Brasil y la inflación
Los motivos que llevaron a un aumento de los índices de la inflación en el mundo, son diversos, pero los que concentran mayor atención se focalizan en el aumento de los precios de los alimentos, aumento de personas demandando productos, (liderados por China e India), y los programas de etanol y bioenergía, llevados a cabo por los países desarrollados. La inflación de Brasil, prevista para este año, llega a 6,5%. Dentro de la meta prevista por el gobierno Lula, de 4,5% con 2% para arriba o 2% para abajo. La economía brasileña produce toda la comida que sus ciudadanos precisan, pero el alza de los precios internacionales genera que los grandes productores prefieran exportar – lucrando más – que colocar sus stocks en el mercado local, y cuando lo hacen, desean realizar sus lucros a tasas similares que las que conseguirían exportando. El aumento en el índice de inflación se concentra, prácticamente en los alimentos y bebidas, pero se agrega a ésto, y como ingrediente de característica social, la inflación “por cobertura”. La buena fase de la economía brasileña, permite al gobierno de ese país, contar con munición pesada para atacar el fantasma de la inflación. Conciente de que el principal problema está en los alimentos, el presidente Lula acaba de lanzar un programa para aumentar la producción de alimentos en el corto y mediano plazo. Liberando R$ 63.000 millones (equivalente a $ 125.000 millones de pesos argentinos), espera aumentar el área plantada y la productividad. Los recursos provendrán del tesoro nacional y el BNDES, bajo la figura de financiación, con tasas subsidiadas, del orden del 7% al año. Otra rama del sector alimenticio atendida por el programa de desarrollo de alimentos, el familiar, será asistido con R$ 13.000 millones (equivalente a $ 25.000 millones de pesos argentinos.
El fantasma de la inflación volvió a asustar a gobiernos, ejecutivos de grandes empresas, pequeños empresarios, y por sobre todo, a empleados con baja renta y amas de casa, que deben agregar un componente más a la difícil situación de llegar a “fin de mes” de la forma más estable posible.
En este momento, mas de 53 países en el mundo, tienen “oficialmente” índices de inflación por arriba de dos dígitos y donde viven (y precisan ser alimentados) 3.000 millones de personas.
Los motivos que llevaron a un aumento de los índices de la inflación en el mundo, son diversos, pero los que concentran mayor atención se focalizan en el aumento de los precios de los alimentos, aumento de personas demandando productos, (liderados por China e India), y los programas de etanol y bioenergía, llevados a cabo por los países desarrollados.
Como vemos, los motivos de este aumento de inflación, son notoriamente diferentes a los motivos de la década de los 80 y principio de los 90.
La inflación de Brasil, prevista para este año, llega a 6,5%. Dentro de la meta prevista por el gobierno Lula, de 4,5% con 2% para arriba o 2% para abajo.
Enfocando la atención en los alimentos, podemos tomar como propias las palabras del Profesor Fernando Homen de Melo, de la Facultad de Economía de la USP, que afirma que el aumento de los alimentos es “la mayor alza de precios de la historia del capitalismo”.
Tomando como base, un indicador de alimentación de la clase baja brasileña, la cesta básica, los indicadores de aumento, hablan por si solos.
La inflación, un problema real y del inconciente colectivo
La economía brasileña produce toda la comida que sus ciudadanos precisan, pero el alza de los precios internacionales genera que los grandes productores prefieran exportar – lucrando más – que colocar sus stocks en el mercado local, y cuando lo hacen, desean realizar sus lucros a tasas similares que las que conseguirían exportando.
El aumento en el índice de inflación se concentra, prácticamente en los alimentos y bebidas, pero se agrega a ésto, y como ingrediente de característica social, la inflación “por cobertura”.
Este tipo de inflación es la más dañina de todas, porque los participantes de la economía doméstica, aumentan los precios solo “por las dudas” y para poder recuperar el poder de compra de los productos que están aumentando.
Podemos observar este tipo de inflación en los prestadores de servicios y pequeños profesionales, que inciden mayoritariamente, en la vida económica de los que ganan menos:
Peluqueros, autoservicios de barrio, enfermeros, gasistas, cerrajeros, etc.
Las ciencias económicas son tan intrigantes que siempre hay respuesta para todo. Sobre todo para justificar por que la economía no se comportó como los grandes analistas proyectaron que lo haría.
El gobierno brasileño, tiene gran parte de culpa en este aumento del índice inflacionario, por dos factores primordiales.
1 En forma demagógica, aumentó los valores del programa social “bolsa familia” por arriba de la inflación del período. La inflación del año 2007 fue del 5,1% y el aumento en los valores a distribuir a la población de bajos recursos, alcanzo el 8%
La parte de la sociedad que recibe estos recursos, no ahorra y todo centavo que recibe respecto de lo que recibía, los destina a consumir más.
La incidencia de esta parte de la sociedad que consume más, es importante. Son prácticamente 20 millones de familias que reciben la ayuda social.
2 No redujo el gasto público: En los últimos 4 años, el gasto público aumentó más que el PIB.
Comparativamente:
Interesante analizar que a pesar del aumento del gasto público, la deuda pública brasileña, después de representar el 55% del PIB en enero de 2003, bajo a poco más del 40% del PIB en febrero de 2008.
Si bien toda reducción de la deuda pública es importante, lo lamentable en este caso es que si el gobierno brasileño, hubiera estabilizado el gasto público en relación al PIB desde 2004, la deuda pública en este momento, representaría, según la empresa BR investimentos, poco más que el 20% del PIB.
Como medida acertada, el Gobierno del Presidente Lula, adoptó una política monetaria para contraer el consumo mediante el aumento de la tasa de interés.
En 2005, la tasa de interés SELIC en Brasil (tasa de referencia) se situaba en 18%. Bajo por 32 meses consecutivos hasta llegar a 11,25% en 2007.
Si bien en este momento se encuentra en 12,25%, las expectativas del mercado es que la misma termine el año próxima a 13,5%.
La inflación local, por sectores
En mayo pasado, el índice de inflación acumulada de los últimos 12 meses, llegó al 5,6%, empujada, sobre todo, por los siguientes sectores de la economía.
Analizando, dentro del rubro alimentos y bebidas, observamos en los últimos 12 meses, los siguientes aumentos:
¿Cómo escapar de este fantasma?
La buena fase de la economía brasileña, le está permitiendo al Gobierno brasileño, contar con munición pesada para atacar al fantasma de la inflación.
Concientes de que el principal problema está en los alimentos, el Presidente Lula acaba de lanzar un programa para aumentar la producción de alimentos en el corto y mediano plazo.
Liberando R$ 63.000 millones (equivalente a $ 125.000 millones de pesos argentinos), espera aumentar el área plantada y la productividad. Los recursos saldrán del tesoro nacional y el BNDES.
Estos recursos saldrán en la figura de financiación, con tasas subsidiadas, del orden del 7% al año (muy próximas de la inflación proyectada y prácticamente el 50% de la tasa de referencia SELIC).
Otra rama del sector alimenticio atendida por el programa de desarrollo de alimentos es el familiar.
Serán destinados R$ 13.000 millones (equivalente a $ 25.000 millones de pesos argentinos) a aumentar la cosecha de alimentos generados por los pequeños productores familiares. Los recursos también saldrán del tesoro nacional y del poderoso BNDES.
Nadie podrá asegurar que las acciones del gobierno brasileño serán suficientes para controlar el fantasma de la inflación, pero lo cierto es que lo están intentando.
* Gustavo Segre y Germán Segre. Analistas del Mercosur y directivos del Center Group.