Bolsonaro rechaza chapa única de Mercosur

Para Jair Bolsonaro, el verdadero motivo del rechazo de un proyecto probado técnicamente como eficiente, que ya se implementa en Argentina y en Uruguay y funciona desde setiembre en Brasil, es que se trata de una propuesta “bolivariana”.


El presidente Jair Bolsonaro, que asumirá en enero de 2019, se opone a la implementación en Brasil de las chapas de vehículos unificadas del Mercosur, un bloque ausente de sus prioridades. Consideró que “esas placas solo va a traernos trastornos y más gastos”. SÃO PAULO. “Esas placas no son de interés nacional (...) En lo que depende de mí, vamos a poner un punto final a eso si hay una forma legal y si realmente es la mejor opción”, dijo el ultraconservador en su casa en Rio de Janeiro. El acuerdo de integración en la materia data de 2010 y la implementación estaba prevista para 2016, pero Brasil inició el proceso de cambio de las placas al patrón de Mercosur apenas en septiembre pasado, luego de aplazarlo tres veces. El plazo de adecuación se extendería hasta diciembre de 2023.

El proyecto piloto de Rio de Janeiro. La nueva matrícula implementada en el mes de setiembre, también sería ofrecida para todos los propietarios de vehículos en Río de Janeiro que deseen adoptarla voluntariamente, según anunció el presidente del Departamento regional de Tránsito (Detran) , Leonardo Jacob, en el acto de lanzamiento.

El ministro de Ciudades de Brasil, Alexandre Baldy, anunció en el mismo acto que los otros 26 estados del país ya comenzaron el proceso para homologar el nuevo modelo de matrícula y que tienen plazo para comenzar a ofrecerla al menos a los vehículos nuevos a partir del 1 de diciembre próximo. De acuerdo con el ministro, la adopción de una placa común para los países del bloque “aumenta la seguridad, permite una fiscalización más eficaz y minimiza las posibilidades de fraude o falsificación”. Las nuevas placas cuentan con código de respuesta rápida (QR Code) y marca de agua con el nombre de Mercosur, lo que evita su falsificación e imposibilita que sea clonada. Las matrículas brasileñas también cuentan con un franja holográfica y un código bidimensional en el que aparecen el nombre del fabricante, la fecha de fabricación y el número de serie de la placa.

A pesar de esto, Bolsonaro señaló que pidió “un estudio más detallado sobre esas placas (...) Creo que esa unificación de placas sólo va a traernos trastornos y más gastos para los propietarios de vehículos”, dijo Bolsonaro. Sin embargo, siguió enunciando el verdadero motivo del rechazo, que para él “nació del interés de la patria grande bolivariana”.

El “bolivarianismo” fue impulsado por el expresidente venezolano Hugo Chávez y su sucesor Nicolás Maduro. Venezuela, sin embargo, solo entró al bloque sureño en 2012 y está suspendida desde 2017, por “ruptura del orden democrático”. “Creo que no es bienvenido el cambio de placas bolivarianas”, insistió Bolsonaro. A juicio del dirigente ultraderechista, el Mercosur “nació bien intencionado” pero con el Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó Brasil de 2003 a 2016, “se volvió un instrumento. Y a través de una política con sentido ideológico se priorizaron aquí determinados comercios”. “Fue algo perjudicial”, dijo. Bolsonaro, que asumirá el gobierno el 1 de enero, no mencionó una ruptura con el bloque. “Queremos que Mercosur continúe pero con su debida dimensión (...). Queremos tener libertad para volar más alto. Por ejemplo, Inglaterra salió de la Unión Europea, ¿Por qué no hacemos negocios con Inglaterra y tenemos en parte que pedir bendición al Mercosur?”, agregó. Consultado sobre su política externa hacia Venezuela dijo apenas que “por la cláusula democrática, Venezuela no puede estar más en el Mercosur”. Diario ABC


Analista avizora una frontera más cerrada con el Brasil

El viraje de la política brasileña hacia el Mercosur podría derivar en dejar el desarrollo compartido para notarse mayor seguridad y militarización de la frontera, según analista del Cadep. La nueva política exterior brasileña, a partir del triunfo de Jair Bolsonaro para la presidencia, obliga a una visión analítica desde la Argentina, que genera una orientación al pensamiento de que se pasará a ver una transformación en la idea de frontera, desde una concepción de desarrollo compartido hacia otra de seguridad y militarización.

