El impacto de la crisis internacional en una América Latina fortalecida

Uno es pionero en la ética para el desarrollo, el capital social y la responsabilidad social de los empresarios, introduciendo en las universidades la “economía con rostro humano”. El otro es el impulsor de un grupo surgido al calor de la crisis del año 2000, con la idea de producir un proyecto alternativo, el Grupo Fénix, a las políticas neoliberales aplicadas en Argentina entre 1976 y 2001. Ambos, Bernardo Kliksberg y Aldo Ferrer, apuestan por la integración latinoamericana, abordada con una nueva mirada.


Ambos, Bernardo Kliksberg y Aldo Ferrer, apuestan por la integración latinoamericana, abordada con una nueva mirada.

Caduca la “agenda de desarrollo” para Latinoamérica, surgida de la dispar relación de poder norte-sur que regía desde la segunda guerra mundial. Vira paulatinamente a una “agenda global” en un mundo multipolar, hijo de la crisis de 2008, que puso en jaque a las economías centrales occidentales*.

Kliksberg y Ferrer encarnan la nueva mirada para abordar este naciente ecosistema de cooperación sur-sur, cooperación en parte responsable del éxito de las economías latinoamericanas y asiáticas, en la lucha contra la crisis mundial. Esta nueva mirada, en lo que importa es “el otro”, fue expuesta por ambos académicos, en una conferencia magistral desarrollada en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, relacionada con las oportunidades de América Latina ante la crisis internacional, el jueves 22 de agosto.

En este escenario internacional, con “la emergencia de nuevos protagonistas, China en primer lugar; la profunda crisis de la zona del Euro; la crisis financiera que se desató hace cinco años en Estados Unidos”, “las grandes economías industriales que siguen atrapadas en el modelo neoliberal, no encuentran respuestas”, analiza Ferrer. A pesar de un escenario externo complejo, nuestros principales desafíos no vienen de afuera sino de adentro. Porque en nuestros países tenemos nuestra propia historia”, agrega.

El impacto de la crisis en AL. Para el profesor Ferrer, los problemas de estructura y de desigualdad que prevalecen en América Latina, la región con mayor desigualdad en el escenario internacional, surgen de un patrón expansivo “distinto al usado en Asia, Africa y Medio Oriente, en donde las civilizaciones preexistentes sobrevivieron la penetración europea. En AL, destruida la estructura de los pueblos originarios, y con la presencia de los esclavos africanos, las corrientes europeas se instalaron en un espacio fragmentado socialmente, éticamente y con una fuertísima concentración de la riqueza y de la Iglesia”. Destaca sin embargo una América del Sur en la que prevalecen proyectos nacionales y populares. “En Argentina, en Brasil, en el Mercosur, en la mayor parte del espacio Sudamericano, prevalecen proyectos nacionales y populares que tratan de dar respuesta a estos valores de la actualidad y, por cierto, remover las consecuencias de la experiencia histórica. Estos proyectos tienen varios objetivos principales: uno es la cuestión social. Otro elemento presente es la defensa de la soberanía. Y por supuesto, el protagonismo del Estado en todos ellos”, explicó.

Bernardo Kliksberg, coincidió en este punto, en el indiscutible avance logrado por la región en lo social. Tenemos impacto “porque la economía de los EEUU. y de la UE están sobre el 50% del Producto Bruto mundial y Europa va a caer un 0,6% este año y Estados Unidos no va a crecer más del 2%”. El impacto de su estancamiento se hará sentir, “pero éste ya lo vivimos en 2008 – 2009, el actual es totalmente diferente porque en este momento contamos con la mayor política social, de toda la historia de América Latina”, en el Cono Sur. “La inversión social se ha triplicado respecto de los años 90’, y todos los rubros, de carácter central. Hay una política muy agresiva de fomento a las Pymes, de democratización del crédito, por señalar algunas. Eso, más los avances paulatinos y la integración económica regional, son nuestra protección contra lo que significa actualmente el mal funcionamiento del sistema. Si perdemos alguno de esos logros, no sólo no avanzamos en términos internacionales, sino que quedamos a la intemperie, vamos a permitir que se destruya nuestro patrimonio de consumo y que aumente la tasa de suicidios propia”, aseguró el autor de “Primero la Gente”, con el Nobel Amartya Sen.

