Esperan impacto por menor actividad en China

Brasil logró revertir en el primer semestre del año la tendencia deficitaria en su intercambio comercial con China y acumuló un superávit de u$s 2.800 millones. Si bien el resultado se explica por la retracción de las importaciones de maquinarias y a las ventas extraordinarias de mineral de hierro y de soja, lo cierto es que el flujo comercial entre Brasil y China sumó u$s 17.226 millones en los primeros seis meses de 2009, por encima de la marca de Estados Unidos. En caso de mantenerse esta tendencia, es de esperar que el gigante asiático se afiance este año como primer socio comercial brasileño, al menos mientras EE.UU. siga en recesión. La suerte de Brasil está cada vez más atada a la de China, con todas las ventajas y riesgos que eso implica, por lo que existe cierto grado de preocupación por el impacto que podría tener una menor actividad de la economía china en la del mayor socio del Mercosur.


Los números son los que mejor representan el peso que está ganando el país asiático en la facturación del sector industrial brasileño. Según informó el Ministerio de Industria y Comercio del gobierno de Inácio "Lula" da Silva, en el primer semestre del año China fue prácticamente el único comprador con el cual Brasil logró salir airoso del derrumbe comercial generalizado a nivel mundial, al aumentar sus ventas hacia ese destino nada menos que en 42,3% respecto al primer semestre del año anterior. Esta buena performance contrastó con la retracción de 22% de sus exportaciones totales, que alcanzó incluso a sus socios comerciales más fuertes: Estados Unidos, número uno en su ranking de intercambio comercial, y Argentina, un partner histórico que redujo sus compras en un 42% durante los primeros seis meses de 2009 y que en los últimos dos años pasó a ocupar el tercer lugar, siendo desplazado por China.

Lo cierto es que el flujo comercial entre Brasil y China sumó u$s 17.226 millones en los primeros seis meses de 2009, por encima de la marca de Estados Unidos y, en caso de mantenerse esta tendencia, es de esperar que el gigante asiático se afianzará este año como primer socio comercial brasileño, al menos mientras EE.UU. siga en recesión y sin poder crecer, según recordó Welber Barral, secretario de Comercio Exterior. Otro hecho significativo es que, a pesar del parate de compras en todo el mundo, las exportaciones de Brasil hacia China se mantienen altas, con promedios de incremento de más de 34%, siendo esa nación asiática el principal mercado para sus productos gracias al peso decisivo de los commodities. Si bien China desaceleró fuertemente sus compras de materias primas en la última parte de 2008, la buena noticia es que su intercambio comercial con China logró un excedente de u$s 2.800 millones desde enero y hasta la segunda semana de junio, después de haber tenido un déficit de 1.500 millones en el primer semestre del año anterior.

Sin embargo, los expertos hallan la explicación de este inesperado superávit en la conjunción de dos hechos derivados directamente de la crisis. Por un lado, el fuerte aumento de las exportaciones de mineral de hierro y soja hacia China, que treparon desde enero a razón de 97 y 25% respectivamente. "A fines de 2008, China frenó sus compras de commodities debido a la crisis pero ya en el inicio de 2009, aprovechó los precios más bajos y salió a recomponer sus stocks", explicó el economista Julio Sergio de Almeida, ex secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda. El otro factor que influyó fue la caída de la producción industrial brasileña, que golpeó particularmente a las importaciones de componentes y de máquinas de origen chino haciéndolas caer en u$s 652 millones entre enero y mayo, un 27% menos que en el primer semestre de 2008. A nivel general, Brasil logró superávit total de su balanza por u$s 13.987 millones, un 23,8% más que en el primer semestre de 2008 pero también este resultado se dio a partir de una retracción de exportaciones de 22% y de casi 29% en las importaciones.

A pesar de lo coyuntural de este excedente comercial, Welber Barral confió en que los números favorables se mantendrán durante todo 2009, lo que implica un importante aliciente para la balanza comercial si se tiene en cuenta que hoy China significa el 22,5% del excedente que tiene Brasil con todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de los economistas coincide en que esta bonanza se irá morigerando paulatinamente hasta retornar Brasil a su tradicional déficit con China a partir de 2010, a medida que ambas economías comiencen a recomponerse.


