No habrá nuevas barreras comerciales entre Argentina y Brasil
Líneas de crédito especiales para exportadores argentinos y programas de integración de cadenas productivas fueron algunas propuestas que se escucharon en Brasilia, durante el encuentro entre el canciller brasileño, Celso Amorim, y tres ministros argentinos que viajaron el martes con la orden presidencial de frenar el incipiente conflicto comercial. En la reunión se acordó que no habrá nuevas barreras y se conformó un grupo de trabajo que comenzará a funcionar el 4 de marzo. La controversia empezó a asomar varios meses atrás, cuando comenzó a acentuarse el saldo comercial negativo para la Argentina en el intercambio con su vecino, pero sin duda se agudizó hace poco, con la llegada de nuevos valores criterios para más de 800 productos de importación, dispuesto por la Aduana de este país. En enero pasado, el comercio bilateral se derrumbó más de 40%, y casi un 50% en el caso de las compras de Brasil a su principal socio.
Si bien la justificación de la adopción de la medida por parte de la Aduana de Argentina fue la necesidad de combatir la subfacturación y la evasión, desde varios sectores se dijo que la medida obedeció a una directiva para corregir el desequilibrio cada vez más pronunciado en la balanza comercial. En enero pasado, el comercio bilateral se derrumbó más de 40%, casi un 50% en el caso de las compras de Brasil a su socia.
Lo rescatable del encuentro del martes fue la decisión de ambos países de no tomar nuevas medidas que traben las exportaciones, y evitar de esa forma que el episodio se convierta en una escalada de amenazas y barreras comerciales, que en años pasados hicieron incluso peligrar la continuidad del Mercosur. En cambio, la gran desilusión fue para Brasil ya que Argentina mantendrá las licencias no automáticas que fijó para 1.200 productos importados el año pasado, así como los nuevos precios mínimos fijados por la Aduana para los sectores industriales más sensibles. Antes, había reducido de 24 a 12 meses el plazo para expedirse en casos de denuncias por dumping. Muchos esperaban que los funcionarios argentinos imitaran a la administración de Lula da Silva, que el mes pasado anuló las licencias no automáticas que había fijado su ministro de Desarrollo para 3.000 importaciones.
El secretario de Relaciones Económicas Internacionales argentino, Alfredo Chiaradía, relató que durante el encuentro Amorim pidió buscar alternativas "creativas", antes que insistir con las barreras comerciales. “Hablaron desde posibilidades de financiación a los exportadores argentinos hasta la integración de las cadenas productivas”, precisó. Por ahora, esas ideas serán materia de discusión en el grupo de trabajo que acordaron crear las partes, cuyo primer encuentro tendrá lugar en Buenos Aires el 4 de marzo.
El apuro en resolver la cuestión vino especialmente del lado de los funcionarios argentinos, que buscan despejar el camino para el viaje de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a San Pablo –concretamente, el 20 de marzo- para encabezar la exposición de la poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP). Nadie en su entorno quiere que la mandataria realice su visita en medio de un clima hostil, teniendo en cuenta que el titular de esa organización empresaria, Paulo Skaf, fue quien pidió al gobierno de su país que aplique barreras comerciales a los productos argentinos en represalia por las últimas medidas adoptadas para frenar la importación de artículos brasileños. De hecho, Amorim aclaró que la reunión que se desarrolló en Brasilia fue convocada por su par Jorge Taiana, que más tarde lo confirmó.
“Solicitamos esta reunión para hablar de los avances del comercio recíproco en el marco de la crisis primero financiera y luego económica y política internacional”, puntualizó Taiana y, a pesar de que el acuerdo alcanzado fue limitado, manifestó satisfacción por los resultados porque “nos llevamos distintas ideas para trabajar y áreas donde se puede avanzar”. A su turno, Amorim agregó que “fue una muy buena reunión, franca y positiva”, y ratificó la visita de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a San Pablo al igual que la presencia en Buenos Aires del Presidente Lula el 23 de abril.
