Mercosur. Más Frustraciones, Menos Avances

Con cada reunión semestral, el MERCOSUR se aproxima más a una asociación político-ideológica y menos a un instrumento operativo de promoción comercial, inductor de inversiones y unificación de mercados, capaz de crear, en la clase empresarial, la tan necesaria ambición por renovar para promover el crecimiento de la región. En la 32ª Reunión de la Cúpula del Mercosur, realizada en enero, en Río, fueron mínimos los progresos en el sistema y hartas las amenazas de retroceso, señala en una nota de su autoría el director de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil. Para Mauro Laviola, los magros resultados de la última Cumbre de Mercosur, demostró que el bloque se encuentra sin rumbo definido. Sugiere la reformulación urgente de sus mecanismos, con la participación directa de los sectores privados, a los que no les faltarán elementos de juicio para colaborar en esa tarea, “por la condición de ser los verdaderos protagonistas de la integración continental”, asegura el dirigente empresarial brasileño en una nota que se reproduce a continuación.


Se multiplican  los conflictos entre los socios, por fuerza de la imposición extemporánea de una unión aduanera mal planeada, cuyos frutos negativos estamos recogiendo una década más tarde. Cuantos más desarreglos se producen en el  proceso, más discursos “filigranados” encuadran los encuentros, ahora salpicados de connotaciones geopolíticas tendenciosas y ya superadas. Últimamente, parece haberse puesto de moda invitar a nuevos socios a integrar el bloque, sin que tengan que cumplir una especie de período “pre-vestibular”, como ocurre en la Unión Europea.

 

En la 32ª Reunión de la Cúpula del Mercosur, realizada en enero, en Río,  fueron mínimos los progresos en el sistema y hartas las amenazas de retroceso.

 

La principal de ellas consistió en la sugerencia brasileña de propiciar al Paraguay y al Uruguay más facilidades en las reglas de origen vigentes, extendiendo al 75% y 70%, respectivamente, el valor de los insumos de terceros países utilizados en la  fabricación de productos destinados al bloque, con el intento de reducir las recurrentes asimetrías alegadas por aquellos países en relación a los dos socios mayores. La drástica reducción del porcentaje mínimo de integración regional al 25% y 30% podría inducir a triangulaciones de productos de terceros países y retardar, aún más, la consolidación de la unión aduanera. La delegación argentina frenó la medida, pero ésta continuará en pauta, porque el gobierno brasileño considera viable limitarla a determinados items y/o sectores y de forma temporaria, lo que disminuiría su impacto pero no redimiría el absurdo. Cabe registrar también, el desentendimiento gubernamental con relación a la nota pública de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), mostrando los inconvenientes de la propuesta y principalmente, la falta de consulta previa al sector productivo nacional.

 

Otro punto de reflujo fue el pedido de adhesión plena de Bolivia (similar al de Venezuela), que no fue formalmente aprobado, de cara a otra señal de buen sentido de la delegación argentina. Fue constituido un Grupo de Trabajo para examinar los aspectos técnico-institucionales de la cuestión, con un plazo de 180 días (prorrogables por igual período) para proveer un parecer técnico definitivo.

 

En el área operacional, los demás temas abordados fueron:

 

Doble Cobro de la Tarifa Externa Común (TEC) – tampoco prosperó la sugerencia brasileña de promover el libre tránsito de mercaderías no originarias por parte de Paraguay y Uruguay mas allá de lo previsto en las Decisiones 54/04 y 37/05.

 

En ese punto, es importante señalar que Paraguay se niega a ver reducida su renta aduanera, que representa cerca de 60% de los ingresos globales del país.

 

Convergencia de Venezuela – fue solicitado un esfuerzo de negociación, en febrero y marzo de este año, para fijar los detalles del cronograma de convergencia y liberalización tarifaria, así como la adaptación de la tarifa nacional de aquel país a la TEC del Mercosur. La expectativa es cerrar la negociación en abril y proseguir en la inserción de la normativa Mercosur en el ordenamiento jurídico venezolano.

 

Mercosur-Consejo de Cooperación del Golfo. Las partes aprobaron una declaración agendando el mes de junio próximo para la firma final del acuerdo de libre comercio Mercosur – Consejo de Cooperación del Golfo, que establecerá un plazo máximo de liberalización tarifaria de ocho años, instrumento sobre el cual algunos sectores industriales brasileños apuntan serios inconvenientes.

 

FOCEM – el Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur, tal vez el único registro positivo de la reunión, entrará en operación y financiará 11 proyectos de desarrollo de las economías menores del bloque - cinco de Uruguay, tres de Paraguay y otros tres para la Secretaría del Mercosur. Este año, contará con US$ 125 millones en caja, de los cuales US$ 87,5 millones son aportados por Brasil.

 

Temas importantes no tratados – contrariamente a lo esperado, diversos asuntos preminentes, de cuño institucional y comercial, no fueron siquiera mencionados en el encuentro, a saber:

- el contencioso brasileño argentino sobre las resinas PET

- el conflicto argentino-uruguayo sobre las “papeleras”

- la inminente asignatura del acuerdo bilateral Uruguay-EUA sobre inversiones y comercio (que al final fue concretado en la semana siguiente al encuentro) y que representa el embrión de un futuro Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los dos países, que si se concreta, desmontará irremediablemente, la Tarifa Externa Común ya exhaustivamente perforada.

- la fuerte negativa venezolana a la apertura en el área agrícola, tanto en el acuerdo Mercosur-Unión Europea como en la liberalización en el ámbito de la OMC, hechos que nos inducen a esperar serios impasses internos en un futuro próximo.

- eventuales avances logrados en el Código Aduanero Común, sin el cual no funcionará adecuadamente, cualquiera de los mecanismos inherentes a la operacionalidad de la unión aduanera.

 

Y así, “la nave va”, cada vez más sin rumbo definido, movida por una extraña mezcla de combustibles políticos, unos más carburantes que otros, produciendo una mezcla peligrosamente híbrida. Eso muestra cuánto precisa ser urgentemente reformulado, el mecanismo de ese barco. Para eso, seguramente, no faltarán a los sectores privados, elementos de juicio para colaborar en esa tarea, por la condición de ser los verdaderos protagonistas de la integración continental.

 

Mauro Laviola – Director de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil

Enero/2007

Mauro Laviola