Faltan evaluaciones del impacto de la crisis en el comercio regional

El desafío hacia el futuro para los países del Mercosur y del espacio sudamericano continúa siendo alcanzar lo que otras regiones han logrado, en especial Europa, en el sentido de institucionalizar liderazgos colectivos, indica Félix Peña.


En cuanto a la capacidad de articular posiciones conjuntas, si bien habría habido intercambios bilaterales –como el que se produjo en ocasión de la visita del Presidente del Uruguay al Brasil y el que se producirá en la próxima visita de la Presidenta de la Argentina, también al Brasil-, el Mercosur no ha tenido en este período reciente ningún análisis colectivo de los impactos de la crisis global y sobre cómo encararlos. Tampoco ha habido reuniones al respecto de la recientemente creada UNASUR, ni se conocen informes de la ALADI evaluando la situación y su impacto en el comercio intra-zonal –al menos no constan en su página Web, www.aladi.org-. Si, en cambio, los ha habido al más alto nivel político, tanto en el caso de la Unión Europea (se han realizado múltiples reuniones orientadas a concertar una posición común antes de la Cumbre de Londres, incluyendo la del Consejo de Ministros, los días 16 y 17 de marzo), como en el de la ASEAN .

Finalmente, en cuanto a la cuestión de un liderazgo colectivo eficaz, sea en el espacio del Mercosur o en el sudamericano, ella se ha reflejado en la percepción externa sobre el papel que desempeña el Brasil. Por su dimensión económica, por la imagen del Presidente Lula, y por su fortalecimiento institucional, Brasil es percibido como un país que puede ejercer un liderazgo en la región Sudamericana y también en el Mercosur. La visita a Washington del Presidente Lula y su entrevista bilateral, el sábado 14 de marzo, con el Presidente de los EEUU, pueden contribuir a fortalecer tal percepción. Se reflejó antes en el acuerdo de alianza estratégica concluido por la Unión Europea con el Brasil.

Sin embargo, las experiencias de otros espacios geográficos regionales, indican que los liderazgos eficaces son aquellos que resultan de la construcción de posiciones comunes entre diversos países con capacidad, a la vez, de ser relevantes, protagonistas y líderes. De alguna manera lo recuerda Mike Hammer (según el diario “Folha de Sâo Paulo”, del sábado 14 de marzo), el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de los EEUU (NSC), cuando señala que Brasil es un líder clave regional, pero que también tienen capacidad de liderazgo hemisférico otros países, entre los cuales menciona a México y a la Argentina.

El desafío hacia el futuro para los países del Mercosur y del espacio sudamericano continúa siendo entonces, alcanzar lo que otras regiones han logrado –especialmente Europa, aún con las dificultades crecientes que se han manifestado en las últimas semanas – en el sentido de institucionalizar liderazgos colectivos, basados en mecanismos que puedan ser eficaces para construir consensos y coordinar posiciones, ante fenómenos como el de la actual crisis global.

El no haberlo logrado aún, podría significar introducir algunos interrogantes en cuanto a la posibilidad de que países individuales, por más grandes que sean y sobre todo, si no son suficientemente grandes en términos de sus recursos de poder y de la masa crítica que aportan, puedan efectivamente aspirar a reflejar en ámbitos como el de la Cumbre de Londres, el punto de vista del conjunto de una región.

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