Informe INTAL MERCOSUR 2007
El comercio intrarregional creció a una tasa del 19.7%, indica el asesor de BID/ INTAL Uziel Nogueira en su última nota, elaborada en base al reciente Informe Mercosur 2007, que refleja un balance de flujos comerciales y de inversiones que mostraron un fuerte dinamismo a lo largo del año. El análisis sobre las áreas críticas del proceso de integración, como macroeconomía, comercio, inversiones, además de la agenda interna y externa, evalúa como positivos los resultados alcanzados en el período estudiado.
El Informe Mercosur 2007examina la situación del bloque subregional durante el período que va desde el segundo semestre de 2006 hasta el final del primer semestre de 2007.
El análisis sobre áreas críticas del proceso de integración (macroeconomía, comercio, inversiones, agenda interna y externa), evalúa como positivos los resultados alcanzados por el proceso de integración durante el período estudiado. Esta conclusión está fundamentada en el desempeño de las siguientes variables: (i) políticas macroeconómicas robustas, con generación de superávit fiscal primario, tipo de cambio competitivo, superávit en cuentas corrientes y substancial reducción de la duda pública con relación al producto interno bruto (PIB); Y (ii) contexto internacional benigno, con fuerte crecimiento de la economía global, tasas de interés más bajas en términos históricos, fuerte demanda y buenos precios para las principales exportaciones del bloque, tales como productos agrícolas, minerales y energéticos.
En este escenario descrito en detalle en el Informe MERCOSUR, los flujos comerciales y de inversiones mostraron un fuerte dinamismo, tanto en el ámbito interno como externo. El comercio intrarregional experimentó una tasa de crecimiento del 19.7%, alcanzando en 2006 un valor que ronda los US$ 25.800 millones. Con relación al resto del mundo, la balanza comercial del bloque continuó presentando un robusto superávit que alcanzó en el mismo período los US$ 54.000 millones. No obstante, surgió un importante desafío en el horizonte de la balanza comercial del bloque: China. Durante los primeros 6 meses de 2007, por ejemplo, las exportaciones del gigante asiático superaron a las del MERCOSUR en US$ 1.900 millones. Se estima que en el 2008 el déficit continuará creciendo debido a la desaceleración de la economía norteamericana. Por esta razón, las exportaciones chinas buscarán nuevos mercados, principalmente aquellos que tienen tamaño y poder de compra. Brasil, con una moneda valorizada con relación al Dólar, debería entonces experimentar una fuerte competencia de las manufacturas chinas.
En el área de las inversiones se registra una situación inédita: mientras que empresas extranjeras invirtieron cerca de US$ 25.000 millones en el MERCOSUR, las firmas brasileñas invirtieron en el exterior un monto cercano a los US$ 28.000 millones, detectándose una fuerte concentración a nivel regional en la Argentina. Aunque circunstancial, este resultado estaría señalizando una nueva etapa del bloque, caracterizada por la internacionalización de las empresas brasileñas.
Los buenos resultados en el área económico-comercial fueron acompañados por un progreso en el área social, particularmente en la generación de empleo. De esta forma, la tasa de desocupación del bloque bajó a un dígito por primera vez en las últimas dos décadas. Algo también muy importante desde el punto de vista político fue la substancial reducción de los niveles de pobreza extrema (personas viviendo con una renta diaria de US$ 1 o menos por día). Sin embargo, la desigualdad de ingresos continúa siendo alta con relación a la registrada en otras partes del mundo. A partir del conjunto de datos arriba mencionados, podría decirse que el MERCOSUR transitó por un período de sinergia positiva en el área económica-comercial y un sensible progreso en el área social, hechos que contribuye a consolidar al proceso democrático en los cuatro países miembros.
La inminente llegada de 2008 abre el siguiente interrogante: ¿Están dadas las condiciones internas y externas para que el MERCOSUR mantenga el mismo desempeño registrado hasta el presente? Con relación a la política macroeconómica, todo indica que serán mantenidos los sólidos fundamentos en el área fiscal, monetaria y cambiaria. La solidez de estas políticas está pasando exitosamente la prueba de la actual crisis financiera estadounidense que fue desencadenada por préstamos inmobiliarios con garantías insuficientes para su pago. En tal sentido, es destacable que por primera vez una crisis financiera externa no contagia las economías del bloque sudamericano.
En el escenario internacional existe incertidumbre relacionada con los posibles impactos de la crisis financiero-inmobiliaria estadounidense en la economía norteamericana y mundial. Esta crisis ya afectó las expectativas de crecimiento para el 2008 de la economía más grande del mundo. Según las últimas proyecciones de la Reserva Federal (Federal Reserve Board), la economía estadounidense crecería alrededor del 2,5% en el próximo año, lo que confirmaría una fuerte desaceleración luego de un crecimiento del PBI superior al 4% anual. Muchos analistas consideran que tal desaceleración será compensada por el crecimiento del resto del mundo y principalmente, por el desempeño de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Si esto ocurriera efectivamente, el contexto internacional debería continuar favoreciendo a las economías del MERCOSUR, aunque de manera no tan marcada como en los años anteriores (2006-2007).
