CEPAL apoya convergencia Alianza del Pacífico - MERCOSUR
Durante la XIII Cumbre de ministros de Puerto Vallarta, la Secretaria Ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, llamó a los funcionarios participantes, a responder a los crecientes cuestionamientos al libre comercio mediante una agenda comercial inclusiva que genere beneficios para todos los sectores de la sociedad y también para el medio ambiente. Para CEPAL, el intercambio comercial entre AP- MERCOSUR, aunque reducido, tiene gran importancia para la diversificación exportadora y la generación de encadenamientos productivos.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas hizo también un llamado a los países del grupo a profundizar su relación con Australia, Canadá, Nueva Zelandia y Singapur, naciones con las que lleva a cabo un proceso de negociación para que se integren a la Alianza como Estados asociados.
En el marco de la reunión, que congregó también a ministros de Relaciones Exteriores, Comercio y Finanzas de varios países de América Latina y otras regiones del mundo, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL participó en varios ámbitos del cónclave.
En sus palabras iniciales, Alicia Bárcena señaló que el comercio internacional pasa por un período muy preocupante debido a la imposición de numerosas restricciones, que ya alcanzan poco menos de 200.000 millones de dólares (o el equivalente al 1% del intercambio global de bienes). Esta cifra podría aumentar considerablemente si Estados Unidos ejecuta en septiembre su anuncio de aumentar en 10% los aranceles a 200.000 millones de dólares adicionales de importaciones provenientes de China, y si este país responde con una medida equivalente.
“Si todas estas restricciones potenciales anunciadas se materializan, podríamos terminar el año con barreras de más de un trillón de dólares a las importaciones mundiales, equivalentes a casi el 6% del comercio global de bienes”, dijo Bárcena. “Sin embargo, quizás más preocupante que esos números es el deterioro que observamos del ambiente en que se conduce el comercio internacional. Vemos en algunos actores una erosión del apoyo y respeto al sistema multilateral de comercio personificado en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y un movimiento hacia relaciones comerciales basadas en el poder. Esto es un desarrollo muy negativo para todos los que apoyamos la cooperación multilateral por sobre el unilateralismo”, agregó la funcionaria, en obvia alusión a Donald Trump.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL coincidió con varios ministros en la necesidad de responder a los crecientes cuestionamientos al libre comercio mediante una agenda comercial inclusiva que genere beneficios para todos los sectores de la sociedad y también para el medio ambiente. Dicha agenda debe también actualizarse para reflejar adecuadamente los fuertes cambios tecnológicos que vive la economía mundial, como la digitalización y la robotización.
En este sentido, Bárcena destacó la creciente inclusión de capítulos sobre pymes, género y desarrollo sostenible en los acuerdos comerciales más recientes suscritos por los países de la Alianza del Pacífico y por sus candidatos a Estado asociado.
En otra de sus intervenciones, Alicia Bárcena señaló que la convergencia entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR es “necesaria y urgente”, sobre todo en una coyuntura tan turbulenta como la actual. Recordó que ambos bloques concentran alrededor del 80% de la población y el PIB de la región, cerca del 85% de su comercio y casi el 90% de sus flujos de inversión extranjera directa (IED). Sin embargo, comercian muy poco entre sí: el MERCOSUR representó en 2017 solo el 2,8% de las exportaciones totales de bienes y el 4,0% de las importaciones de la Alianza del Pacífico. En tanto, en ese mismo año la Alianza fue el destino del 6,4% de los envíos totales de bienes del MERCOSUR y el origen del 6,6% de sus compras externas.
La funcionaria internacional indicó a las autoridades presentes que la convergencia entre ambos bloques debe pasar de la fase exploratoria a una orientada al logro de acuerdos sectoriales en materias de interés común. Las relaciones comerciales y de inversión entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR.
De acuerdo con un reciente trabajo de la CEPAL sobre la convergencia AP-Mercosur, el comercio de bienes entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR, medido por las exportaciones, alcanzó un nivel máximo de casi 51.000 millones de dólares en 2012. Posteriormente, registró cuatro años consecutivos de caídas, con una contracción acumulada del 38% respecto de su valor en 2012. En 2017, el valor del intercambio registró una importante recuperación (17%) y llegó a 36.500 millones de dólares. Ambas agrupaciones exhiben una reducida interdependencia comercial en términos relativos.
En el caso de la Alianza del Pacífico, el MERCOSUR representó en 2017 solo el 2,8% de sus exportaciones totales de bienes y el 4,0% de sus importaciones. Por su parte, en el mismo año, la Alianza del Pacífico fue el destino del 6,4% de los envíos totales de bienes del MERCOSUR, y el origen del 6,6% de sus compras externas.
Encadenamientos productivos
Pese a su monto relativamente reducido, el intercambio comercial entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR tiene gran importancia para la diversificación exportadora y la generación de encadenamientos productivos, explica el trabajo.
En efecto, la participación conjunta de ambas agrupaciones en los envíos de manufacturas de sus miembros al mundo fluctúa entre el 28% para el Perú y el 71% para el Paraguay. El intercambio entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR se caracteriza por la presencia de flujos relevantes de comercio intraindustrial, especialmente en el sector automotor (vehículos y sus partes) y —en menor medida— en los sectores farmacéutico y de los plásticos y sus manufacturas. Por otra parte, el número de productos que los miembros de ambos grupos se exportan recíprocamente es, en muchos casos, mayor que el número de productos que destinan a sus principales mercados extrarregionales, como los Estados Unidos, la Unión Europea y China.
La CEPAL propone trabajar en cinco áreas hacia la convergencia: mayor cooperación regulatoria y reducción de obstáculos técnicos al comercio; facilitación de las inversiones; reconocimiento mutuo de los programas nacionales de Operador Económico Autorizado; avanzar hacia un mercado digital regional; y la cooperación en el desarrollo de estadísticas sobre comercio de servicios.