Brasil: La trampa del financiamiento
Resulta paradójico observar el notable crecimiento de las exportaciones brasileñas vis a vis su mediocre desempeño económico, estudiando el comportamiento de estos dos parámetros en la última década, señala el profesor Raúl Ochoa. Brasil está encorsetado en una trampa de financiamiento, consecuencia por un lado de no haber encarado a tiempo dos reformas esenciales: la tributaria y previsional; destinada una a disminuir la informalidad y la otra a reducir el gasto: Por el otro, seguir alimentando una fenomenal actividad financiera con retornos vía tasas inigualables, que “degluten” una parte significativa del potencial de crecimiento del país vecino, asegura Ochoa en un artículo que se reproduce a continuación.
La respuesta se encuentra en la hasta ahora insoluble cuestión del endeudamiento público, que a pesar del aumento de los impuestos, el diferimiento de indispensables obras de infraestructura y del insuficiente aporte a la solución de sus graves problemas sociales, continúa siendo una carga estructural demasiada pesada.
Las cifras avalan lo antedicho, en los últimos 11 años la carga de intereses representó en promedio 27 días del PBI brasileño o 7,5 % del mismo; en los últimos 3 años 30 días del PBI o 8,3 %. A fines del 2005 la deuda pública brasileña representaba el 50,1 % del PBI, los intereses pagados el 7,9 % y dado que el superávit primario fue del 4,8 % el déficit nominal resultó del 3,1 %.
Brasil consigue capitales internos y externos para refinanciar su deuda pública pero tiene como contrapartida las tasas de interés reales más altas del planeta: 2001 46,7 % – 2003 45,3% - 2005 45,4 %. Sucede que la deuda de este país ajusta por tasa de interés ( básicamente por SELIC) que ha estado y está en niveles elevados, pero su efecto es claro: reduce el crecimiento y aprecia el Real.
Pocos días antes de que renunciara el ministro de Fazenda hubo una reunión en la Federación de Industrias de San Pablo (FIESP) entre funcionarios de esa cartera y la cúpula empresarial. En ella, los expertos del Ministerio planteaban que era necesario reducir los derechos de importación, de esa manera habría más demanda en el mercado de divisas vía aumento de las importaciones y así se corregiría la apreciación del Real. Los dirigentes de la central empresaria argumentaron que el proceso debía ser el inverso: primero bajar las tasas de interés para provocar el aumento de la actividad económica y de esa manera se iría corrigiendo el tipo de cambio.
La conclusión es que Brasil sigue en una trampa de financiamiento, consecuencia por un lado de no haber encarado a tiempo dos reformas esenciales la tributaria y previsional destinada una a disminuir la informalidad y la otra a reducir el gasto y por el otro el seguir alimentando una fenomenal actividad financiera con retornos vía tasas inigualables, que “degluten” una parte significativa del potencial de crecimiento del país vecino.
* Profesor de la Universidad Nacional de Tres de Febrero raulochoa@fibertel.com.ar