Brasil aplica impuesto a inversiones extranjeras
En las últimas semanas, diferentes analistas económicos de los más diversos países, pusieron nuevamente sobre la mesa el debate respecto a la necesidad de implementar un impuesto a las transacciones financieras. En el marco del resurgimiento de esta propuesta, el gobierno brasileño de Lula da Silva decidió implementar un Impuesto sobre las Transacciones Financieras a los ingresos de capital de inversores extranjeros. Este impuesto se aplicará a las inversiones financieras de renta fija (ej. bonos del gobierno o de empresas privadas) y de renta variable (ej. acciones). Sin embargo, es importante destacar que se exceptuarán de este gravamen los ingresos de fondos destinados a la inversión extranjera directa en activos reales y productivos y a los ingresos de capitales realizados por residentes brasileños, explica el último informe de Fundación Garantizar.
En las últimas semanas, diferentes analistas económicos de los más diversos países, pusieron nuevamente sobre la mesa el debate respecto a la necesidad de implementar un impuesto a las transacciones financieras. Dicho impuesto, comúnmente denominado Tasa Tobin, fue propuesto por el reconocido economista James Tobin en 1971 como parte de un programa global para garantizar una mayor estabilidad monetaria tras el abandono del patrón oro por parte del los Estados Unidos. La idea consistía en aplicar un impuesto a las operaciones de cambio de divisas a los fines de penalizar las acciones especulativas de corto plazo.
En el marco del resurgimiento de esta propuesta, el gobierno brasileño de Lula da Silva decidió implementar un Impuesto sobre las Transacciones Financieras a los ingresos de capital de inversores extranjeros. Este impuesto se aplicará a las inversiones financieras de renta fija (ej. bonos del gobierno o de empresas privadas) y de renta variable (ej. acciones). Sin embargo, es importante destacar que se exceptuarán de este gravamen los ingresos de fondos destinados a la inversión extranjera directa en activos reales y productivos y a los ingresos de capitales realizados por residentes brasileños.
Según anunciara el ministro de economía brasileño, Guido Mantega, esta medida tiene como objetivo quitar presiones sobre la fuerte apreciación que viene mostrando el tipo de cambio brasileño (36% en lo que va del año).
Sin duda, entre los principales perjudicados de la apreciación del Real se encuentra su entramado industrial y, particularmente, la producción exportable. Hace ya varios meses que los representantes de estos sectores vienen solicitando a su Gobierno la implementación de medidas específicas a los efectos de detener el fortalecimiento de su moneda. En respuesta a estos reclamos, el Ministro Mantega afirmó que un 25 % del total de la producción industrial brasileña está destinada a mercados extranjeros y, en consecuencia, surge la necesidad de tomar cartas en el asunto para evitar perder competitividad en los mercados internacionales.
Entre las principales causas que dieron cuenta de la referida apreciación, se encuentra el hecho de que el mercado accionario brasileño ha sido un imán para la inversión extranjera. En particular, desde comienzos del año el índice bursátil Bovespa ha crecido un 79%. Además, el Banco Central de Brasil, cuyas reservas ascienden a USD 232.000 millones, vio aumentar el monto de las mismas en torno a los USD 26.000 millones (alrededor de un 9%).
Por último, debe mencionarse que el nuevo impuesto ayudará a repuntar la recaudación fiscal (que venía decayendo en los últimos meses) y a financiar la gran cantidad de incentivos que fueron anunciados durante las últimas semanas. En ese sentido, esta medida podría generar recursos en torno de USD 3.500 millones (0,5% del PBI), concluye el informe.
En el marco del resurgimiento de esta propuesta, el gobierno brasileño de Lula da Silva decidió implementar un Impuesto sobre las Transacciones Financieras a los ingresos de capital de inversores extranjeros. Este impuesto se aplicará a las inversiones financieras de renta fija (ej. bonos del gobierno o de empresas privadas) y de renta variable (ej. acciones). Sin embargo, es importante destacar que se exceptuarán de este gravamen los ingresos de fondos destinados a la inversión extranjera directa en activos reales y productivos y a los ingresos de capitales realizados por residentes brasileños.
Según anunciara el ministro de economía brasileño, Guido Mantega, esta medida tiene como objetivo quitar presiones sobre la fuerte apreciación que viene mostrando el tipo de cambio brasileño (36% en lo que va del año).
Sin duda, entre los principales perjudicados de la apreciación del Real se encuentra su entramado industrial y, particularmente, la producción exportable. Hace ya varios meses que los representantes de estos sectores vienen solicitando a su Gobierno la implementación de medidas específicas a los efectos de detener el fortalecimiento de su moneda. En respuesta a estos reclamos, el Ministro Mantega afirmó que un 25 % del total de la producción industrial brasileña está destinada a mercados extranjeros y, en consecuencia, surge la necesidad de tomar cartas en el asunto para evitar perder competitividad en los mercados internacionales.
Entre las principales causas que dieron cuenta de la referida apreciación, se encuentra el hecho de que el mercado accionario brasileño ha sido un imán para la inversión extranjera. En particular, desde comienzos del año el índice bursátil Bovespa ha crecido un 79%. Además, el Banco Central de Brasil, cuyas reservas ascienden a USD 232.000 millones, vio aumentar el monto de las mismas en torno a los USD 26.000 millones (alrededor de un 9%).
Por último, debe mencionarse que el nuevo impuesto ayudará a repuntar la recaudación fiscal (que venía decayendo en los últimos meses) y a financiar la gran cantidad de incentivos que fueron anunciados durante las últimas semanas. En ese sentido, esta medida podría generar recursos en torno de USD 3.500 millones (0,5% del PBI), concluye el informe.
mercosurabc