Mercosur / CAN. El nuevo concepto de origen regional

Un tejido de acuerdos en la región está indicando que en el año 2004, el 65% del comercio interregional estuvo constituido en base a los acuerdos de libre comercio; para el año 2007 se prevé que el 85% de este comercio estará regido bajo la forma de acuerdos de libre comercio o acuerdos preferenciales, señaló el Secretario General de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), en el marco del Seminario de Integración por los 40 Años del Instituto de Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) del 24 de agosto. Urge el trabajo sobre los temas centrales para la generación del espacio de libre comercio regional. Máxime cuando el Acuerdo de Convergencia CAN – MERCOSUR crea un concepto superador del antiguo certificado de origen para dar nacimiento al nuevo concepto de origen regional, explicó Opertti. El ex canciller de Uruguay también intervendrá en el II Congreso de Comercio Exterior (CAMBRAS/ UB) que se desarrollará el 30 y 31 de agosto en Buenos Aires.


La Asociación ALADI, que cuenta con el Tratado de Montevideo vigente desde 1980, integrada por diez países sudamericanos, México y Cuba, es una organización que tiene una membresía que no se corresponde en exclusividad con una región económica o con una formulación de relacionamiento externo no acotado.

El estado actual de este fenómeno de integración es el de la búsqueda de identificar las formas que adoptará la integración, una idea esencialmente política.

El principio de proximidad geográfica y los orígenes históricos comunes están naturalmente en la base de la integración de esta zona. Por lo tanto lo importante es decidir si renovamos o no el crédito a la integración, si está vigente o no la voluntad política de ubicarnos en el mundo global como región.

De acuerdo con los analistas, la integración regional es una de las maneras de responder a los desafíos de la globalización, que nos obliga a trabajar en clave de asociación más inmediata.

La ALADI ha pasado por etapas distintas. En los ’60 con ALALC generó una gran expectativa, influida por los efluvios incipientes de la integración europea. En los ’80 se extiende una etapa ALALC – ALADI hasta los ’90. Pero será a partir del Acuerdo de Complementación Económica 59 (ACE 59) refrendado entre MERCOSUR y Comunidad Andina de Naciones (CAN) en diciembre de 2003, que se incorporará al activo instrumental en materia de comercio regional, un documento de real activación de la convergencia. Este es el primer hito en el recorrido de este mecanismo regional de integración.

En octubre de 2004 ALADI adopta a través de su órgano superior, el Consejo de Ministros, tres Resoluciones: 59, 60 y 61, que constituyen un verdadero protocolo adicional al Tratado del ’80.

La Resolución 59 establece las bases para la creación de una zona de libre comercio; la Resolución 60 se extiende sobre el nuevo rol de la ALADI y la 61 define políticas en relación con los países de menor desarrollo relativo.

Estas Resoluciones podrían haberse tratado de mera literatura adicional a la existente en materia de integración. Sin embargo su análisis exhibe un contenido definido. La R59 define los pilares para la construcción de este espacio de libre comercio; un pilar esencialmente comercial que se traduce en la facilitación de acceso a los mercados; un pilar normativo traducido en la adopción de normas de comercio; y otro pilar que se ocupa de los temas de servicios, energía y transporte pero que también apela a un elemento decisivo en la renovación del compromiso de la integración, que es el pilar académico.

Este proceso necesita de un agregado fundamental. En la Reunión de Cusco de Jefes de Estado de América del Sur (incluyendo Surinam y Guyana) de diciembre de 2004, se le endosó políticamente al Consejo de Ministros el mandato de trabajar hacia la configuración del espacio de libre comercio. Esto quiere decir que ALADI tiene un mandato, que será mandato formal cuando los países que la integran lo internalicen para transformarlo en acuerdo de alcance parcial.

El concepto de origen regional

¿Cuáles son los componentes básicos del espacio de libre comercio? Un espacio de libre comercio debe trabajar en normas de origen, en salvaguardias y en lo que se refiere a solución de controversias. Estos son temas centrales para su generación, máxime cuando el Acuerdo de Convergencia CAN – MERCOSUR crea un concepto que se adiciona al antiguo de certificado de origen y da nacimiento a uno nuevo: el concepto de origen regional. El tema de salvaguardias ha sido uno de los más sensibles en la negociación CAN – MERCOSUR. Mientras que solución de controversias es una respuesta natural a una combinación de fórmulas entre el sistema jurisdiccional de CAN y un sistema arbitral de MERCOSUR.

Un tejido de acuerdos en la región está indicando que en el año 2004, el 65% del comercio interregional estuvo constituido en base a los acuerdos de libre comercio; para el año 2007 se prevé que el 85% de este comercio estará regido bajo la forma de acuerdos de libre comercio o acuerdos preferenciales.

Por lo tanto hay una nueva agenda. La pregunta es cuál debe ser el relacionamiento de ALADI con CAN, MERCOSUR, con Cuba y con México y naturalmente con la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN). Este relacionamiento debe ser no competitivo; cada institución tiene un espacio y una competencia, cada organización dispone de instrumentos fundacionales también diversos. En definitiva, la integración merece esfuerzos coadyuvantes. Así lo ha entendido la CSN en la reunión de Cusco y en la que se proyecta habrá de ser la reunión de Brasilia del mes próximo. No se trata de un ejercicio endógeno al interior de ALADI el cumplimiento de este mandato de generar un espacio de libre comercio, sino un ejercicio de servicio a los mecanismos de integración y a estas formulaciones que aparecen hoy en el horizonte geopolítico.

Los aportes posibles de ALADI a la CSN se basan en el marco institucional, toda vez que los Jefes de Estado han aclarado que no desean incurrir en la reiteración de instituciones, con lo que se debe aprovechar la estructura institucional instalada. Por otra parte, la red de acuerdos bilaterales registrados en ALADI, que superan el numero de cien, podría desembocar en una red multilateral, en un espacio de libre comercio. Por último, ALADI puede ofrecer su experiencia y capacidad como referente institucional de la integración.

Graciela Baquero