Durban votó la extensión de Kioto por 5 años más
Durban (Sudáfrica). La cumbre de la ONU sobre el cambio climático arrojó un pacto que obligaría por primera vez a los mayores contaminantes a tomar medidas sobre sus emisiones de gases de efecto invernadero, aunque según críticos el plan no es lo bastante agresivo como para frenar el calentamiento global.
El paquete de acuerdos extendió el Protocolo de Kioto, el único pacto global con límites a las emisiones de C02, aprobó un fondo para ayudar a los países más pobres a lidiar con el cambio climático y trazó un camino hacia un acuerdo jurídicamente vinculante sobre recortes de gases contaminantes.
La XVII Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17), donde debería haber caído el telón oficialmente el pasado viernes, concluyó la pasada madrugada con un acuerdo alcanzado in extremis.
La reunión de Durban, que arrancó el pasado 28 de noviembre, batió un récord al convertirse en la COP climática más larga de la historia, debido a las discrepancias entre las grandes potencias y la incapacidad de Sudáfrica, presidenta y anfitriona de la cumbre, para agilizar las negociaciones. Tras tres noches completas de sesiones, sumadas a dos semanas de duras negociaciones a cargo de delegados de 194 países, la reunión se prolongó por dos días más de lo programado.
Al final, EEUU y China, cedieron y se subieron al carro de los más de 190 países que aprobaron la Plataforma de Durban para la Acción Reforzada, pomposo nombre que recibe el conjunto de acuerdos logrados en la ciudad sudafricana.
Ese paquete incluye un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto para reducir gases de efecto invernadero, que expira al final de 2012 y que ahora se prolongará hasta 2017 o 2020.
Sin embargo, Rusia, Japón y Canadá no se han sumado al segundo periodo del único tratado legalmente vinculante de reducción de emisiones, que obliga sólo a los países industrializados, excepto EEUU, que en su día se negó a su ratificación.
La Plataforma también contiene el mecanismo que debe regir el Fondo Verde para el Clima (FVC), una bolsa de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 que aportarán los países ricos para ayudar a los países en desarrollo a financiar acciones para disminuir sus emisiones y atajar el impacto del cambio climático.
Pero el acuerdo más significativo de Durban es una hoja de ruta para un nuevo acuerdo global que implica a todos los grandes emisores (tanto países desarrollados como emergentes), condición que exigía la Unión Europea (UE) para firmar una prórroga de Kioto.
El ministro británico de Energía y Clima, Chris Huhne, se apresurara a calificar el resultado de "gran éxito de la diplomacia europea", pues la UE ha conseguido "meter en la hoja de ruta a los grandes emisores, como EEUU, India y China".
Sin embargo, los países latinoamericanos, como el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, señaló que la XVII cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17), fue un "fracaso" en lo ambiental, en tanto que en lo diplomático "logró salvar los muebles".
Brasil, Argentina y Colombia estuvieron particularmente activos en Durban para lograr que aceptando el plan propuesto por la UE de extender el Protocolo de Kioto a un segundo período, bajo la condición de que hubiese algún tipo de acuerdo en 2015 para que entre en vigor un nuevo régimen en 2020.
El hecho de que Estados Unidos y China, responsables del 40 por ciento de las emisiones mundiales de gases contaminantes, aceptasen el paquete puede considerarse un paso adelante en la batalla por salvar el planeta, si se tiene en cuenta la intransigencia -EEUU, especialmente- con la que empezaron la COP17.
Bolivia fue prácticamente responsable de que se adoptara un régimen legal que no resultara excluyente para los países pobres. Mientras que los grandes han crecido económica e industrialmente usando "abusivamente el espacio atmosférico" y generando el 75% de las emisiones globales de los gases de efecto invernadero de toda la historia, informaron el domingo fuentes oficiales. René Orellana, jefe de la delegación boliviana en el país sudafricano de Durban, ante cierta reacción contraria de la plenaria de la COP 17, con relación a la posición de la India, recordó que hay países que nunca quisieron cumplir con el protocolo de Kioto pero quieren imponer instrumentos legales sin reconocer su responsabilidad, según la agencia ABI.
