Convergencia en América Latina. Nuevos modelos de integración flexible para la pos crisis

¿Se agotaron los modelos de integración exitosos como la Unión Europea y la Comunidad Andina? Así lo cree un experto de la Fundación Getulio Vargas, Renato Flores, quien recomendó avanzar en estructuras más flexibles e intentar en América Latina convergencias en sectores puntuales, involucrando a los agentes privados y semi-privados. Otra iniciativa posible mencionada por el académico sería la cooperación financiera en inversiones y desarrollo entre los países de la región. En este último ámbito, existe un movimiento favorable de empresas multinacionales brasileñas, chilenas, peruanas y argentinas, así como hay nichos en los cuales se podría avanzar en proyectos. Sin embargo, "la decisión política es el pilar fundamental", apuntó el investigador.


La disertación del profesor Flores fue desarrollada en el Seminario Regional “Hacia la Convergencia e Integración de los Mercados de Capitales de América Latina”, organizado en Buenos Aires por el Centro de Estabilidad Financiera (CEF).
La Unión Europea, modelo indiscutido en materia de integración regional y ejemplo a seguir por todos los países que alguna vez soñaron unir fuerzas, parece haber ingresado en una etapa de declive y sería el primer ejemplo de que las integraciones tal como se las conoció, ya no están respondiendo a los problemas de las economías. "Los problemas de hoy quizás están necesitando herramientas que no están presentes en las estructuras actuales, y lo demuestra que frente a la última crisis financiera mundial, Europa no consiguió tener una respuesta unificada; muchas veces exigimos de las integraciones respuestas que ellas no pueden dar", explicó Renato Flores, profesor de Economía de la Escuela de Economía de la Fundación Getulio Vargas y presidente del Steering Commite del Programa PEP en Canadá.

Flores fue disertante en el Seminario Regional “Hacia la Convergencia e Integración de los Mercados de Capitales de América Latina”, organizado en Buenos Aires por el Centro de Estabilidad Financiera (CEF). Tras la apertura a cargo de su titular, Silvina Vatnick, y del director del BID/INTAL (Instituto de Integración de América Latina), Ricardo Carciofi, y presentado por Martín Grandes, director ejecutivo de esa institución, Flores recomendó virar hacia formas de integración más flexibles y en el caso de América Latina, propuso trabajar en la "concreción de convergencias puntuales involucrando sobre todo agentes privados o semi-privados, para avanzar en iniciativas específicas y muy bien definidas", como podría ser la convergencia de las bolsas de valores, mencionó. Un ejemplo de convergencia puntual en marcha es el sistema de pagos en monedas locales que ya funciona entre Argentina y Brasil, que aspira a expandirse a toda América del Sur.

El experto reconoció que durante décadas la integración de los países fue la solución a los problemas y fue una "respuesta inteligente" a las necesidades de los estados soberanos y de las regiones, con casos exitosos como la UE y la Comunidad Andina, pero sostuvo que en los tiempos que corren hay que virar hacia estas nuevas alternativas.

"Si analizamos la evolución de los procesos de integración, se observa que existe lo que yo denomino 'alternancia de énfasis', es decir, una oscilación entre las distintas causas que pueden sostener a una integración", explicó. Estas motivaciones, que pueden ser económicas, políticas, geopolíticas e históricas, van variando en importancia a lo largo del tiempo en un proceso dinámico, "porque la integración significa compartir soberanía y el motivo para compartirla va cambiando", consignó. Para el especialista, existen varios proyectos comunes en América del Sur -lo que tiene que ver con recursos naturales e infraestructura- que sólo pueden ser resueltos de forma global. Por lo tanto, la región estaría enfrentándose a la necesidad de hallar nuevas formas de integración, adaptadas a la realidad pos-crisis y en su opinión, en el Mercosur continúa predominando el componente político. "De hecho, la motivación política es el origen de que hoy también exista la UNASUR", agregó.

"Otro ejemplo de este cambio que se está produciendo se observa en la Comunidad Andina, que hoy día ya no parece tener un punto en común -señaló Flores- En algún momento de ese proceso de alternancia de énfasis, la CAN perdió el camino". Nacida bajo uno de los marcos jurídicos más perfectos que se conocen para un sistema de integración, la CAN parece encontrarse en estos días en una suerte de "saco de acero", debido a que hoy la rigidez de su estructura legal le juega en contra. "Si en sus primeros diez años de vigencia el Mercosur hubiera tenido una estructura tan perfecta en lo jurídico como tuvo la CAN, hoy no habría Mercosur -opinó el especialista de Getulio Vargas- Ahora necesitamos modelos más flexibles, nuevas formas de integración porque los tiempos cambiaron y el modelo europeo, que sin duda fue espectacular, ya fue; lo que no quiere decir que no necesitemos instituciones", aclaró.


Perspectivas para América del Sur

A pesar del impacto de la crisis, Flores sostuvo que el contexto actual es "muy favorable" para que América del Sur incursione en estas convergencias específicas "porque aunque tengamos gobiernos distintos, con procedimientos diferentes, algunos incluso demagógicos, vemos que hay un desplazamiento generalizado de la región con relación a EE.UU. y hay una conciencia en la región de que necesita encontrar un camino por sí sola y de alcanzar una unión Sur-Sur continental –sintetizó. Todos los gobernantes de la región están de acuerdo en esto". En este sentido, Flores expresó su optimismo respecto a la marcha del Mercosur. Como ejemplo, volvió a mencionar a UNASUR, "que está iniciando proyectos interesantes porque está produciendo bienes públicos, como el proyecto de la Escuela de Salud para América del Sur".

Un aspecto en el cual la región también podría avanzar -el momento es también propicio- es la integración financiera, teniendo en cuenta que en la mayoría de los países de América del Sur existe un razonable control en las cuentas públicas y una evolución positiva en las variables macroeconómicas. "Sin embargo, a pesar de esta situación favorable, la región está lejos de los criterios que, por ejemplo, plantea el Tratado de Maastrich y creo que, dada la volatilidad de nuestras economías, la dependencia de los valores de los commodities y otras cuestiones, no es conveniente ahora intentar volver a ideas ambiciosas de integración financiera o monetaria".

El investigador indicó que la experiencia reciente del Mercosur en este sentido "no es buena", y recordó que si bien el bloque intentó en el pasado implementar una coordinación económica, ésta evolucionó después -al ponerse de manifiesto las dificultades-, en un diálogo entre los bancos centrales de los diferentes países que apunta a transparentar criterios y cursos de acción.

"Pienso que con la actual situación favorable deberíamos intentar convergencias puntuales involucrando sobre todo a agentes privados o semi-privados", insistió Flores. Agregó que otra iniciativa posible sería la cooperación financiera en inversiones y desarrollo entre los países de la región. En este último ámbito, recordó que hay un movimiento favorable de empresas multinacionales brasileñas, chilenas, peruanas y argentinas, y que hay nichos en los cuales se podría avanzar en proyectos. Sin embargo, apuntó que la decisión política es el pilar fundamental. "Si algo nos mostró la historia de las integraciones del siglo XX es que el apoyo político es necesario porque no podemos avanzar solamente desde lo económico, lo histórico, cultural, o financiero, basándonos en orígenes comunes, sino que debe haber un trabajo político y en eso soy optimista".

A pesar de ser partidario de la integración financiera, consideró que el escenario actual no es el indicado para lanzar el Banco del Sur. "No soy muy favorable en este momento porque creo que sería mejor integrar más las instituciones que ya existen antes que crear un nuevo banco -definió- Es precipitado y quizás significa un desperdicio de recursos".
 

Silvia Martínez