En cuanto a la agenda interna, el Informe del INTAL aborda uno de los temas más espinosos: las asimetrías. Este tema está siendo debatido desde los orígenes mismos del bloque. En aquel momento, los negociadores argentinos, uruguayos y paraguayos argumentaban que una de las debilidades del proceso de integración estaba dada por la fuerte asimetría entre las cuatro economías, particularmente en lo referente a las más chicas. Por un lado, las economías brasileña y argentina eran -además de notoriamente más grandes- claramente más avanzadas y diversificadas en el área productiva, con una fuerte base exportadora. Por otro lado, las economías más pequeñas tenían una estructura productiva menos desarrollada y una base exportadora limitada a algunos productos agrícolas.
En los años subsiguientes a la firma del Tratado de Asunción, el persistente déficit comercial de los países pequeños con los países grandes reavivó el debate sobre la diferencia de tamaño y estructura productiva que se percibía en el bloque. Como resultado, se creó en 2006 una fuente de financiamiento comunitario conocida como el Fondo para la Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM), que cuenta con un capital inicial de US$ 100 millones que están destinados a financiar obras de infraestructura de los socios más pequeños. También forman parte de un conjunto de acciones que apuntan a disminuir las asimetrías el diseño de una serie de incentivos para las inversiones de empresas brasileñas y argentinas en esos países.
Dos ejemplos que involucran a Paraguay y Uruguay ilustran la condición de los socios menores del bloque. En el primer caso, el país fue incapaz de atraer inversiones directas en los sectores productivos (principalmente en el área de manufacturas industriales) a pesar del esfuerzo de varios gobiernos. En el caso de Uruguay, se estableció un programa de incentivos para reforestación y atracción de inversiones para la producción de papel y celulosa. El programa se consideró exitoso en la medida que una empresa finlandesa y otra española decidieron establecer fábricas para la producción de celulosa en el territorio uruguayo. No obstante, el conflicto que emergió a partir de esta inversión entre Uruguay y Argentina a partir de la instalación de la empresa finlandesa Botnia, pone en evidencia un importante desafío para los conductores del proceso de integración: La necesidad de establecer mecanismos comunitarios efectivos para la solución de conflictos no comerciales, algo que está íntimamente ligado al fortalecimiento institucional del Mercado Común del Sur.
Uziel Nogueira, BID/ Intal (uzieln@iadb.org)
El análisis sobre áreas críticas del proceso de integración (macroeconomía, comercio, inversiones, agenda interna y externa), evalúa como positivos los resultados alcanzados por el proceso de integración durante el período estudiado. Esta conclusión está fundamentada en el desempeño de las siguientes variables: (i) políticas macroeconómicas robustas, con generación de superávit fiscal primario, tipo de cambio competitivo, superávit en cuentas corrientes y substancial reducción de la duda pública con relación al producto interno bruto (PIB); Y (ii) contexto internacional benigno, con fuerte crecimiento de la economía global, tasas de interés más bajas en términos históricos, fuerte demanda y buenos precios para las principales exportaciones del bloque, tales como productos agrícolas, minerales y energéticos.
En este escenario descrito en detalle en el Informe MERCOSUR, los flujos comerciales y de inversiones mostraron un fuerte dinamismo, tanto en el ámbito interno como externo. El comercio intrarregional experimentó una tasa de crecimiento del 19.7%, alcanzando en 2006 un valor que ronda los US$ 25.800 millones. Con relación al resto del mundo, la balanza comercial del bloque continuó presentando un robusto superávit que alcanzó en el mismo período los US$ 54.000 millones. No obstante, surgió un importante desafío en el horizonte de la balanza comercial del bloque: China. Durante los primeros 6 meses de 2007, por ejemplo, las exportaciones del gigante asiático superaron a las del MERCOSUR en US$ 1.900 millones. Se estima que en el 2008 el déficit continuará creciendo debido a la desaceleración de la economía norteamericana. Por esta razón, las exportaciones chinas buscarán nuevos mercados, principalmente aquellos que tienen tamaño y poder de compra. Brasil, con una moneda valorizada con relación al Dólar, debería entonces experimentar una fuerte competencia de las manufacturas chinas.
En el área de las inversiones se registra una situación inédita: mientras que empresas extranjeras invirtieron cerca de US$ 25.000 millones en el MERCOSUR, las firmas brasileñas invirtieron en el exterior un monto cercano a los US$ 28.000 millones, detectándose una fuerte concentración a nivel regional en la Argentina. Aunque circunstancial, este resultado estaría señalizando una nueva etapa del bloque, caracterizada por la internacionalización de las empresas brasileñas.
