector industrial de Argentina y Brasil, es el acuerdo con Corea del Sur. Ante esto, Ignacio Bartesaghi, Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de Uruguay, un verdadero especialista en temas relacionados con el sudeste asiático, explicó que la firma de este acuerdo, es la puerta de entrada al Asia Pacífico. Sin embargo, existe poco interés tanto por parte del gobierno de Brasil como el de Argentina en avanzar con las negociaciones.

Asia Pacífico representa el 55% de la población mundial y el tamaño de la clase media en estos países es realmente tentador para cualquier país o exportador que busque expandir su mercado de productos, por lo tanto, para Uruguay impera la necesidad de avanzar en acuerdos con esa región. “Si no se puede negociar juntos, Uruguay deberá hacer valer su rol de presidente pro-tempore del bloque y buscar mecanismos de negociación diferenciados” comentó el economista. Más allá de esto, Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, en el discurso expresado durante la cumbre de jefes de estado, fue claro al hablar sobre las negociaciones con Corea del Sur, “es mejor no avanzar que avanzar sin el acuerdo de todos los miembros y que luego las negociaciones queden en el camino” dejando en claro el interés de Uruguay de avanzar hacia un acuerdo con el país asiático, pero apelando a generar, principalmente, consensos hacia adentro del bloque*.

En una negociación, todo es negociable...

Actualmente, existen mecanismos de defensa comercial que se utilizan con el objetivo de proteger sectores económicos sensibles ante la llegada de competencia externa, con mejores niveles de productividad y desarrollo tecnológico. Entre ellas se encuentran, las cuotas o medidas de salvaguardia, como también plazos de desregulación de aranceles periódicos, que permiten a los sectores afectados, poder prepararse con mayor tiempo a competir con jugadores externos.

Según explicó Raúl Cano, embajador de Paraguay y negociador activo del Mercosur en su intervención, se está evaluando aplicar estos mecanismos en las negociaciones con Corea del Sur y Singapur, países con economías poseedoras de altos niveles de competitividad en sectores claves para el comercio interno del Mercosur como el industrial y el de servicios. Esto será de suma importancia teniendo en cuenta la situación actual donde vemos una caída del comercio intra industrial, principalmente entre Brasil y Argentina de aproximadamente un 50%, producto de la crisis provocada por la caída de la actividad, no sólo por la pandemia, sino también por el bajo nivel de actividad económica de los últimos años y por el efecto China*.

No quedan dudas de que las negociaciones que actualmente enfrenta el Mercosur presentarán resistencias de los sectores económicos sensibles, principalmente industriales, que operan dentro del bloque. En este sentido, es necesario avanzar sobre una agenda integracionista, que se extienda más allá de las coyunturas políticas de cada país.

Por lo tanto, son enormes los desafíos que enfrentan los miembros del bloque en pos de construir consensos que permitan avanzar y afianzar la integración interna en aquellos sectores que serán particularmente afectados ante la potencial firma de nuevos acuerdos comerciales.

Al mismo tiempo, se hace sumamente necesario, profundizar el libre comercio y el desarrollo industrial/tecnológico intrabloque, retomando la agenda de desarrollo que incluya a las pequeñas y medianas empresas de la región, que actualmente conforman la base de la integración productiva y de la generación de empleo. Vital para la recomposición de nuestras economías debilitadas producto de la Pandemia COVID19.

*Webinar “Tratados de Libre Comercio como objetivo de las negociaciones externas del MERCOSUR” organizado por Consejo de Colegios y Órdenes de abogados del Mercosur (COADEM) – 7 de julio 2020.

Nicolás Urbieta