El despegue del bloque sudamericano

Con la celebración de la XXVI Reunión del Consejo de Mercado Común, que culminó con la Cumbre de Jefes de Estado de Puerto Iguazú el 8 de julio, se abre una de las etapas más importantes del proceso de integración regional en lo que se refiere a su apertura externa. En el semestre de la Presidencia pro Tempore que Brasil recibió de manos de Argentina el 8 de julio en Puerto Iguazú, deberá transitarse la fase final de la negociación por una zona de libre comercio con la Unión Europea. La incorporación de Venezuela como asociado al bloque y la concreción de una zona de libre comercio con la Comunidad Andina en pleno junto con la apertura hacia México, perfilará al mismo tiempo una región sudamericana con influencia sobre toda América Latina, de singular peso económico y político.


En este mismo lapso Brasil, que liderará el grupo de negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y del Área de Libre Comercio de las Américas, espera también finalizar los acuerdos entre Mercosur e India.

Los anuncios de Venezuela y México, que acudieron como invitados a la reunión de cúpula en relación con su asociación al Mercosur, fueron además acompañados por referencias a proyectos de desarrollo mancomunados. En el caso de Venezuela -que logrará su asociación en forma inminente, cuando se protocolice ante ALADI el acuerdo ya concluido entre este país y el Mercosur - su presidente Hugo Chávez anunció la inminente concreción de la empresa regional Petrosur, que reunirá a ese país con Argentina y Brasil en la producción de energía. Por su parte, México –que aún no ha avanzado en las negociaciones por un tratado de libre comercio con el bloque del Mercosur- dejó claro el interés político por una relación que considera estratégica. Su presidente Vicente Fox, en un viaje preliminar a Brasil, declaró que México tenía “la obligación” de asociarse con ese país, “para que crezcan las posibilidades y potencialidades de América latina entera”. Desde allí anunció su intención de intensificar las asociaciones con las empresas brasileñas de energía Petrobras y de aviónica Embraer.

Previo a la Cumbre, una reunión ordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC) presidida por el canciller argentino Rafael Bielsa, recibió el reporte de lo actuado en el semestre y las propuestas de las distintas instancias del bloque. Las decisiones y principales temas de agenda fueron más tarde volcadas a la Declaración Conjunta y elevada a los Jefes de Estado del bloque para su firma.

Entre las principales Decisiones, se aprobó la relativa a la creación del Fondo Especial para Solventar Controversias previsto en el Art. 36 del Protocolo de Olivos y la constitución del Tribunal Permanente de Revisión. El fondo será de u$s 200 mil, reunidos por la contribución de u$s 50 mil de cada uno de los miembros del bloque. La designación de los árbitros por otra decisión del CMC, permite poner en funcionamiento el órgano de resolución de controversias, que comenzará a funcionar en agosto en Asunción del Paraguay.

El mismo órgano de decisión política del Mercosur aprobó la creación de un Grupo Ad Hoc de Alto Nivel Acuífero Guaraní.

Por su parte, en su informe semestral, la Comisión Parlamentaria Conjunta elevó al CMC un anteproyecto de protocolo para crear un Parlamento del bloque, y sugirió la pronta aplicación del mecanismo de consulta instituido en el Tratado de Asunción que nunca se concretó y que ayudaría a acelerar la incorporación de normativa Mercosur a las legislaciones de los países asociados. En este sentido, sólo se avanzó en la Decisión de "Vigencia y Aplicación de las Normas Emanadas de los Órganos con Capacidad Decisoria del MERCOSUR" que no requieren aprobación legislativa.

Una de las sesiones del CMC, que se celebró con los representantes de los países asociados e invitados a la reunión, se realizó con la presencia del Canciller de Venezuela, que solicitó la incorporación a Mercosur como estado asociado; un Representante del Gobierno de Colombia, el Director de la CAF. También acudieron altos Representantes Especiales de Japón que revisaron el resultado de la VI Reunión de Alto Nivel entre Japón y el MERCOSUR en Tokio, llevada a cabo el pasado 28 de junio; un representante de Egipto y otro de la Secretaría General de la ALADI.

Los diferendos comerciales

La Cumbre transcurrió mientras se desarrollaba un conflicto comercial que aceleró un encuentro ministerial de los titulares de Economía de Argentina y de Desarrollo de Brasil para intentar la coordinación de políticas industriales y de políticas de incentivos a las exportaciones en el Mercosur.

Días antes de la reunión de Iguazú, el gobierno argentino decidió adoptar una serie de medidas restrictivas para el ingreso de electrodomésticos brasileños a su mercado, que incluyeron en principio la exigencia de licencias especiales, no automáticas para la importación de heladeras, cocinas y lavarropas. Además la aplicación de una tarifa de 21% sobre televisores fabricados en la Zona Franca de Manaus.

Las denuncias de que Argentina se opone al libre comercio en el proceso de integración fueron replicadas desde la cartera de Economía de ese país, que aseguró que las medidas anunciadas contra las importaciones de electrodomésticos brasileños son autorizadas por la OMC, que permite que ese instrumento sea utilizado cuando se produzcan perjuicios a sectores específicos. De hecho, existiría una lista preparada por Brasil que incluiría más de 2.000 productos, en previsión de adopción de licencias no – automáticas que fue motivo de disputa comercial bilateral en 1999, cuando aquel país impuso licencias a todas las importaciones argentinas que constaban en la lista.

Pero lo cierto es que las medidas adoptadas por Argentina no podrán ponerse en práctica hasta su efectiva reglamentación, lo que dará tiempo a que se celebren reuniones sectoriales –la primera entre empresarios y técnicos del sector se está desarrollando en Buenos Aires- urgidas por la amenaza de la aplicación de restricciones a la importación brasileña, que resultarían de mayor envergadura que las cuotas consensuadas entre los sectores empresarios de uno y otro país.

Graciela Baquero