La ciudadanización de los militares como política de defensa en democracia

A partir del año 2006, con la reglamentación –tras 18 años de retraso– de la ley de defensa nacional, tiene lugar un proceso de modernización de las Fuerzas Armadas argentinas constituido por el paradigma de la ciudadanización de los militares, señaló Khatchik Derghougassian.


El investigador de la Universidad de San Andrés y asesor del Ministerio de Defensa argentino, habló en el marco del “Seminario de Defensa Nacional: Desafíos y Perspectivas en el Siglo XXI”.

La década neoliberal significó para la política de defensa nacional el desmantelamiento de la industria militar, a través del extendido proceso de privatizaciones. En el año ´99 la Argentina entraba en recesión, y en el 2001 en una situación de colapso que afectó también, previsiblemente, al presupuesto de defensa. Pero a pesar de estos antecedentes, desde 2003 tiene lugar un proceso de transformación en el área de la defensa cuyo hito inaugural lo constituyó, según Derghougassian, la derogación de la ley de obediencia debida, que había impedido el juzgamiento de los militares implicados en delitos contra los derechos humanos. Esta decisión expresó un claro mensaje desde el cual comenzó a desarrollarse un proceso de modernización que, en su sentido más estricto, se sitúa a partir del año 2006 cuando, con 18 años de atraso, tuvo lugar la reglamentación de la ley de defensa nacional.

Con la reglamentación de dicha ley se despliega una gestión de la política de defensa destinada a profundizar el llamado proceso de reinstitucionalización de las Fuerzas Armadas, que entre 1988 y 2002 había permitido una serie de logros tales como la sanción de las leyes de defensa, de seguridad interior, la creación del servicio militar voluntario, y la ley de inteligencia nacional. Por su parte, entre los principales hitos de la etapa de modernización el investigador señala, a modo de ejemplo, la creación del Consejo de Defensa Nacional, de la Agencia de Logística, la reforma de la educación, la inclusión y tratamiento de la problemática del género al interior de las Fuerzas Armadas, y un marcado regreso a la producción tecnológica y la investigación científica en el área militar.

En relación con la caracterización de esta etapa de modernización, el asesor del Ministerio de Defensa argentino rescató tres puntos fundamentales. El primero de ellos tiene que ver con el hecho de que la ciudadanización de los militares constituye una política de defensa en democracia. En este sentido, resultan ejes determinantes el incremento de la eficacia de los diferentes componentes del sistema de defensa y las transformaciones en las áreas de educación y derechos humanos. Ambos aspectos representan y tienen como finalidad el afianzamiento del control civil de las fuerzas armadas. Esto es así a tal punto que ha sido muy notable la participación de los civiles en los emprendimientos referidos a estas cuestiones.

El creciente interés de los civiles por involucrarse en la cuestión de la defensa nacional queda de manifiesto por la incorporación y compromiso crecientes de gran cantidad de expertos universitarios, dedicados a temas de gestión, administración y planificación en el área de la defensa. En este aspecto resulta evidente el contraste con lo que ocurría en las décadas anteriores, cuando estas áreas eran de competencia exclusiva de los militares. Esta incorporación de los civiles implica también el agregado de un pensamiento estratégico, que toma en cuenta la dimensión institucional y de planificación en relación con la defensa nacional, lo que significa también una novedad al interior del campo académico. Como ejemplo indicativo de este proceso Derghougassian señala la creación del Centro de Estudios Estratégicos Manuel Belgrano y la intención de proyectar y extender los estudios estratégicos al nivel del Consejo Sudamericano de Defensa.

Un segundo punto que caracteriza al proceso de modernización de las Fuerzas Armadas bajo el paradigma de la ciudadanización, tiene que ver con la nacionalización de una política de defensa en su dimensión estratégica. En este sentido, el sistema de defensa toma la orientación principal que la política exterior argentina ha seguido desde la recuperación de la democracia, constituida por la integración en el contexto regional y la cooperación en el plano internacional. Con respecto al componente regional, se pone de resalto el gran interés que han despertado, tanto en el ámbito del Ministerio de Defensa argentino como en la comunidad epistémica local, los avances del proceso de la Unasur y de la creación del Consejo de Defensa Sudamericano. Este interés queda de manifiesto en la iniciativa desplegada por Argentina en emprendimientos de cooperación con otros países, como es el caso de la fuerza de paz argentino-chilena Cruz del Sur, proyectando una nueva calidad de la integración en materia de seguridad y de defensa.

El tercer elemento destacado del referido proceso de modernización tiene que ver específicamente con el rol de la comunidad epistémica. La mayor participación de cuadros civiles, profesionales que se han especializado en temas vinculados con la defensa, está llamada a hacer de la defensa nacional un tema de debate público. Este objetivo que tiene que ver con despertar el interés de la población por los temas de la defensa nacional todavía lejos de hacerse realidad y su consecución constituiría la principal misión de la comunidad epistémica. La presentación del Libro Blanco de la Defensa, con la participación de expertos nacionales e internacionales, constituye una iniciativa que se mueve en esa dirección, señaló por último el asesor del Ministerio de Defensa argentino.
Gustavo Sánchez