Cannes: más de lo mismo

Un Documento de Trabajo editado en noviembre de 2011 por Esteban Kiper, fue la base para la discusión acerca del resultado de la última reunión del G-20. El Seminario: “Crisis Global ¿Las respuestas del G-20 son suficientes?, se realizó el lunes 21 de noviembre en el Hotel Pestana, bajo el auspicio del CEPES, FLACSO, la Fundación Ebert y Aeda.


La discusión del trabajo estuvo a cargo de personalidades como Carlos Alvarez, presidente del CEPES y secretario gral de Aladi, el embajador de Brasil Enio Cordeiro, el embajador Hugo Gobbi, el director del IPEA, Marcos Cintra, la investigadora de FLACSO Diana Tussie, el presidente de Adea Matías Kulfas, Achim Wachendorfer, director de la Fundación Ebert en la Argentina, el presidente de la Comisión Nacional de Valores, y otros.

En el fragmento de trabajo que se transcribe, su autor, Estéban Kiper, investigador de AEDA, relata que el encuentro de Cannes estuvo signado por el turbulento semestre que transcurrió desde el encuentro de febrero en París. La crisis de deuda soberana en Europa se profundizó y expandió. La situación de Grecia, tal como era esperable, empeorócomo consecuencia de la recesión, que tornó inviables los pagos de intereses y capital de la deuda. La incertidumbre global se potenció a partir del tope al endeudamiento norteamericano impuesto por los republicanos en el parlamento, y la
baja en la calificación de la deuda pública norteamericana. Desde ese momento, los mercados financieros internacionales entraron en una montaña rusa, con subas y bajas muy pronunciadas.

La incertidumbre financiera, sumada a las violentas políticas de ajuste que se fueron imponiendo en toda la UE y en Estados Unidos, condujeron a una progresiva desaceleración de la actividad económica. Así, los niveles de desempleo no cedieron en el mundo desarrollado, con tasas superiores al 9% en Estados Unidos y Europa. En los días previos al encuentro de Cannes, la agenda estuvo marcada por la reunión de líderes de la UE, que debía afrontar la profundización de la crisis soberana. Allí se decidió una reestructuración de la deuda griega más agresiva. En la reunión 22 julio, previo a la aprobación del segundo tramo del salvataje a Grecia, se había acordado una reestructuración de vencimientos y una quita voluntaria del 21% de la deuda griega que recaía bancos privados. El 27 de octubre se aprobó que la quita total será del 50% (€ 100 MM).

También se trató la recapitalización de los bancos. Luego de varias controversias en torno a quien debía asumir el costo de esta acción, el 27 de octubre se resolvió que los bancos con riesgos sistémicos deberán contabilizar en 2012 un ratio decapital de máxima calidad del 9% (que no podrán alcanzar con mayor apalancamiento, de modo de no restringir aún más el crédito). Para cumplir con el ratio exigido, los bancos deberán acudir a las fuentes de financiación privada y, si nolo consiguen, deberán recurrir primero a su Estado y después al FEEF. Finalmente, se acordó la ampliación de las facultades del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). En la reunión del 21 de julio se permitió usar el fondo para asistir a los bancos y para la recompra de bonos de países altamente endeudados. En la reunión del 27 de octubre se acordó una ampliación de € 1 bn, aunque no se definió de dónde surgiría el fondeo. Existía antes de la reunión en Cannes cierta expectativa de que los países emergentes con mayor liquidez disponible (Brasil y China) ofrecieran financiar el FEEF, o bien al FEEF a través del FMI.

El plan de acción para el crecimiento y el empleo

Para abordar los desafíos de corto plazo, y restaurar la estabilidad financiera se refrendó la capitalización de los bancos acordada en la UE.

En función de asegurar la recuperación económica, se volvió sobre los principios vertidos en el framework. La política monetaria no deberá sacar el foco de la estabilidad de precios, y la política fiscal en el mundo desarrollado deberá tenercomo prioridad el ajuste que permita recuperar la confianza del mercado. En el Plan de Acción se reafirma el compromiso de la UE para fortalecer la supervisión fiscal al interior de la región, la necesidad de un fuerte ajuste en las finanzas públicas
griegas, así como el compromiso de Italia para reducir su ratio deuda-PBI mediante un ajuste fiscal de e 60.000 M, el fortalecimiento de las reglas fiscales, y la introducción de la regla de presupuesto equilibrado en la Constitución.

Reflexiones Finales

El cambio de enfoque que ha adoptado el G-20 tiene implicancias macroeconómicas y sistémicas muy importantes para el futuro de la economía mundial.

Mientras que los efectos contractivos de corto plazo de las políticas de “consolidación fiscal” no son puestos en duda ni por los propios técnicos del FMI, los efectos expansivos de estas políticas son cuestionados por numerosos análisis empíricos. Un trabajo reciente de Chowdhury (2010) sostiene que se verifican escasos episodios en los que existe una correlación positiva entre procesos de consolidación fiscal y crecimiento (14 casos sobre 74 en un trabajo del FMI (2010-b), y 27 sobre 107 en el estudio de Alesina, 2010), y que en todos ellos se verifica la concurrencia de otros factores que podrían ser más relevantes para explicar la recuperación económica que los ajustes fiscales: la influencia del ciclo económico mundial, el comportamiento de la política monetaria y/o cambiaria, o la implementación de reformas estructurales.

Adicionalmente señala que la correlación entre ambas variables (crecimiento y reducción del déficit) podría presentar la relación causal inversa, siendo la reactivación del crecimiento (movida por alguno de los factores previamenteseñalados) lo que impulsa las mejoras en los ingresos tributarios y permiterecomponer las finanzas públicas.

En el actual contexto, en el que las economías centrales han comenzado a crecer tibiamente y en el que las políticas de ajuste afectarán a la mayor parte del mundo desarrollado (que representa más del 60% del PBI mundial), las posibilidades de que la consolidación fiscal induzca una expansión de la inversión que más que compense el efecto recesivo inicial parece al menos cuestionable. Este escenario, en el que la expansión de la demanda de inversión y consumo no compensa la retracción de la demanda del sector público, el SMI se encontraría ante una situación de insuficiencia de demanda agregada.

Además, las políticas que deberían apuntalar el efecto expansivo de la consolidación fiscal son de dudosa efectividad. No existen pruebas concluyentes de que la flexibilización laboral impulse la demanda de trabajo, o de que la reducción deimpuestos a las ganancias acelere la acumulación de capital y el crecimiento económico.

Si no se verifica rápidamente el efecto expansivo de este conjunto de medidas, los países europeos, y sobre todo Grecia y los PIIGS (acrónimo de Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) podrían ver agravada su situación fiscal como consecuencia del espiral recesivo y desatar un rebrote aún más complejo de la crisis.

La conceptualización del framework del G-20 exige que los países emergentes deben revisar sus estrategias de auto-aseguramiento e intervenir en los mercados cambiarios. Se pretende que los países emergentes superavitarios aprecien sus monedas y expandan la absorción interna para estimular la economía mundial, pero los resultados pueden ser exiguos, teniendo en cuenta que estos países no emiten monedas de reserva internacional y representan menos del 20% del PBI mundial.

Más aun, varias de estas economías se encuentran en pleno proceso de catching-up y por lo tanto necesitan de los mercados de los países centrales para completar su proceso de desarrollo.

El giro en la concepción de política económica propiciado por el FMI para el G20 también ha implicado, finalmente, un retroceso de temas más estructurales, como el problema de la ausencia de un prestamista de última instancia en el SMI, laregulación financiera sistémica, o las políticas de control de los flujos de capitales especulativos.

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