Junto a Taiana viajaron a Brasilia la ministra de Producción, Débora Giorgi, y el titular del Ministerio de Economía, Carlos Fernández. En el contacto con la prensa en el Palacio Itamaraty, el canciller Taiana pidió “un comercio bilateral más equilibrado para superar el déficit de los últimos años”, paso ineludible para “avanzar en una mayor integración productiva”.
Sin embargo, también del lado brasileño hubo movimientos en los últimos días para activar un acuerdo. Para apaciguar los ánimos tras el enfrentamiento entre las cámaras industriales de ambos lados de la frontera, el presidente Luis Inácio Lula Da Silva recalcó que “la relación entre Argentina y Brasil es tan profunda que no hay diferencia que no pueda ser resuelta”. Tampoco fue coincidencia la visita del ministro de Asuntos Estratégicos de Brasil, Roberto Mangabeira Ugber, en momentos en que comenzaba la reunión en Brasilia. En Buenos Aires, Mangabeira se reunió con sindicalistas, funcionarios nacionales y referentes de la oposición, pero sobre todo con directivos de la Unión Industrial Argentina (UIA), a quienes convocó a unir fuerzas para enfrentar la crisis (ver nota aparte).
Contrapunto
Durante la conferencia de prensa ofrecida ni bien finalizó el encuentro en Brasilia, Taiana afirmó que las medidas adoptadas por Argentina “no son restrictivas y, por otra parte, hay una serie de medidas que la Argentina considera restrictivas por parte de Brasil; sabemos que no pensamos igual en todo, pero hay voluntad de buscar el acuerdo”. El canciller se refería a incentivos a la producción y la exportación que aplica Brasil, que agregan competitividad a su industria. A su turno, Amorim se declaró en desacuerdo con lo dicho por Taiana y apuntó que las licencias y los nuevos valores criterio fijados en Buenos Aires “son medidas contraproducentes para el propio desarrollo de la integración”, con lo que más tarde asintió el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega. “La decisión que hemos tomado es afrontar de manera comprensiva las dificultades que pueden presentarse en algunos sectores, buscando evitar el proteccionismo y mirando hacia el crecimiento del comercio", dijo Amorim para cerrar con un mensaje positivo.
El conflicto
El conflicto bilateral recrudeció a partir de la última disposición de la Aduana de la semana pasada para frenar la importación, que aumentó el valor criterio de unos 800 productos que van desde mochilas hasta instrumentos musicales, pasando por tarjetas de memoria y tubos de hierro y acero. La medida se tomó en forma “precautoria, para combatir la evasión fiscal y la subfacturación”, señaló el organismo oficial argentino a la hora de dar explicaciones. La directora general de Aduanas, María Silvina Tirabassi, aseguró que los nuevos valores criterio no buscaron "una guerra económica ni imponer una barrera discrecional” sino apuntar contra la subfacturación que “ataca a la industria nacional porque es competencia desleal: esta sí es la enemiga común de la Aduana y de los productores locales". En esa oportunidad la funcionaria había desestimado la posibilidad de que la iniciativa llevara a un conflicto grave con los industriales extranjeros, pero estuvo lejos de acertar. Poco después el presidente de la Federación de Industrias de San Pablo (FIESP) pidió represalias comerciales en respuesta de las medidas argentinas.
Por otra parte, un tema todavía no analizado por las autoridades argentinas es la caída de los precios internacionales por la crisis, operado en el último mes de 2008, que harían quedar desfasados a esos nuevos precios de referencia. En la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) aclararon que los valores fijados ahora no se corresponden con el escenario poscrisis. En la entidad advirtieron que si la protección consiste en colocar un valor de referencia con un sobreprecio del 15%, “se genera una reserva de mercado para que el producto nacional pueda subir, lo que va a afectar tanto a los precios internos como a la competitividad de las empresas locales", afirmaron sus directivos en declaraciones al diario La Nación de Argentina. La posibilidad de buscar otros mecanismos para controlar la subfacturación sin sobredimensionar los precios reales y –sobre todo- sin profundizar las diferencias con Brasil, serán eje del próximo Consejo Consultivo Aduanero, a fines de este mes.
