Brasil planifica transformarse en proveedor regional de aviónica

La nueva Estrategia Nacional de Defensa establece que con la compra de equipos militares, como los aviones, se incluirá la transferencia completa de tecnología para sentar las bases de una renovada industria bélica nacional. "Brasil no comprará aviones, sino que comprará un paquete tecnológico completo", explicó el ministro de Defensa Nelson Jobim.


Brasil firmó la semana pasada un nuevo acuerdo de cooperación militar con el Reino Unido, y abre así la puerta a nuevas compras de equipamiento y tecnología bélicas, en otro esfuerzo por reforzar su industria de producción militar, constataron expertos consultados por la AFP.
El acuerdo se suma a entendimientos que Brasil firmó con Francia, Estados Unidos, Italia, Rusia y Polonia, que incluyen ambiciosas compras de tecnología militar para la posterior producción de armamento en el país.

El acuerdo con el Reino Unido establece precisamente el marco para que Brasil compre 11 embarcaciones para la Marina. Como en todos los acuerdos que Brasil negocia en este sector, la transferencia de tecnología es prioridad.

La especialista en Relaciones Internacionales Sabrina Medeiros, profesora de la Escuela de Guerra Naval, dijo a la AFP que "Brasil ya es visto como un asociado confiable, pero es necesario consolidar el poder de disuasión como soporte de ese nuevo papel que el país desempeña" en la arena diplomática internacional.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva promulgó recientemente varias leyes para consolidar el nuevo sistema de defensa del país, un proceso iniciado hace dos años con la nueva Estrategia Nacional de Defensa, según señala el diario El País de Uruguay.

Esa Estrategia establece que Brasil no comprará equipos militares como "paquetes cerrados", sino que incluirá la transferencia completa de tecnología para sentar las bases de una renovada industria bélica nacional.

El paso más ambicioso en este terreno es el plan FX-2 para comprar 36 aviones caza de última generación.

En competencia en esa licitación -cuyo resultado será anunciado antes del final del mandato de Lula el 31 de diciembre, según fuentes de Defensa- están la francesa Dassault con su modelo Rafale, favorita del gobierno; la estadounidense Boeing con su modelo F-18 Super Hornet; y la sueca Saab, con sus aviones Grippen.

Más que los aviones en sí, que dotarán a Brasil de un poderío sin equivalentes en América Latina, el gobierno ha señalado que está interesado en adquirir la tecnología para producirlos y convertirse en un proveedor regional.

El ministro de Defensa Nelson Jobim definió así la operación: "Brasil no comprará aviones, sino que comprará un paquete tecnológico completo".
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