Las empresas deben participar en el “control inteligente” del comercio desleal
En Argentina el sector de los juguetes ha sido uno de los más afectados por el avance de los productos importados, principalmente del sudeste asiático, y por prácticas de subfacturación y de fraude marcario en el ingreso de esa mercadería. Desde la Aduana el mensaje central que se está enviando a los empresarios nacionales es ya sea a través de las herramientas que proporciona esa dependencia pública, o bien participando de los foros de Pymes que se realizan periódicamente, se intercambie información que permita mejorar los perfiles de riesgo de los importadores y contar con un control “inteligente” más allá de las inspecciones tradicionales. Esta nueva visión posibilitó que en 2008 se secuestraran más de un millón de juguetes falsificados o que no cumplían con las normas exigidas por ley, por un valor cercano a los once millones de dólares. Las denuncias penales iniciadas por la Aduana por irregularidades detectadas ascienden a u$s 15 millones en valores criterio.
Durante el encuentro de la Asociación Argentina de Empresas del Juguete y Afines (AADEJA), organizada en la sede de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la directora general de la Aduana, María Silvina Tirabassi, afirmó que en el rubro del juguete en particular se está desarrollando una tarea articulada que va desde la aplicación de unos 200 valores criterio hasta la implementación de normas que han probado ser muy efectivas al momento de combatir prácticas comerciales desleales. En el encuentro presentado por el titular de la Asociación, Ricardo Mermelstein, la directora señaló que “esta estrategia ha permitido incautar gran cantidad de juguetes en lo que va de 2008 y avanzar en un área que quizás es menos conocida, que se refiere al trabajo para combatir la falsificación marcaria y evitar que ingresen al país juguetes tóxicos, que representa un riesgo para la salud de los niños”.
A criterio de la funcionaria, la mejor manera de proteger la fabricación nacional de juguetes “es seguir trabajando en la implementación de nuevas normas de terceros organismos de control, para establecer así medidas de seguridad para los productos, que son muy efectivas”. En 2007, recordó, estas exigencias permitieron sacar de circulación gran cantidad de juguetes que ya estaban en plaza a raíz de un problema muy resonante que tuvo una empresa fabricante en China. “Este año hubo un encuentro importante en EE.UU. donde se reunieron representantes de todas las aduanas y dos de los temas fundamentales fueron la falsificación marcaria y la seguridad en materia de juguetes”, agregó. De hecho, sostuvo que el mayor problema que enfrentan hoy los industriales del sector en Argentina tiene que ver con el menor costo con el que ingresan muchos artículos gracias a que el 80% de esa mercadería proviene de países que no cumplen con las normas de seguridad que fija la legislación argentina.
Trabajo conjunto
Los precios irrisorios a los que muchas veces ingresan los juguetes a la Argentina, motivo de preocupación y fuente de quejas entre los empresarios, constituyen uno de los ejes de los controles diarios que hace la Aduana para diferenciar los casos justificados de aquellos donde hay desvíos. Tirabassi explicó que un precio de importación extremadamente bajo puede responder sencillamente a un caso de subfacturación -con lo cual la Aduana hará la denuncia correspondiente-, pero también puede estar amparado por un acuerdo comercial rubricado a nivel nacional. “Una alternativa que estamos manejando desde este año es aplicar un rango de 5% del valor criterio del producto para que, si esa mercadería se ubica por debajo, pague el doble de IVA y de Ganancias, además de una garantía en efectivo”. Este mecanismo ha dado muy buenos resultados, indicó, y había arrancado con una banda de 20%. “Preferimos ir trabajando con normas que no impliquen un gran anuncio y después se caigan por estar violando alguno de los convenios internacionales”, aclaró la funcionaria.
Por su parte, el contador Miguel Angel Galeano, de la Dirección General de Aduanas, señaló que se está observando la tendencia a que las facturas de importación se documenten al 95% del valor criterio, “y en muchos casos las áreas de valoración realizan ajustes con lo cual el valor de factura no constituye una base alta –dijo- Por eso es importante que se identifique que en el despacho de importación hay un precio mínimo, para realizar un seguimiento”.