Así lo especificó Gustavo Rojas, analista de Cadep, quien trazó una perspectiva en torno a lo que sería la praxis del vecino país con el mundo exterior, incluido Paraguay, en torno a las nuevas orientaciones y el viraje del cual ya se habla, respecto de la línea anterior, caracterizada por un acercamiento a las naciones fronterizas. “El actual interés prioritario del Brasil parece estar centrado en su agenda interna de estabilización política, en un complicado escenario postelectoral. Se trata de una tarea con posibilidades de éxito aún muy inciertas ante el acelerado deterioro fiscal del Estado y de la calidad de los servicios públicos, la fragmentación y desarticulación de los liderazgos políticos, la pérdida del poder adquisitivo, el persistente elevado desempleo y la escalada de violencia y militarización”, argumentó. El análisis fue explicado posterior a las declaraciones del futuro ministro de Hacienda de Brasil, Paulo Guedes, cuando con contundencia expresó que “la Argentina no es una prioridad; el Mercosur tampoco es una prioridad”. Ciertamente que luego se disculpó públicamente.

Al contrario de los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso y Lula da Silva, que al menos discursivamente asignaban un rol protagónico a la integración regional (Mercosur y Unasur) como plataforma de proyección internacional del Brasil, según Rojas el plan de gobierno de Bolsonaro determina un rol protagónico a las relaciones bilaterales, particularmente con los países desarrollados (especialmente EEUU, Israel e Italia).

De esta forma, el principio de solidaridad con el Sur global y de reconocimiento de las asimetrías en relación a los países de menor desarrollo no es, a primera vista, una prioridad de su acción internacional, de acuerdo con Rojas. “Creo que se trata de una mirada equivocada, pues los crecientes y complejos problemas internos enfrentados por el Brasil también están contagiando a la región (PCC, Comando Vermelho, Lava Jato). No sería plausible esperar una renovación del Focem, que ha colaborado significativamente para el financiamiento de nuestra infraestructura”, sostuvo.

Rojas historió mencionando que desde el periodo 2014/2015, marcado por la reelección de Dilma Rousseff en Brasil y la caída del precio internacional de los commodities, la agenda del Mercosur se viene orientando más hacia las negociaciones extrarregionales que a la profundización del proceso de integración regional.

En ese sentido, resaltó que los dichos del futuro superministro de Economía del Brasil seguramente tendrán mayor injerencia sobre la dinámica de las negociaciones comerciales internacionales que sus antecesores. Oportunidad para atraer inversiones extranjeras Paraguay deberá afrontar una agenda internacional compleja en los próximos años, particularmente con el Brasil, según Rojas.

A su criterio, la inestabilidad política brasileña viene siendo acompañada de una mayor volatilidad del real ante el dólar.A su vez, las persistentes incertidumbres en el escenario brasileño pueden ser una oportunidad para que el Paraguay atraiga inversiones de filiales de multinacionales que busquen diversificar el riesgo de sus operaciones en la región, según apuntó, agregando que hay un contexto de pérdida de dinamismo del comercio global. Las inversiones chinas ayudaron solo parcialmente a solucionar el déficit de inversiones en el sistema eléctrico brasileño, según dijo.

Ante un discurso nacionalista y presencia de militares en las decisiones de temas energéticos, es probable que en la renegociación de Itaipú haya presiones brasileñas para reducir el costo de energía generada en el futuro, dijo el especialista.

Una unión aduanera que es imperfecta

En cuanto a los actuales problemas acuciantes del bloque regional y las respuestas de los gobiernos, el analista del Cadep Gustavo Rojas señaló que el Mercosur vive persistentemente en el dilema entre unión aduanera y zona de libre comercio. “Tenemos una unión aduanera imperfecta y también una zona de libre comercio imperfecta. Los últimos grandes avances de la agenda de profundización de la integración regional remontan al inicio de la década, cuando se ha potencializado el Focem y establecido un programa para la eliminación del doble cobro del Arancel Externo Común (totalmente paralizado), dos temas cruciales en nuestra agenda en el Mercosur”, recordó.

De todas formas, aclaró que el bloque también avanzó en los protocolos regionales de inversiones y compras gubernamentales, pero mirando más hacia las negociaciones extrarregionales que hacia adentro. “Al no lograr profundizar la agenda intrabloque, los países de la región han optado por dar un paso hacia adelante por medio de las negociaciones extrarregionales; pero esto hasta el momento igualmente no tiene éxito”, dijo el analista. Paraguay – Última Hora

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