La identidad sudamericana de cara al mundo

La Cumbre Sudamericana de Presidentes, reunida entre el 8 y 9 de diciembre en la ciudad peruana de Cuzco, dejó conformada la Comunidad Sudamericana de Naciones. Surgida con la idea de fusinar los bloques de la Comunidad Andina de Naciones y el MERCOSUR, y con la participación de Chile, Guyana y Surinam, la comunidad sudamericana se vertebrará alrededor de los ejes del diálogo político, la integración de infraestructura física y la integración energética. Es el bloque regional más importante de América Latina, con un potencial que lo ubica como el principal proveedor de alimentos a nivel mundial y como detentor del 30% del agua potable del planeta. Sin embargo, la mitad de la población de este espacio vive en condiciones de pobreza. El desafío es lograr un mecanismo de coordinación y cooperación política que tienda a la integración social y física de la región. A pesar de las situaciones de crisis de los países integrantes del nuevo bloque tomados en forma individual, la voluntad expresa de generar una comunidad a través de estos pilares básicos, pone de relieve frente al mundo una idea de identidad que con el tiempo jugará un rol histórico, sostuvo el embajador Agustín Espinosa, representante de Uruguay ante la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y Mercosur.


Los mecanismos económicos de la futura fusión entre el Mercado Común del Sur y la Comunidad Andina de Naciones, así como la base de la estructura institucional de la nueva agrupación serán discutidos en una reunión de Cancilleres en Montevideo el próximo 1 de marzo, en coincidencia con la toma de posesión del nuevo presidente uruguayo, Tabaré Vázquez.

El nuevo mecanismo sería más abarcativo que los 100 acuerdos de alcance parcial protocolizados ante Aladi, que regla el 90% de las transacciones económicas entre las naciones de ambos bloques, explicó Agustín Espinosa en un seminario organizado por FEDEFA.

Según la Declaración de Cuzco, que selló la creación de la Comunidad Sudamericana, el nacimiento de esta unión de países se hará sobre las instituciones ya existentes, por lo que no generará "duplicación, superposición de esfuerzos ni nuevos gastos financieros".

Las reuniones de jefes de Estado serán la instancia máxima de conducción política de la Comunidad Sudamericana y los Cancilleres el ámbito de decisión ejecutiva del proceso.

Además cooperarán con los cancilleres el presidente del Comité de Representantes Permanentes del Mercosur, el director de la secretaría de ese organismo, el secretario general de la CAN, el secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y la Secretaría Permanente de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica.

El nuevo bloque regional tiene casi 400 millones de habitantes, más de 17 millones de kilómetros cuadrados de extensión y un Producto Interno Bruto de 973 mil millones de dólares, aunque más de la mitad de la población se encuentra en situación de pobreza. Según las cifras de la Cancillería peruana, las exportaciones de la comunidad sudamericana suman 188.000 millones de dólares.

Perú desempeñará la secretaría Pro Témpore de la Comunidad Sudamericana hasta la próxima reunión de la Comunidad, que tendrá lugar en Brasil el primer semestre del próximo año, mientras que la segunda cita se celebrará en Bolivia en 2006.

Si bien desde el punto de vista político, el acuerdo tiene una trascendencia histórica, como lo señala el embajador Espinosa, desde lo económico despierta algunas reticencias. Las principales fueron exteriorizadas por la poderosa Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil , que percibe el acuerdo entre los dos grandes bloques sudamericanos como imbuido de grandes asimetrías.

La visión negativa en cuanto a las bondades económicas del acuerdo están sustentados, de acuerdo con el punto de vista de esta central fabril, en que en cinco años, Brasil desgravará más de 90 por ciento de los rubros importados desde los países andinos, cuyos mercados sólo se abrirán a la mayoría de los productos brasileños a partir del sexto año. La mayor parte de los bienes industriales que a Brasil interesa colocar en los mercados andinos solo será desgravada al final del período de reducción arancelaria, de 15 años.

Sin embargo, no pueden negarse los aspectos estratégicos de este puntapie inicial a la Comunidad Sudamericana de Naciones, destacados por especialistas como el profesor de relaciones latinoamericanas de la Universidad Estatal de Sao Paulo, Enrique Amayo Cevallos.

La comunidad sudamericana une la fuerza económica del Mercosur, con los países atlánticos, a la ubicación estratégica de los andinos, sobre el océano Pacífico, destacó a IPS. Esta unión subcontinental abre perspectivas ”interesantes” a mediano plazo, como la cooperación necesaria entre países andinos y amazónicos para que puedan beneficiarse de riquezas que comparten, como la biodiversidad y el agua, una de las preocupaciones brasileñas en su política de protección de recursos en la Amazonia.

Graciela Baquero