Brasil como global player

La participación de Brasil en operaciones de mantención de la paz, más allá de servir para el cumplimiento de obligaciones internacionales en el campo de la paz y de la seguridad contribuye a la proyección del país en su búsqueda de convertirse en un global player y para incrementar las relaciones con países y regiones de particular interés político o económico. Así lo asegura un trabajo de los investigadores Leandro Leone Pepe y Suzeley Kalil Mathias, de la Universidad Estadual Paulista, para los que el involucramiento directo de Brasil en estas cuestiones en los últimos años está íntimamente ligado al objetivo de conseguir un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. (versión completa en Dossier Temas del Cono Sur 18 y 19).


El objetivo de convertirse en un global player pasa por cierto, por el rol destacado de Brasil en el escenario internacional. Para aquello es fundamental estar presente y hacerse oír en las principales cuestiones atinentes a las relaciones internacionales, principalmente en América Latina. La participación en las operaciones de paz de la ONU se configura entonces como un elemento central de la apuesta internacional del gobierno brasileño.

La participación brasileña en misiones de paz de las Naciones Unidas está íntimamente ligada al interés nacional y a la búsqueda de un papel de mayor relieve de Brasil en las cuestiones ligadas a América Latina y a los países de lengua portuguesa de África y de Asia.

Por un lado, el gobierno brasileño se involucró en los arreglos de Naciones Unidas en Haití, República Dominicana, Perú, Ecuador, Guatemala y El Salvador. Por el otro, el país ha participado activamente en Mozambique, Angola, Guinea-Bissau y Timor Oriental. Sin embargo la administración brasileña no se ha desviado de participar en otros cuadrantes del globo, aun cuando su involucramiento ha sido bastante más modesto. El bajo presupuesto destinado al Ministerio de la Defensa es uno de los mayores obstáculos para la ampliación de ese tipo de actuación del país.

El renovado interés brasileño por las misiones de paz de la ONU, a partir de los años 1990, es explicado, en buena medida, por el deseo de desempeñar un papel destacado en el ámbito regional y de ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas si es que se concreta su reforma.

El gobierno brasileño cree contar con las condiciones para ejercer una atribución de tamaña responsabilidad: gran extensión territorial, población numerosa, estar en paz con los vecinos hace más de 130 años, economía fuerte, poseer intereses comerciales en el mundo entero y experiencia en el papel de mediador de conflictos. Así, la participación en las operaciones de paz de la ONU se constituye en un instrumento para que el país cumpla sus objetivos, paso muy importante para dar mayor visibilidad internacional a Brasil.

Graciela Baquero