La perspectiva desde Brasil en 2012

En Brasil, dos escuelas de pensamiento debaten la situación actual y futura del Mercosur. La primera argumenta que el bloque representa un serio obstáculo para la inserción de la economía brasileña en la economía global. De acuerdo con esta visión, es imposible negociar acuerdos comerciales en conjunto con Argentina, Uruguay y Paraguay. El ingreso de la Venezuela de Hugo Chávez aumentaría aun más la dificultad de obtener consenso entre los cinco países. La segunda escuela acepta el hecho de que el bloque representa un obstáculo para firmar acuerdos comerciales extra regionales, pero demuestran que el Mercosur no ha sido un impedimento para el crecimiento y modernización de la economía brasileña, sino todo lo contrario, explica Uziel Nogueira* en su trabajo.


Florianópolis, 14/07/2012.- En Brasil, dos escuelas de pensamiento debaten la situación actual y futura del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). La primera argumenta que el bloque representa un serio obstáculo para la inserción de la economía brasileña en la economía global. De acuerdo con sus partidarios, es imposible negociar acuerdos comerciales en conjunto con Argentina, Uruguay y Paraguay. El ingreso de la Venezuela de Hugo Chávez aumentaría aun más la dificultad de obtener consenso entre los cinco países.

Además, argumentan que la presencia de Venezuela podría ser temporaria. En el caso de que Hugo Chávez perdiera el poder, la primera acción del nuevo presidente sería abandonar el MERCOSUR y tornarse miembro del ALCA, junto con Colombia, Perú y Chile.

La segunda escuela acepta el hecho de que el bloque representa un obstáculo para firmar acuerdos comerciales extra regionales. Sin embargo, demuestran que el MERCOSUR no ha sido un impedimento para el crecimiento y modernización de la economía brasileña. Todo lo contrario. La economía brasileña ha crecido y se ha modernizado de manera constante desde la creación del bloque en los años 90. O sea, MERCOSUR es un jugador mediano pero no compromete el resultado del partido económico global jugado por Brasil.

Ahora bien, existe un firme consenso entre las dos escuelas en relación al futuro del bloque. El sueno de los creadores del MERCOSUR de transformar la actual unión aduanera imperfecta en un mercado común ha muerto. Propuestas de profundizar el bloque no tienen ninguna chance de prosperar en el futuro inmediato. Las razones son pragmáticas y no de fondo político-ideológico. La profunda crisis del experimento europeo de integración avanzada monetaria ha sido un llamado de atención para las autoridades brasileñas. La principal lección de la crisis del euro es simple y directa. Brasil no tiene los recursos ni la vocación política de tornarse en la Alemania Sudamericana. Argentina tampoco es la Francia Sudamericana. Si Brasil piensa tornarse una potencia regional creíble en este siglo 21, antes de integrarse con Sudamérica, el país necesita integrar su propio territorio, eliminando la fuerte asimetría entre las regiones ricas y las pobres.

Hace algún tiempo que Brasil re direcciona su estrategia de integración regional, mientras mantiene el MERCOSUR “en el freezer”. O sea, establecer y consolidar un área de libre comercio sudamericano con la economía brasileña como eje central de la misma, hub por su sigla en inglés. La integración física de aeropuertos, ferrocarriles y carreteras es vital para concretar esta visión geopolítica estratégica, principalmente la conexión del mercado brasileño con la próspera y vital Cuenca del Pacifico.

La estrategia brasileña para su inserción internacional competitiva, requiere de una mayor presencia de sus empresas de manufacturas, constructoras y bancos en los países vecinos. Economía de escala y especialización exige la expansión regional de los bancos y empresas brasileñas para competir en los mercados globales. El mercado argentino es un excelente campo de entrenamiento para las empresas brasileñas. Según un alto dirigente de la FIESP, si una empresa brasileña consigue sobrevivir y prosperar en Argentina, la misma está preparada para enfrentar la competencia global, incluyendo los chinos.

Sin duda, los bloques de integración regional de los 90 han perdido ímpetu y fuerza en este inicio de siglo, incluyendo por supuesto el MERCOSUR. La profunda crisis económica y financiera norteamericana y europea --cuna del sistema capitalista mundial -- ha sido el principal factor de la declinación del regionalismo de los 90. Estados Unidos y la Unión Europea estarán concentrados en la reconstrucción de sus lastimadas economías durante los próximos años. En el caso europeo, la situación es aún más complicada. La Unión Europea y principalmente la zona euro, se encuentran peligrosamente próximas a una desintegración.

China emerge como la única potencia económica-comercial con fuerza suficiente para diseñar su propia estrategia de inserción/integración global. En mi visión, la economía brasileña será parte integrante del bloque chino a través de acciones de coordinación del BRICS. En conclusión, el sueño de un MERCOSUR profundo, estilo europeo de los años 90 ha muerto. Como dice el dicho porteño: “billetera mata galán”.



(*) Prof. Uziel Nogueira
Consultor Internacional brasileño
Ex economista senior del BID-INTAL
nogueirauzi@hotmail.com

La línea editorial de esta publicación no coincide necesariamente con la opinión de los autores (N de Ed).
Uziel Nogueira