La seguridad alimentaria, el agua dulce y la biodiversidad: crisis entrelazadas

“Estamos ante un mundo de recursos naturales estratégicos, lo nuevo es que son escasos” afirmó el profesor Roberto Bloch en su intervención en la jornada de política internacional organizada por ANUAR. El director de la Maestría Internacional en Derecho de la Integración Económica de la USAL, definió al recurso natural estratégico como “un elemento útil dado por la naturaleza que por motivos de seguridad es valioso”. “Cuando un recurso natural se convierte en estratégico puede vincularse con otras áreas como por ejemplo la seguridad”.


Las oportunidades que tiene Argentina respecto a los demás países está vinculada con los alimentos en un mundo encaminado hacia los commodities caros; por eso mientras en materia de seguridad alimentaria hay que mejorar los sistemas de distribución, en materia de soberanía alimentaria es preciso alcanzar “una buena alimentación que responda a las culturas propias y que tenga que ver también con una dieta cultural”, puntualizó Bloch.

Al afirmar que “estamos ante un mundo de recursos naturales estratégicos”, con la novedad de que son escasos, Bloch agregó que, si bien Argentina tiene una buena relación con la naturaleza debe mejorar su vínculo con el prójimo, porque las relaciones internacionales son una prolongación de la política interna de los países y nuestro esquema cercano para hacerlo es el MERCOSUR.

A la vez que será necesario que Argentina estudie sus recursos naturales en vez de delegar las investigaciones a los organismos internacionales por falta de financiamiento, como ocurre actualmente, según Bloch, con el agua dulce. Ante la presión internacional que existe sobre los acuíferos debido a su escasez, el Guaraní (compartido por Argentina, Brasil y Paraguay, por ello patrimonio del MERCOSUR) es monitoreado por el Banco Mundial.

El estudio puede derivar en dos posturas, según Bloch: o se considera a este recurso un “bien público”, por tanto, queda sujeto a la cooperación internacional, o se lo transforma en “mercancía” y se privatiza el agua dulce.

Por ello, aunque para Bloch “los argentinos nos olvidamos de lo público” instó a la defensa y a la valorización de los recursos naturales para que una vez modificado el modo de percibirlos podamos primero inventariarlos, segundo regularlos y por último controlarlos.

Reflexiones en torno a la reconfiguración del mapa internacional a partir de la crisis financiera
La Asociación para las Naciones Unidas de la República Argentina (ANU-AR) organizó la jornada conocida como ANUARio de Política Internacional, que se realiza en forma anual. Del encuentro partició además de Roberto Bloch (Director de la Maestría Internacional en Derecho de la Integración Económica de la USAL), Anabella Busso (Master en Relaciones Internacionales- investigadora del CONICET), Khatchik DerGhougassian (Dr. en relaciones internacionales) y Fabián Calle (investigador Senior del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales) quien estimó que la crisis financiera internacional se enmarca en el fin de la transición pos hegemónica que indica que actualmente es necesaria la coordinación de los países, ya que atrás quedaron los tiempos signados por la imposición derivada del poderío político-económico.

“Cuando hay hegemonía no hay que coordinar porque hay imposición” recordó Fabián Calle en el contexto de su ponencia referida a La crisis financiera en la política internacional; para luego asegurar que ante el debilitamiento del poder de Estados Unidos emergen otros países -como China, India o Argentina- por lo que se requiere una mayor coordinación.

“Estamos frente al fin de una época, va a haber que coordinar y cooperar en temas de recursos naturales, en temas antidrogas (debido a que el Plan Colombia fracasó), contra el terrorismo y contra la proliferación de armas” afirmó Calle, al tiempo que subrayó la incidencia de los organismos internacionales en la articulación de políticas conjuntas.

En este nuevo escenario mundial dado por la crisis financiera, Calle subrayó la presencia de Argentina en el G 20 debido a que “el sistema internacional no puede ser coordinado por el G7 ó el G8 y Argentina merece estar ahí porque estalló en el 2001, repuntó por sus propios medios y demostró que se puede salir de la crisis y prosperar”.

“Merecemos estar ahí, entre otras cosas, porque no hay muchos países que exporten tecnología nuclear, no hay muchos países que estén en condiciones como la Argentina hoy de recuperar la capacidad de tronadores satelitales…tecnología nuclear, tecnología de vectores, nuestra experiencia cuando colapsó el modelo neoliberal, nuestra experiencia cultural en la región…la calidad de nuestros profesionales” son motivos, según Calle, por los que Argentina se merece estar en ámbitos que le den gobernabilidad a la globalización.

En la misma línea, Anabella Busso se refirió al Futuro de la política exterior de Estados Unidos para esgrimir posibles líneas de acción de la política estadounidense a partir del arribo a la presidencia de Obama y afirmó que su triunfo “se produce a partir del desgaste de la corriente neoconservadora pero no implica su eliminación” ya que hay que ver cómo se recomponen los republicanos.

Ante los análisis que sostienen que Obama es el presidente de la crisis de hegemonía de Estados Unidos, Busso destacó que “en ningún momento Obama renunció al liderazgo que se atribuye la política exterior estadounidense; planteó la necesidad de realizar un diagnóstico adecuado, privilegiar otros aspectos de la política exterior, recuperar las alianzas tradicionales y repensar el liderazgo norteamericano, no renunciar a él”.

“La política exterior en Estados Unidos es la política pública más alejada de la sociedad….Obama planteó como centro de campaña que va a gobernar para disminuir la crisis de representación y va a tratar de disminuir el mecanismo de los lobbies en la política exterior”, aseguró Busso.

Para Busso a Obama le toca enfrentar la crisis de un modelo basado en el conservadurismo y desarrollado vía endeudamiento; por ello Estados Unidos se valdrá de una mayor presencia del Estado para regular la situación financiera internacional y tendrá que debatir sobre el rol de dicho Estado en relación al sector financiero por lo que se establecerá una disputa al interior del propio sistema capitalista en función de cómo se reconfigure el sistema financiero trasnacional.

Hacia el final Khatchik DerGhougassian, en función de La seguridad internacional en tiempos de crisis, aseguró que existen tres eventos que desde el 2006 en adelante marcan la declinación de la unipolaridad: la guerra entre Israel y Hezbolá; la guerra de Irak; la guerra de cinco días en el Cáucaso entre Rusia y Georgia.

Sin embargo, en este contexto de pérdida de liderazgo de Estados Unidos, su presupuesto de defensa alcanza los 612 Mil Millones de dólares, hecho que indica una predisposición por mantener la supremacía mundial, según DerGhougassian.

Pero realizando una proyección del impacto que podría tener la crisis financiera sobre la seguridad internacional, DerGhougassian manifestó que habrá “una mayor regionalización del balance de poder y probablemente un reconocimiento en silencio del rol de algunos actores estatales.”

Este panorama de mayor regionalización del balance de poder va a generar algunas turbulencias vinculadas a guerras cortas de ajuste de dominio y las asimetrías van a estar en la agenda de todos los países, según DerGhougassian.
Alelí Jait