Los buenos resultados en el área económico-comercial fueron acompañados por un progreso en el área social, particularmente en la generación de empleo. De esta forma, la tasa de desocupación del bloque bajó a un dígito por primera vez en las últimas dos décadas. Algo también muy importante desde el punto de vista político fue la substancial reducción de los niveles de pobreza extrema (personas viviendo con una renta diaria de US$ 1 o menos por día). Sin embargo, la desigualdad de ingresos continúa siendo alta con relación a la registrada en otras partes del mundo. A partir del conjunto de datos arriba mencionados, podría decirse que el MERCOSUR transitó por un período de sinergia positiva en el área económica-comercial y un sensible progreso en el área social, hechos que contribuye a consolidar al proceso democrático en los cuatro países miembros.
La inminente llegada de 2008 abre el siguiente interrogante: ¿Están dadas las condiciones internas y externas para que el MERCOSUR mantenga el mismo desempeño registrado hasta el presente? Con relación a la política macroeconómica, todo indica que serán mantenidos los sólidos fundamentos en el área fiscal, monetaria y cambiaria. La solidez de estas políticas está pasando exitosamente la prueba de la actual crisis financiera estadounidense que fue desencadenada por préstamos inmobiliarios con garantías insuficientes para su pago. En tal sentido, es destacable que por primera vez una crisis financiera externa no contagia las economías del bloque sudamericano.
En el escenario internacional existe incertidumbre relacionada con los posibles impactos de la crisis financiero-inmobiliaria estadounidense en la economía norteamericana y mundial. Esta crisis ya afectó las expectativas de crecimiento para el 2008 de la economía más grande del mundo. Según las últimas proyecciones de la Reserva Federal (Federal Reserve Board), la economía estadounidense crecería alrededor del 2,5% en el próximo año, lo que confirmaría una fuerte desaceleración luego de un crecimiento del PBI superior al 4% anual. Muchos analistas consideran que tal desaceleración será compensada por el crecimiento del resto del mundo y principalmente, por el desempeño de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Si esto ocurriera efectivamente, el contexto internacional debería continuar favoreciendo a las economías del MERCOSUR, aunque de manera no tan marcada como en los años anteriores (2006-2007).
En cuanto a la agenda interna, el Informe del INTAL aborda uno de los temas más espinosos: las asimetrías. Este tema está siendo debatido desde los orígenes mismos del bloque. En aquel momento, los negociadores argentinos, uruguayos y paraguayos argumentaban que una de las debilidades del proceso de integración estaba dada por la fuerte asimetría entre las cuatro economías, particularmente en lo referente a las más chicas. Por un lado, las economías brasileña y argentina eran -además de notoriamente más grandes- claramente más avanzadas y diversificadas en el área productiva, con una fuerte base exportadora. Por otro lado, las economías más pequeñas tenían una estructura productiva menos desarrollada y una base exportadora limitada a algunos productos agrícolas.
En los años subsiguientes a la firma del Tratado de Asunción, el persistente déficit comercial de los países pequeños con los países grandes reavivó el debate sobre la diferencia de tamaño y estructura productiva que se percibía en el bloque. Como resultado, se creó en 2006 una fuente de financiamiento comunitario conocida como el Fondo para la Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM), que cuenta con un capital inicial de US$ 100 millones que están destinados a financiar obras de infraestructura de los socios más pequeños. También forman parte de un conjunto de acciones que apuntan a disminuir las asimetrías el diseño de una serie de incentivos para las inversiones de empresas brasileñas y argentinas en esos países.
Dos ejemplos que involucran a Paraguay y Uruguay ilustran la condición de los socios menores del bloque. En el primer caso, el país fue incapaz de atraer inversiones directas en los sectores productivos (principalmente en el área de manufacturas industriales) a pesar del esfuerzo de varios gobiernos. En el caso de Uruguay, se estableció un programa de incentivos para reforestación y atracción de inversiones para la producción de papel y celulosa. El programa se consideró exitoso en la medida que una empresa finlandesa y otra española decidieron establecer fábricas para la producción de celulosa en el territorio uruguayo. No obstante, el conflicto que emergió a partir de esta inversión entre Uruguay y Argentina a partir de la instalación de la empresa finlandesa Botnia, pone en evidencia un importante desafío para los conductores del proceso de integración: La necesidad de establecer mecanismos comunitarios efectivos para la solución de conflictos no comerciales, algo que está íntimamente ligado al fortalecimiento institucional del Mercado Común del Sur.
Uziel Nogueira, BID/ Intal (uzieln@iadb.org)
Uziel Nogueira