Proponen la generación de un Programa de Integración Productiva de Unasur

Unasur constituye un ámbito particularmente propicio para el desarrollo de la integración productiva. Hay claros aspectos objetivos y subjetivos, sostiene en un trabajo el embajador Hugo Varsky*, que se reproduce parcialmente a continuación.


En primer lugar las ingentes riquezas naturales a las que hay que agregar valor. El abordaje de la infraestructura y la logística, la complementación científica y tecnológica, el objetivo de la integración financiera, el Banco del Sur.

Las manifestaciones de interés expresas de países como Bolivia y Ecuador.

Los instrumentos públicos en desarrollo como los financieros y los logísticos.

La Unasur contempla, junto a los amplios temas sociales y culturales, la integración energética, de infraestructura, la protección del ambiente, la integración productiva e industrial, la complementación de los sistemas de ciencia, tecnología e innovación, la integración financiera y la cooperación en defensa y seguridad ciudadana. La construcción efectiva de estos objetivos implica compromisos y mecanismos; iniciativas concretas.

La conformación de los Consejos Suramericanos como espacios de articulación aún debe completarse de modo de involucrar todos los objetivos. Seguramente se deberá recurrir a una importante articulación de iniciativas existentes, de modo de interactuar y potenciarse.

Así, no es difícil advertir la existencia de una agenda convergente entre los objetivos políticos de la Unasur y los propuestos por el Mercosur, en general, y por el Programa de Integración Productiva (PIP) en particular.

No es casual que tanto la Unasur como el PIP hayan sido pergeñados en estos últimos años. Es que recién cuando las condiciones políticas fueron propicias se pudo avanzar en la construcción de una nueva agenda estratégica regional que, en definitiva, recuperara el espíritu progresista e industrializador con que el Mercosur fue inicialmente concebido, pero que, a poco de andar, fue dejado de lado por la convergencia neoliberal de los gobiernos de la región, principalmente en la última década del siglo pasado, que optó por priorizar las relaciones comerciales.

En este sentido, la Unasur y, en su medida, la Integración Productiva, son también manifestaciones del retorno de la política a la escena diplomática internacional, y reflejan lo que a su modo cada uno de los países de la región ha vivido durante estos años de profundas transformaciones –aún en marcha– en el campo de las relaciones internacionales.

La CELAC elaboró en su cumbre realizada en Caracas los días 2 y 3 de diciembre de 2011 el Plan de Acción 2012, y en el capítulo “Complementariedad y cooperación entre los mecanismos regionales y subregionales de integración” se acordó “valorar la posibilidad de celebrar una conferencia latinoamericana y caribeña sobre desarrollo productivo e industrial”. Como se aprecia, el desarrollo del Mercosur, del ALBA y de la CELAC hace de esta temática un asunto central del debate sobre las prioridades que la región debe adoptar.

En tal sentido se sugiere que el Plan Fénix, en su mirada regional, contribuya a que la Unasur impulse:

* Un relevamiento de los sectores productivos en condiciones de generar iniciativas verticales y horizontales de integración productiva.

* Estructuras específicas de cooperación y asociatividad interempresarial.

* Políticas públicas para el seguimiento del desarrollo de las cadenas de valor y las especializaciones nacionales.

* La convergencia de las políticas de ciencia, tecnología e innovación productiva con la IP.

* Políticas de financiamiento específico con instrumentos que aseguren el respaldo a iniciativas pluriestatales. Desarrollo de un Sistema de Garantías Regional que junto al FOPYME contribuya a la implementación de proyectos concretos. Contemplar los apoyos de instituciones de financiamiento regionales como el Banco del Sur y la CAF, entre otras.

* Continuidad del apoyo político explícito por parte de las más altas autoridades nacionales y regionales.

* La puesta en marcha de programas de intercambio interempresarial, con especial atención en las pymes, con participación de cámaras industriales sectoriales y estructuras territoriales que faciliten la identificación de oportunidades asociativas.

* En definitiva, la generación de un Programa de Integración Productiva de Unasur adecuadamente vinculada con el PIP del Mercosur.

* Búsqueda articulada de terceros mercados extrarregionales.

* Generación de una Mesa de Intercambio Operativo entre la Secretaría de Unasur, el Grupo de Integración Productiva del Mercosur (GIP) y las instancias que el ALBA y la CELAC ofrezcan.



Abogado. Embajador. Coordinador General de Integración Productiva y Pymes de la Cancillería argentina. Profesor universitario.

Nota publicada en la Revista del Plan Fénix “Voces” Nº 19, octubre 2012, coordinada por el embajador Hugo Varsky
Hugo Varsky