Grupo de trabajo
El grupo de trabajo que se conformará para estudiar la problemática del comercio bilateral se reunirá el próximo 4 de marzo en Buenos Aires, con la consigna de buscar alternativas para que no sigan cayendo las exportaciones de ambos países debido a la crisis mundial, y sobre todo, tendrán la tarea de buscar caminos para reducir el déficit de la Argentina con Brasil. El rojo comercial para el primero ya lleva 70 meses y según datos publicados por la consultora Abeceb.com, las exportaciones a Brasil sumaron en enero u$s 608 millones, un 46,1% menos que en el mismo mes del año 2008, en tanto las importaciones llegaron a 641 millones, cifra que representa una baja de 51% en ese mismo período, y de 31,5% si se lo compara con diciembre último.
En este primer encuentro estarán al frente Chiaradía y el vicecanciller brasileño, Samuel Pinheiro Guimarães, quienes analizarán acompañados por sus equipos técnicos cómo llevar a la práctica algunas de las propuestas que se escucharon de Amorim. La primera que se barajó es la posibilidad de prever líneas de crédito especiales para exportadores argentinos a cambio de que Argentina retire las actuales licencias.
Particularmente el sector del calzado brasileño exigió al gobierno de Lula que tales préstamos se otorguen sólo con una contrapartida concreta, que asegure una cuota de ingreso de los productos brasileños al mercado vecino. El titular de la Asociación Brasileña de Industrias de Calzados, Milton Cardoso, condicionó la financiación “a una flexibilización de las restricciones (impuestas por la Argentina) y el compromiso de que estas restricciones no den lugar a una desviación del comercio a otros países, principalmente de Asia”, advirtió. El empresario insistió en que, para reducir las tensiones, los sectores de ambas naciones tienen firmado un acuerdo anual de exportación de hasta 18 millones de pares de zapatos brasileños.
Otro instrumento sugerido por Amorim que se pondrá bajo análisis es potenciar el uso del peso y el real en el intercambio comercial en detrimento del dólar para reducir los costos de las transacciones. En octubre pasado se lanzó formalmente el sistema de pagos en moneda local para el bloque pero la crisis mundial frenó todas las iniciativas e hizo que se pusiera el foco en evitar el cierre de empresas y bancos.
La propuesta de la integración de las cadenas productivas llevará más tiempo, reconocieron los funcionarios de ambas naciones, por lo que el lanzamiento de préstamos parecería ser el curso de acción inmediato. Sin embargo, Amorim reconoció que si bien hay algunas soluciones financieras, ellas “dependen de un análisis técnico más profundo de sus aspectos legales".
Otro tema que seguramente será abordado es la posibilidad de aplicar trabas a las importaciones chinas en forma coordinada. El canciller brasileño aceptó que "es tiempo de que el Mercosur tenga un mecanismo de defensa comercial común, a través de medidas compatibles con las normas de la Organización Mundial de Comercio".
Lo rescatable del encuentro del martes fue la decisión de ambos países de no tomar nuevas medidas que traben las exportaciones, y evitar de esa forma que el episodio se convierta en una escalada de amenazas y barreras comerciales, que en años pasados hicieron incluso peligrar la continuidad del Mercosur. En cambio, la gran desilusión fue para Brasil ya que Argentina mantendrá las licencias no automáticas que fijó para 1.200 productos importados el año pasado, así como los nuevos precios mínimos fijados por la Aduana para los sectores industriales más sensibles. Antes, había reducido de 24 a 12 meses el plazo para expedirse en casos de denuncias por dumping. Muchos esperaban que los funcionarios argentinos imitaran a la administración de Lula da Silva, que el mes pasado anuló las licencias no automáticas que había fijado su ministro de Desarrollo para 3.000 importaciones.
El secretario de Relaciones Económicas Internacionales argentino, Alfredo Chiaradía, relató que durante el encuentro Amorim pidió buscar alternativas "creativas", antes que insistir con las barreras comerciales. “Hablaron desde posibilidades de financiación a los exportadores argentinos hasta la integración de las cadenas productivas”, precisó. Por ahora, esas ideas serán materia de discusión en el grupo de trabajo que acordaron crear las partes, cuyo primer encuentro tendrá lugar en Buenos Aires el 4 de marzo.