La región, con sus diferencias, ha logrado las tasas de crecimiento económico mayores en toda una generación (25 años) con un promedio superior al 4 por ciento anual, lo que ha permitido una reducción de la pobreza del 22 por ciento en 2002 al 12 por ciento en 2008 a través de la generación de empleos y de la capacidad fiscal para financiar programas sociales para los pobres, que han contribuido también a la reducción de la desigualdad en 13 de 17 países. Es importante el papel de los programas sociales focalizados como los de transferencias condicionadas, como Oportunidades (México), Bolsa Familia (Brasil), Asignación Universal por Hijo (Argentina).*

La fuga de capital. “En el campo internacional, desde luego, siguen prevaleciendo las visiones dominantes de los viejos centros industriales del Atlántico Norte, que se resisten a este cambio en los países periféricos”, sostiene Ferrer. Y si hace falta un ejemplo de esto, hay que observar el disgusto que ha causado en los mercados financieros y ese pensamiento neoliberal arraigado en el predominio de las finanzas, el hecho de que un país como Argentina, respecto de la cuestión crucial de la deuda, haya tomado un camino independiente sin atender a las imposiciones de afuera, buscando nuestra propia solución, buscando resolver sus problemas con sus propios medios”. Los dos principios fundamentales se basan en: “estar parados en los propios recursos y tener la casa en orden. Lo cual no quiere decir estar aislado del mundo, ni mucho menos”. “Tener una posición nacional no implica dejar de obtener créditos puntuales para hacer una central nuclear, o eléctrica o alguna otra inversión”. ¿Pero por dónde pasa nuestro problema de desfinanciamiento? Para el ex directivo de Enarsa, reside en un viejo problema interno que subsiste, que es la fuga de capital. Si retenemos el ahorro interno, tenemos dinero propio para hacer Vaca Muerta varias veces”, sostuvo.

En la misma línea, Bernardo Kliksberg, que invitó a un enfoque metodológico que salga de “discutir lo argentino en términos locales, juego al que casi nos han arrastrado, corriendo el riesgo de perder de referencia que estamos en un mundo totalmente interdependiente”, mencionó el problema del ahorro interno ligado a lo global. “Una gran fuente de ingresos del 1% más rico del mundo reside en que: no pagan más impuestos!, dejaron de hacerlo. No exagero”, aseguró. “Estas cifras son de The Economist que no suele exagerar. Las grandes empresas pagaban en Estados Unidos, en 1930, el 30% de los ingresos fiscales, actualmente sólo pagan el 9% de la recaudación fiscal. Siguiendo a esa publicación, el 75% de las principales empresas de tecnología en los Estados Unidos, pagan sus impuestos en lugares de baja recaudación, diferentes de donde venden sus productos. Aprovecharon la internacionalización de las economías, entonces con los precios de transferencias, con los derechos de propiedad intelectual, etc., declaran todos sus costos en las economías centrales, y todos sus beneficios en los paraísos fiscales. Entonces, se llegó a la incoherencia absoluta que provocó una gran reacción en la opinión pública en Inglaterra. Por ejemplo, Starbucks tiene 700 locales en ese país. Vendió, el año pasado, U$S 630 millones y pagó cero impuestos. Porque con los juegos contables, se terminó lo de pagar impuestos. Esa es una tercera fuente de utilidades. Los accionistas ganaron porque no pagan impuestos: ni Starbucks, ni Google, ni General Motors, de Apple, nada. ¿Qué accionistas? Starbucks es de una persona, Apple es de una familia. Dejaron de pagar impuestos los más ricos, de los más ricos”, afirmó, asombrando al auditorio.

La cooperación sur-sur. Junto al tema de la gobernabilidad de control de fuga de capital, “llega el turno de la ingeniería política. Cómo se le da impulso a la inversión a través de las Pymes y de la inversión pública y cómo se reorienta la conducta de muchos grupos económicos que tienen parte fundamental en la estructura productiva, pero que opera generalmente, con criterio neoliberal”. “Ahí podemos observar la experiencia de los países asiáticos como China, Corea o Taiwán, que han logrado a través de estratégicas alianzas dinámicas entre las políticas públicas nacionales de transformación, con los grupos privados, abrir espacios a la rentabilidad en los sectores de la transformación productiva”, agregó Ferrer.

La relación entre AL y Asia excede ampliamente el marco de la observación. De hecho, las inversiones asiáticas en la región y el intercambio comercial con ese destino fueron importantes herramientas que determinaron el nuevo “ecosistema de cooperación”, que fueron con las que contaron los latinoamericanos para afrontar programas sociales y regenerar el tejido productivo, después de la sangría de la década neoliberal. AL dispone de una diversidad de fuentes de financiamiento, entre las que destaca China y emerge la banca multilateral subregional, como CAF, BCIE, o incluso BNDES de Brasil. Hasta hace diez años los acuerdos comerciales de los países de ALC eran Norte-Sur, especialmente con Canadá, EE.UU. y la UE. En diez años, el número de acuerdos se multiplicó por seis hasta llegar a 60 y el mayor número son de naturaleza Sur-Sur, tanto entre países de ALC, como de éstos con AsiaPacífico. *


* El surgimiento de la cooperación Sur-Sur Hacia un nuevo ecosistema de cooperación para el desarrollo, Joaquim Tres, BID, julio 2013
Graciela Baquero