Uno de los nuevos mecanismos que está implementando la Aduana para mejorar los controles en todos los sectores sensibles como la juguetería es la convocatoria a un Foro Pyme, que aporta datos valiosos para elaborar un padrón de importadores de alto riesgo, es decir, aquellos en los que se detectan incumplimientos de la documentación exigida por la Aduana así como otras irregularidades que arrojan un alerta. Tirabassi señaló que este canal ha resultado más efectivo que la aplicación de multas, porque hace a una tarea de prevención. A su turno, Galeano especificó que en ese padrón se incluye información sobre importadores que permite conocer cuáles son los que trabajan sin contar con depósitos propios, sin cuentas bancarias, ni inmuebles a su nombre. “En general alquilan todo y tampoco tienen vehículos sino que se desplazan en remises y, casualmente, muchos de los que están identificados como de alto riesgo trabajan con un mismo despachante de aduana”, añadió.
Otro instrumento que se está desarrollando es el mecanismo de Observadores, cuya utilización se incrementó en los últimos tiempos. Esta modalidad permite que una cámara empresaria de cualquier rubro se inscriba ante la Aduana para ser convocada a participar de los procedimientos de inspección de las mercaderías de su incumbencia. “Dos horas antes de que la Aduana realice un operativo de verificación, la Cámara empresaria que haya adherido al sistema recibirá el alerta de ese procedimiento en forma on line, y tendrá la oportunidad de coordinar con los inspectores la presencia de sus representantes en el lugar de los hechos para colaborar –resumió la directora de Aduana- Esta operatoria está dando muchísimos resultados”.
Al respecto, Galeano recalcó la importancia de la presencia de los empresarios del rubro en las inspecciones de aquellas mercaderías que se identifican como dudosas. “Son los empresarios los que manejan información valiosa y son quienes pueden proporcionarla a la Aduana –enfatizó- Si desde las compañías nos avisan, por ejemplo, que un importador va a traer un juguete a un precio muy bajo, a nosotros nos permite generar un alerta desde el área central hacia el área de verificaciones y se puede bloquear el permiso de embarque, sacar muestras, pedir fotografías, y completar el procedimiento que corresponda”. Este mecanismo de alerta ha permitido capturar despachos de importación que venían mal declarados para eludir el valor criterio con el fin de evitar el pago de la garantía en efectivo exigida para los productos que se ubiquen por debajo de la banda del valor criterio. “No hay que olvidar que esa garantía puede quedar en la Aduana hasta 130 días, o sea que el costo financiero es muy alto y el importador puede verse tentado a buscar eludir ese requisito”, sintetizó Galeano. Con el uso del conjunto de estas nuevas herramientas se han identificado hasta ahora 150 importadores de alto riesgo.
A criterio de la funcionaria, la mejor manera de proteger la fabricación nacional de juguetes “es seguir trabajando en la implementación de nuevas normas de terceros organismos de control, para establecer así medidas de seguridad para los productos, que son muy efectivas”. En 2007, recordó, estas exigencias permitieron sacar de circulación gran cantidad de juguetes que ya estaban en plaza a raíz de un problema muy resonante que tuvo una empresa fabricante en China. “Este año hubo un encuentro importante en EE.UU. donde se reunieron representantes de todas las aduanas y dos de los temas fundamentales fueron la falsificación marcaria y la seguridad en materia de juguetes”, agregó. De hecho, sostuvo que el mayor problema que enfrentan hoy los industriales del sector en Argentina tiene que ver con el menor costo con el que ingresan muchos artículos gracias a que el 80% de esa mercadería proviene de países que no cumplen con las normas de seguridad que fija la legislación argentina.