El apuro en resolver la cuestión vino especialmente del lado de los funcionarios argentinos, que buscan despejar el camino para el viaje de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a San Pablo –concretamente, el 20 de marzo- para encabezar la exposición de la poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP). Nadie en su entorno quiere que la mandataria realice su visita en medio de un clima hostil, teniendo en cuenta que el titular de esa organización empresaria, Paulo Skaf, fue quien pidió al gobierno de su país que aplique barreras comerciales a los productos argentinos en represalia por las últimas medidas adoptadas para frenar la importación de artículos brasileños. De hecho, Amorim aclaró que la reunión que se desarrolló en Brasilia fue convocada por su par Jorge Taiana, que más tarde lo confirmó.
“Solicitamos esta reunión para hablar de los avances del comercio recíproco en el marco de la crisis primero financiera y luego económica y política internacional”, puntualizó Taiana y, a pesar de que el acuerdo alcanzado fue limitado, manifestó satisfacción por los resultados porque “nos llevamos distintas ideas para trabajar y áreas donde se puede avanzar”. A su turno, Amorim agregó que “fue una muy buena reunión, franca y positiva”, y ratificó la visita de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a San Pablo al igual que la presencia en Buenos Aires del Presidente Lula el 23 de abril.
Junto a Taiana viajaron a Brasilia la ministra de Producción, Débora Giorgi, y el titular del Ministerio de Economía, Carlos Fernández. En el contacto con la prensa en el Palacio Itamaraty, el canciller Taiana pidió “un comercio bilateral más equilibrado para superar el déficit de los últimos años”, paso ineludible para “avanzar en una mayor integración productiva”.
Sin embargo, también del lado brasileño hubo movimientos en los últimos días para activar un acuerdo. Para apaciguar los ánimos tras el enfrentamiento entre las cámaras industriales de ambos lados de la frontera, el presidente Luis Inácio Lula Da Silva recalcó que “la relación entre Argentina y Brasil es tan profunda que no hay diferencia que no pueda ser resuelta”. Tampoco fue coincidencia la visita del ministro de Asuntos Estratégicos de Brasil, Roberto Mangabeira Ugber, en momentos en que comenzaba la reunión en Brasilia. En Buenos Aires, Mangabeira se reunió con sindicalistas, funcionarios nacionales y referentes de la oposición, pero sobre todo con directivos de la Unión Industrial Argentina (UIA), a quienes convocó a unir fuerzas para enfrentar la crisis (ver nota aparte).
Contrapunto
Durante la conferencia de prensa ofrecida ni bien finalizó el encuentro en Brasilia, Taiana afirmó que las medidas adoptadas por Argentina “no son restrictivas y, por otra parte, hay una serie de medidas que la Argentina considera restrictivas por parte de Brasil; sabemos que no pensamos igual en todo, pero hay voluntad de buscar el acuerdo”. El canciller se refería a incentivos a la producción y la exportación que aplica Brasil, que agregan competitividad a su industria. A su turno, Amorim se declaró en desacuerdo con lo dicho por Taiana y apuntó que las licencias y los nuevos valores criterio fijados en Buenos Aires “son medidas contraproducentes para el propio desarrollo de la integración”, con lo que más tarde asintió el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega. “La decisión que hemos tomado es afrontar de manera comprensiva las dificultades que pueden presentarse en algunos sectores, buscando evitar el proteccionismo y mirando hacia el crecimiento del comercio", dijo Amorim para cerrar con un mensaje positivo.
El conflicto
El conflicto bilateral recrudeció a partir de la última disposición de la Aduana de la semana pasada para frenar la importación, que aumentó el valor criterio de unos 800 productos que van desde mochilas hasta instrumentos musicales, pasando por tarjetas de memoria y tubos de hierro y acero. La medida se tomó en forma “precautoria, para combatir la evasión fiscal y la subfacturación”, señaló el organismo oficial argentino a la hora de dar explicaciones. La directora general de Aduanas, María Silvina Tirabassi, aseguró que los nuevos valores criterio no buscaron "una guerra económica ni imponer una barrera discrecional” sino apuntar contra la subfacturación que “ataca a la industria nacional porque es competencia desleal: esta sí es la enemiga común de la Aduana y de los productores locales". En esa oportunidad la funcionaria había desestimado la posibilidad de que la iniciativa llevara a un conflicto grave con los industriales extranjeros, pero estuvo lejos de acertar. Poco después el presidente de la Federación de Industrias de San Pablo (FIESP) pidió represalias comerciales en respuesta de las medidas argentinas.
