La transición en China y sus efectos en América Latina

La transición anunciada por el gobierno chino al interior de su economía, tendrá un impacto en América Latina y el mundo, pero los expertos creen que dado el gradualismo de las reformas, no se producirá un inmediato “choque externo” en la región. Foto: Dr Cai Fang


Esa fue una de las hipótesis barajadas en la conferencia El nuevo modelo de desarrollo chino: impacto en África y América Latina, organizada por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, la Red Mercosur y el Banco Interamericano de Desarrollo y donde hablaron entre otros académicos Xiaobo Zhang (Universidad de Beijing e International Food Policy Research Institute) y Cai Fang (Academia de Ciencias Sociales de China), junto con expertos latinoamericanos y africanos.

El economista de la Asamblea Popular Nacional de China, explicó que su país desarrollará un crecimiento balanceado y de productividad asistida, abandonando las tasas de crecimiento de dos dígitos, con una expansión para los próximos años de un máximo de 6%. Cai Fang, especialista en población, dijo  que Pekin tiene claro que no recurrirá a políticas de expansión de la demanda para dinamizar la economía como hizo Japón en los 90 y “perdió dos décadas. Nuestro problema es de oferta”.

La tasa de ahorro en China es una de las más altas del mundo, a consecuencia del aumento del ciclo de vida, de la creación de la red de seguridad social, y el aumento en la construcción, lo que redundará en la importación de insumos para este fin, según el académico Xiaobo Zhang. El menor crecimiento demográfico de China, reducirá en algo los beneficios para América latina, reconoció el profesor de la Universidad de Beijing.

Sin embargo, se espera un aumento en las inversiones del gigante asiático en la región, en donde en algunos países, como el caso de Brasil, pasó a ser el segundo socio comercial y el primer destino de las inversiones en el Cono Sur. Las inversiones se producirán en el área de materias primas, relacionadas con petróleo, alimentos y minería.

Economistas de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay integraron los paneles, e interactuaron con los ponenentes, entre los que a los brasileños Renato Baumann (IPEA) y Pedro Da Motta Veiga (CINDES), además del argentino Daniel Heymann (UBA), y el uruguayo Ramiro Albrieu (UR), entre otros.

Renato Baumann, del IPEA, dejó abierto el debate acerca de las inversiones chinas en Brasil, las mayores en AL, y su –desde su punto de vista- necesario debate parlamentario. Se refirió también al protagonismo de la moneda “Bric´s”, que ya se usa en el intercambio de Asia Oriental con Rusia, y que quita paulatino protagonismo al dólar y al Euro. Informó que Brasil dispone de un acuerdo con China para el uso de reales en el intercambio comercial, que no se ha materializado. Asimismo, se refirió con preocupación a las preferencias comerciales de China con sus aliados, que afectan las ventas externas de Brasil.

Por au parte, Daniel Heymann, de la UBA, se refirió a la redirección de la demanda que se espera, así como el control de la productividad en China, mencionando que si un 3% de productividad para un país es bajo, para China es mayor que para cualquier país. Se preguntó por el futuro escenario en la inversión productiva y reproductiva en ese país asiático, y anunció que en un cuadro de una economía desacelerada, se espera una estructura más sofisticada de la demanda, con cambios tecnológicos de alcance mundial.
 

Cambio de modelo no se traduce en choque externo para la región

Pedro da Motta Veiga, del CINDES, se explayó en una presentación en la que explicó la historia de la relación de China con AL.

En diez años, China se convirtió en socio comercial nº 1 o 2 de los países de la región: Brasil, Perú y Chile. El patrón de intercambio bilateral: exportaciones de commodities e importaciones de manufacturas. El boom de precios de commodities agrícolas y minerales, produjeron términos de intercambio favorables, reducción de costos de insumos, partes, etc. Las importaciones desde China se basaron en bienes intermedios y de capital.

Más tarde, además del debate que se da sobre el efecto de China ocupando el espacio competitivo de la producción de bienes intensivos en trabajo, surgen distintos mecanismos de política regional, como

      ● Proteccionismo: antidumping => Brasil

-Firma de acuerdos bilaterales => Chile y Perú.

-en otras regiones: anti-subsidios unilaterales, paneles en la OMC, proteccionismo en relación a inversiones chinas.

-Respuestas de segunda generación: los mega-regionales (TTIP y TPP).
 

Para Pedro da Motta Veiga, en relación con los cambios internos de China, maneja una hipótesis de transición gradual y exitosa. Prudente por razones políticas internas, Con esta hipótesis, el cambio de modelo no constituye un “choque externo” para países da le región, ya que las implicaciones e impactos se manifiestan a lo largo de un período de algunos años.

En principio, habría algún impacto del cambio de modelo, con efectos sobre comercio (agro x minerales), exportaciones chinas, etc.

-impactos directos más importantes sobre países exportadores de minerales (Alianza del Pacífico): los más abiertos al mundo y con acuerdos con China (Perú y Chile).

-impactos macro (precios de commodities, términos de intercambio y apreciación cambiaria) y estructurales (“primarización” de exportaciones, impactos sobre costos industriales y competencia a la industria) menos intensos que en la primera década del siglo.

Los impactos se diluirán en algunos años, con la transición gradual y cautelosa en China.

Graciela Baquero