Trabajo conjunto
Los precios irrisorios a los que muchas veces ingresan los juguetes a la Argentina, motivo de preocupación y fuente de quejas entre los empresarios, constituyen uno de los ejes de los controles diarios que hace la Aduana para diferenciar los casos justificados de aquellos donde hay desvíos. Tirabassi explicó que un precio de importación extremadamente bajo puede responder sencillamente a un caso de subfacturación -con lo cual la Aduana hará la denuncia correspondiente-, pero también puede estar amparado por un acuerdo comercial rubricado a nivel nacional. “Una alternativa que estamos manejando desde este año es aplicar un rango de 5% del valor criterio del producto para que, si esa mercadería se ubica por debajo, pague el doble de IVA y de Ganancias, además de una garantía en efectivo”. Este mecanismo ha dado muy buenos resultados, indicó, y había arrancado con una banda de 20%. “Preferimos ir trabajando con normas que no impliquen un gran anuncio y después se caigan por estar violando alguno de los convenios internacionales”, aclaró la funcionaria.
Por su parte, el contador Miguel Angel Galeano, de la Dirección General de Aduanas, señaló que se está observando la tendencia a que las facturas de importación se documenten al 95% del valor criterio, “y en muchos casos las áreas de valoración realizan ajustes con lo cual el valor de factura no constituye una base alta –dijo- Por eso es importante que se identifique que en el despacho de importación hay un precio mínimo, para realizar un seguimiento”.
Uno de los nuevos mecanismos que está implementando la Aduana para mejorar los controles en todos los sectores sensibles como la juguetería es la convocatoria a un Foro Pyme, que aporta datos valiosos para elaborar un padrón de importadores de alto riesgo, es decir, aquellos en los que se detectan incumplimientos de la documentación exigida por la Aduana así como otras irregularidades que arrojan un alerta. Tirabassi señaló que este canal ha resultado más efectivo que la aplicación de multas, porque hace a una tarea de prevención. A su turno, Galeano especificó que en ese padrón se incluye información sobre importadores que permite conocer cuáles son los que trabajan sin contar con depósitos propios, sin cuentas bancarias, ni inmuebles a su nombre. “En general alquilan todo y tampoco tienen vehículos sino que se desplazan en remises y, casualmente, muchos de los que están identificados como de alto riesgo trabajan con un mismo despachante de aduana”, añadió.
Otro instrumento que se está desarrollando es el mecanismo de Observadores, cuya utilización se incrementó en los últimos tiempos. Esta modalidad permite que una cámara empresaria de cualquier rubro se inscriba ante la Aduana para ser convocada a participar de los procedimientos de inspección de las mercaderías de su incumbencia. “Dos horas antes de que la Aduana realice un operativo de verificación, la Cámara empresaria que haya adherido al sistema recibirá el alerta de ese procedimiento en forma on line, y tendrá la oportunidad de coordinar con los inspectores la presencia de sus representantes en el lugar de los hechos para colaborar –resumió la directora de Aduana- Esta operatoria está dando muchísimos resultados”.
Al respecto, Galeano recalcó la importancia de la presencia de los empresarios del rubro en las inspecciones de aquellas mercaderías que se identifican como dudosas. “Son los empresarios los que manejan información valiosa y son quienes pueden proporcionarla a la Aduana –enfatizó- Si desde las compañías nos avisan, por ejemplo, que un importador va a traer un juguete a un precio muy bajo, a nosotros nos permite generar un alerta desde el área central hacia el área de verificaciones y se puede bloquear el permiso de embarque, sacar muestras, pedir fotografías, y completar el procedimiento que corresponda”. Este mecanismo de alerta ha permitido capturar despachos de importación que venían mal declarados para eludir el valor criterio con el fin de evitar el pago de la garantía en efectivo exigida para los productos que se ubiquen por debajo de la banda del valor criterio. “No hay que olvidar que esa garantía puede quedar en la Aduana hasta 130 días, o sea que el costo financiero es muy alto y el importador puede verse tentado a buscar eludir ese requisito”, sintetizó Galeano. Con el uso del conjunto de estas nuevas herramientas se han identificado hasta ahora 150 importadores de alto riesgo.
Silvia Martínez