Por otra parte, un tema todavía no analizado por las autoridades argentinas es la caída de los precios internacionales por la crisis, operado en el último mes de 2008, que harían quedar desfasados a esos nuevos precios de referencia. En la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) aclararon que los valores fijados ahora no se corresponden con el escenario poscrisis. En la entidad advirtieron que si la protección consiste en colocar un valor de referencia con un sobreprecio del 15%, “se genera una reserva de mercado para que el producto nacional pueda subir, lo que va a afectar tanto a los precios internos como a la competitividad de las empresas locales", afirmaron sus directivos en declaraciones al diario La Nación de Argentina. La posibilidad de buscar otros mecanismos para controlar la subfacturación sin sobredimensionar los precios reales y –sobre todo- sin profundizar las diferencias con Brasil, serán eje del próximo Consejo Consultivo Aduanero, a fines de este mes.
Grupo de trabajo
El grupo de trabajo que se conformará para estudiar la problemática del comercio bilateral se reunirá el próximo 4 de marzo en Buenos Aires, con la consigna de buscar alternativas para que no sigan cayendo las exportaciones de ambos países debido a la crisis mundial, y sobre todo, tendrán la tarea de buscar caminos para reducir el déficit de la Argentina con Brasil. El rojo comercial para el primero ya lleva 70 meses y según datos publicados por la consultora Abeceb.com, las exportaciones a Brasil sumaron en enero u$s 608 millones, un 46,1% menos que en el mismo mes del año 2008, en tanto las importaciones llegaron a 641 millones, cifra que representa una baja de 51% en ese mismo período, y de 31,5% si se lo compara con diciembre último.
En este primer encuentro estarán al frente Chiaradía y el vicecanciller brasileño, Samuel Pinheiro Guimarães, quienes analizarán acompañados por sus equipos técnicos cómo llevar a la práctica algunas de las propuestas que se escucharon de Amorim. La primera que se barajó es la posibilidad de prever líneas de crédito especiales para exportadores argentinos a cambio de que Argentina retire las actuales licencias.
Particularmente el sector del calzado brasileño exigió al gobierno de Lula que tales préstamos se otorguen sólo con una contrapartida concreta, que asegure una cuota de ingreso de los productos brasileños al mercado vecino. El titular de la Asociación Brasileña de Industrias de Calzados, Milton Cardoso, condicionó la financiación “a una flexibilización de las restricciones (impuestas por la Argentina) y el compromiso de que estas restricciones no den lugar a una desviación del comercio a otros países, principalmente de Asia”, advirtió. El empresario insistió en que, para reducir las tensiones, los sectores de ambas naciones tienen firmado un acuerdo anual de exportación de hasta 18 millones de pares de zapatos brasileños.
Otro instrumento sugerido por Amorim que se pondrá bajo análisis es potenciar el uso del peso y el real en el intercambio comercial en detrimento del dólar para reducir los costos de las transacciones. En octubre pasado se lanzó formalmente el sistema de pagos en moneda local para el bloque pero la crisis mundial frenó todas las iniciativas e hizo que se pusiera el foco en evitar el cierre de empresas y bancos.
La propuesta de la integración de las cadenas productivas llevará más tiempo, reconocieron los funcionarios de ambas naciones, por lo que el lanzamiento de préstamos parecería ser el curso de acción inmediato. Sin embargo, Amorim reconoció que si bien hay algunas soluciones financieras, ellas “dependen de un análisis técnico más profundo de sus aspectos legales".
Otro tema que seguramente será abordado es la posibilidad de aplicar trabas a las importaciones chinas en forma coordinada. El canciller brasileño aceptó que "es tiempo de que el Mercosur tenga un mecanismo de defensa comercial común, a través de medidas compatibles con las normas de la Organización Mundial de Comercio".
Silvia Martínez