América del Sur en la geopolítica mundial
¿Posee importancia estratégica América del Sur o es un espacio irrelevante en la globalización? ¿Qué rol juega América del Sur? ¿Qué escenarios pueden desencadenarse? ¿Se halla en un proceso de declinación de sus estados insulares o en proceso de transición al Estado continental de la América del Sur? ¿Sus espacios traducen riquezas naturales poco estratégicas?
América del Sur, dentro de un nuevo despliegue de todo el sistema mundial, ha entrado en una etapa crucial de tiempo vital en la que está en juego su propio destino para las primeras décadas del siglo XXI. En la actualidad, más nítido aparece lo que concluye que lo que comienza, aún bastante indeterminado. Está claro que la revolución de las comunicaciones está directamente interrelacionada con el fenómeno de la globalización. Sin embargo, mientras abunden las referencias a la sociedad digital, no se tiene suficientemente en cuenta que el 60% de la población mundial no ha hecho nunca ni siquiera una llamada telefónica.
Con el fin de la bipolaridad y la aceleración de la globalización entró también en crisis el "estatismo" que dominó -con variantes diversas- casi todo el siglo XX. En realidad, advierte el pensador uruguayo Alberto Methol Ferré o el estratega norteamericano Henry Kissinger, se ha entrado a la fase histórica de los "Estados continentales industriales", inaugurada al iniciarse el siglo XX por los Estados Unidos, proseguida por la Unión Soviética (hoy Rusia), la Unión Europea. Lo son también India y China. "Ahora avanzamos en el continentalismo", había ya afirmado Juan Domingo Perón en un mensaje enviado a la Cumbre de los No Alineados en Argelia (1973).
La unipolaridad o multipolaridad del sistema mundial será determinado por el afianzamiento de uno o varios Estados continentales industriales. La situación se agrava pues a partir del 11-S-2001 Estados Unidos ha emprendido un proyecto de reordenamiento mundial y que constituye un dato inexorable de la política mundial.
A partir del fatídico 11-S, un elemento crítico y central es el retorno de la geopolítica internacional, que es justamente el control de los espacios y de los recursos estratégicos. Hoy presenciamos un hecho histórico sin precedentes: EE. UU. posee asentamiento militar territorial en todos los continentes transformándose en la primera potencia bélica global territorial de la historia en todos los espacios.
¿Posee importancia estratégica América del Sur o es un espacio irrelevante en la globalización? ¿Qué rol juega América del Sur? ¿Qué escenarios pueden desencadenarse? ¿Se halla en un proceso de declinación de sus estados insulares o en proceso de transición al Estado continental de la América del Sur? ¿Sus espacios traducen riquezas naturales poco estratégicas?
La primera y contundente respuesta a estos interrogantes pasa por afirmar que el siglo XXI convoca a la política de los grandes espacios. Sólo con una actuante visión nacional-continentalista, Mercosur y la imprescindible Unión Sudamericana, podrán afirmarse como el mayor polo de desarrollo autónomo y acorde a su realidad de todo el hemisferio Sur, lo que significa el agotamiento definitivo de sus Estados insulares.
El Mercosur nos convoca a diseñar un polo de poder mundial. Una unidad política múltiple y funcionante. Hay que tender puentes, caminos, anillos energéticos, unificar formas jurídicas, compatibilizar los sistemas educativos, unir empresarios, unificar las capitales y los municipios en articulación de políticas microrregionales, crear una estrategia de seguridad y defensa común. Tarea fundante, similar a la que convocó Rodó en el "Ariel" y Manuel Ugarte en "La Patria Grande" en 1900. La política imperial no se interesa por los países en términos de comunidad universal abstracta en el sentido kantiano, sino que busca afirmaciones geopolíticas y geoeconómicas .
Los puntos vitales -geopolíticos- para la viabilidad de una Nación o de una región son:
a) poder alimentario: Que Argentina tiene para sí y para ser uno de los cuatro exportadores mundiales.
b) agua: Es el recurso que será más buscado. El 97% del agua del mundo es salina. La Argentina es uno de los 10 países con mayor reserva del recurso.
c) energía: la Argentina tiene gas, petróleo y energía hidroeléctrica.
d) población: por su densidad, incluso en sus regiones más fértiles, el espacio argentino está poco poblado.
Desde estas dimensiones geopolíticas no podemos simplificar la repetida afirmación de que Argentina y América del Sur carecen de importancia estratégica global, concepto criticado por Tokatlian y que compartimos porque nos autodiscriminamos peligrosamente de no ser importantes en el tablero mundial. América del Sur como una unidad geopolítica y geoeconómica -no América Latina, concepto más difuso en lo geoestratégico- está compuesto por doce países, dentro de un espacio contiguo, tiene 360 millones de habitantes, cerca del 67% de toda América Latina y el equivalente al 6% de la población mundial, con integración lingüística, dado que casi la totalidad habla portugués y castellano debido a su matriz hispana/lusitana.
Su población es mayor que la de los EE UU -293.027.771-, su territorio cerca de 17 millones de Km², es el doble del territorio estadounidense (9.631.418 Km²) y posee una de las mayores reservas de agua dulce y biodiversidad del mundo e inmensas riquezas minerales, pesca y agricultura. Más aún, la integración del Mercosur, con un Producto Bruto Interno de 1.000 Millones de dólares, y la Comunidad Andina hacen de la Comunidad Sudamericana de Naciones una potencia mundial con una masa económica mayor que la de la Alemania y muy superior a la suma del PBI de México y Canadá.
Helio Jaguaribe advirtió que si no estamos a la altura de la nueva fase histórica que analizamos en la introducción: “…la historia es implacable con los estúpidos. Es hora de una alianza fundante argentina-brasileña o de la irreparable pérdida, para ambos países, de su destino histórico”.