Las conversaciones de Durban abrieron el camino para el diseño de un Fondo del Clima Verde que canalice hasta 100.000 millones de dólares para el 2020 a los países más pobres, pero no avanzaron en establecer de dónde saldrá ese dinero. Una propuesta de esta semana para generar dinero en efectivo mediante un impuesto al transporte marítimo internacional por las emisiones de carbono generó tal oposición que no sobrevivió al texto final.
La XVII Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17), donde debería haber caído el telón oficialmente el pasado viernes, concluyó la pasada madrugada con un acuerdo alcanzado in extremis.
La reunión de Durban, que arrancó el pasado 28 de noviembre, batió un récord al convertirse en la COP climática más larga de la historia, debido a las discrepancias entre las grandes potencias y la incapacidad de Sudáfrica, presidenta y anfitriona de la cumbre, para agilizar las negociaciones. Tras tres noches completas de sesiones, sumadas a dos semanas de duras negociaciones a cargo de delegados de 194 países, la reunión se prolongó por dos días más de lo programado.
Al final, EEUU y China, cedieron y se subieron al carro de los más de 190 países que aprobaron la Plataforma de Durban para la Acción Reforzada, pomposo nombre que recibe el conjunto de acuerdos logrados en la ciudad sudafricana.
Ese paquete incluye un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto para reducir gases de efecto invernadero, que expira al final de 2012 y que ahora se prolongará hasta 2017 o 2020.
Sin embargo, Rusia, Japón y Canadá no se han sumado al segundo periodo del único tratado legalmente vinculante de reducción de emisiones, que obliga sólo a los países industrializados, excepto EEUU, que en su día se negó a su ratificación.
La Plataforma también contiene el mecanismo que debe regir el Fondo Verde para el Clima (FVC), una bolsa de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 que aportarán los países ricos para ayudar a los países en desarrollo a financiar acciones para disminuir sus emisiones y atajar el impacto del cambio climático.
Pero el acuerdo más significativo de Durban es una hoja de ruta para un nuevo acuerdo global que implica a todos los grandes emisores (tanto países desarrollados como emergentes), condición que exigía la Unión Europea (UE) para firmar una prórroga de Kioto.
El ministro británico de Energía y Clima, Chris Huhne, se apresurara a calificar el resultado de "gran éxito de la diplomacia europea", pues la UE ha conseguido "meter en la hoja de ruta a los grandes emisores, como EEUU, India y China".
Sin embargo, los países latinoamericanos, como el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, señaló que la XVII cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17), fue un "fracaso" en lo ambiental, en tanto que en lo diplomático "logró salvar los muebles".
Brasil, Argentina y Colombia estuvieron particularmente activos en Durban para lograr que aceptando el plan propuesto por la UE de extender el Protocolo de Kioto a un segundo período, bajo la condición de que hubiese algún tipo de acuerdo en 2015 para que entre en vigor un nuevo régimen en 2020.
El hecho de que Estados Unidos y China, responsables del 40 por ciento de las emisiones mundiales de gases contaminantes, aceptasen el paquete puede considerarse un paso adelante en la batalla por salvar el planeta, si se tiene en cuenta la intransigencia -EEUU, especialmente- con la que empezaron la COP17.
Bolivia fue prácticamente responsable de que se adoptara un régimen legal que no resultara excluyente para los países pobres. Mientras que los grandes han crecido económica e industrialmente usando "abusivamente el espacio atmosférico" y generando el 75% de las emisiones globales de los gases de efecto invernadero de toda la historia, informaron el domingo fuentes oficiales. René Orellana, jefe de la delegación boliviana en el país sudafricano de Durban, ante cierta reacción contraria de la plenaria de la COP 17, con relación a la posición de la India, recordó que hay países que nunca quisieron cumplir con el protocolo de Kioto pero quieren imponer instrumentos legales sin reconocer su responsabilidad, según la agencia ABI.
Las conversaciones de Durban abrieron el camino para el diseño de un Fondo del Clima Verde que canalice hasta 100.000 millones de dólares para el 2020 a los países más pobres, pero no avanzaron en establecer de dónde saldrá ese dinero. Una propuesta de esta semana para generar dinero en efectivo mediante un impuesto al transporte marítimo internacional por las emisiones de carbono generó tal oposición que no sobrevivió al texto final.
mercosurabc