Alianza Brasil-China

Desde que se diseminó la debacle financiera internacional por el mundo, los economistas y los funcionarios del gobierno de Lula da Silva no dejan de monitorear la evolución de la economía china. Buscan estimar con la mayor exactitud posible el impacto real que tendrá una retracción de las importaciones chinas en la economía brasileña. El consultor de negocios Rubens Barbosa, presidente del Consejo de Comercio Exterior de FIESP, recordó que la Confederación Nacional de la Industria (CNI) espera que la actividad en Brasil comience a recuperarse en el segundo semestre, luego de que las ventas de las industrias cayeran 1,9% en abril último, número que en esa oportunidad dio por tierra con las esperanzas de recuperación en los primeros meses del año. Hasta ahora, prácticamente todos los indicadores han arrojado cifras negativas, entre ellas la cantidad de horas trabajadas, que bajó 0,1% en relación a marzo. El único que logró mantenerse en alza fue la Utilización del Parque Industrial, que se situó en abril en 79,2% respecto al 78,8 que había registrado en marzo pasado. En cambio, la comparación con abril de 2008 arrojó nada más que números desfavorables con una caída de 10,7% en la facturación y de 2,7% en la masa salarial. Y la tendencia continúa si se miran las estadísticas más recientes, que dieron cuenta de un recorte de 2,41% en el empleo de la industria paulista durante el primer semestre de 2009. En otras palabras, más de 8.000 puestos de trabajo que se perdieron sólo en San Pablo.

A pesar de estas cifras, el consenso indica que en la segunda parte de 2009 la economía de Brasil estaría empezando a transitar la salida de la recesión. Según el gerente ejecutivo de la Unidad de Política Económica de la CNI, Flávio Castelo Branco, el país se encuentra en una etapa de transición para empezar a crecer y anticipó que, por esa razón, los próximos meses serán de altibajos. Para el experto, "lo peor de la crisis internacional ya fue superado, aunque eso no quiere decir que el proceso recesivo terminó". Otro analista, Rogério César de Souza, del Instituto de Estudios para el Desarrollo Industrial (IEDI), recalcó que esa recuperación se dará de diferente manera según el sector y la empresa. "Tenemos empresas diferentes que se van reacomodando de forma diferente -acotó al medio brasileño Jornal do Commercio- Los empresarios tienen que redescubrir sus mercados y ajustar sus niveles de producción a una nueva realidad y por eso, esta es una fase de ajuste para volver a crecer". Por supuesto, las expectativas indican que el nivel de crecimiento será inferior a lo que se vió en 2008. Marcelo de Ávila, también economista de la CNI, recordó que las proyecciones indican que en 2009 el Producto Bruto Interno de la industria brasileña bajaría un 2,8% y resaltó que para igualar el nivel de ventas de 2008, con lo que se lleva acumulado en lo que va del año las industrias deberían incrementar su facturación en poco más de 7% de aquí hasta diciembre.

Pero la realidad es que, más allá de estas proyecciones, lo que suceda en China tendrá un impacto importante. A pesar de la suba de los precios de los commodities -cabe recordar que el índice CRB de la agencia noticiosa Reuters arrojó un alza de 13% desde inicios de año, el experto de Itaú BBA en Shangai, Roberto Dumans, advirtió al medio Valor Económico que el mantenimiento de los valores es simplemente una "burbuja", por lo que cabe esperar que las compras de China se frenen nuevamente y Brasil vuelva a acusar el impacto. El analista explicó que la recuperación de China es temporaria porque si bien los incentivos fiscales otorgados por el gobierno de esa nación a sus empresarios aumentó la demanda en el corto plazo, tendrán como efecto negativo un sobrestock en momentos en que el mundo tiende a reducir su consumo. China intentó paliar la crisis destinando un paquete fiscal de u$s 586.000 millones y préstamos bancarios por u$s 668.000 millones en el primer trimestre del año, que se destinaron a infraestructura y sectores de la industria pesada. Pero Dumans explicó que este tipo de estrategia no genera tanto empleo, al menos no en comparación con el esfuerzo fiscal que requiere, y sostuvo que para que la recuperación sea sostenible en el tiempo debería antes haber una reestructuración de la economía local, basada en un recorte del peso de las exportaciones y en un aumento del consumo. Asimismo, recordó que el paquete actual se asemeja al plan utilizado en 1997 y 1998, durante las crisis asiática y rusa. "Pero ahora, en el contexto de hoy, teniendo en cuenta que Estados Unidos no está creciendo, ¿a quién va a vender China esa capacidad de producción que está construyendo?", se preguntó.

Sin embargo, las autoridades brasileñas, concientes de la importancia estratégica de la alianza con China, siguen mirando a largo plazo y tendiendo puentes con Asia. De hecho, Brasil ya comenzó a trabajar para implementar el uso de las monedas locales en su intercambio con China para sustituir el dólar con la intención -aclaró el Banco Central brasileño, según reportó O Estado de San Paulo- de reducir la volatilidad en las transacciones comerciales bilaterales. La idea es tener el mecanismo operativo en el mediano plazo, al menos para los productos de mayor peso en la canasta de exportaciones.
Silvia Martínez