Próxima reunión de OMC en Buenos Aires
La etapa preparatoria de la Conferencia Ministerial de la OMC, a realizarse el año próximo en Buenos Aires, de hecho ya ha comenzado, sostiene Félix Peña en un tramo de su trabajo de octubre. Tiene al menos tres carriles, el oficial de la OMC, el del país sede, y el de los espacios no oficiales de los "think tanks". En un contexto de "sociedades enojadas", sería necesario desarrollar una suerte de "OMC de la gente", afirma.
Tiene al menos tres carriles. El primero es el de la preparación oficial en el ámbito de los órganos de la OMC. El epicentro es entonces Ginebra. El segundo es el de la preparación en cada uno de los países miembros, incluyendo el país sede de la Conferencia. En este caso los epicentros son las respectivas Capitales de los 164 países miembro y, sobre todo, de los que son más relevantes a la hora de formar decisiones y de crear reglas. Y el tercer carril es el que transcurre por fuera del ámbito oficial. Normalmente se desarrolla en espacios de reflexión orientados a la acción, esto es, de las múltiples variantes de "think tanks" y las redes transnacionales en los que ellos se insertan (ver al respecto, este Newsletter del mes de diciembre de 2015, en: http://www.felixpena.com.ar/).
Este ultimo carril brinda una excelente oportunidad para que "think tanks" de la Argentina, como país sede, y de países latinoamericanos -especialmente los del Mercosur y Alianza del Pacífico, que son junto con Cuba, los que más tradición tienen en los ámbitos de la OMC, y antes del GATT-, interactuando con think tanks de otras regiones, puedan efectuar contribuciones sobre el diseño de una nueva etapa de la gobernanza comercial global. No se trata, por cierto, de una actividad oficial. Pero sí es una actividad que puede tener marcada incidencia en el desarrollo de la agenda oficial de la Conferencia y en sus resultados.
Es, en tal sentido, una excelente ocasión para que, de tal manera, la región intente tener un protagonismo activo y asertivo en el plano del futuro desarrollo del sistema multilateral del comercio internacional.
En tal sentido, el hecho que se reconozca que la globalización y el Sistema multilateral del comercio internacional, están en un punto de inflexión hacia lo que será una etapa diferente a la que ha predominado desde la creación del GATT, abre espacio para un liderazgo regional -o al menos de los países latinoamericanos interesados en tener influencias constructivas-.
Se observa además -especialmente en Europa e incluso en los EEUU- una fatiga o mal humor de las ciudadanías con respecto a la globalización comercial y a los mega-acuerdos interregionales, tipo el Transatlantic Trade and Investment Partnership e incluso el TPP.
Como señalaba Enrique V. Iglesias, en su rica y estimulante presentación en la XXa. Conferencia de la CAF-Banco Latinoamericano de Desarrollo, realizada en el mes septiembre pasado en Washington DC, "las sociedades están enojadas". Se sienten marginadas, y no entienden y tampoco tienen participación, en las negociaciones comerciales internacionales, de las cuales muchas veces surgen reglas que inciden en sus posibilidades de acceder a empleos productivos y en otras cuestiones de alta sensibilidad social. El mal humor de las sociedades, junto con una economía que está confusa y con políticas internacionales desorientadas, son tres factores que inciden hoy en un cuadro internacional complejo (ver la presentación de Enrique V. Iglesias, en https://www.youtube.com/).
El hecho de que las sociedades estén enojadas, quizás debería conducir a poner mucho el acento, en la etapa preparatoria de la próxima Conferencia de Buenos Aires, en cómo desarrollar lo que podría denominarse una "OMC de la gente". De allí que el tema de la transparencia en las negociaciones comerciales internacionales y en la propia OMC, podría ser uno de los ejes temáticos de los debates que puedan desarrollarse en esta preparatoria de la Conferencia.
También existe preocupación con respecto a las ya mencionadas tendencias a la fragmentación del sistema comercial internacional, por el efecto erosión de las reglas de la OMC que podrían ser la resultante de la proliferación de mega-acuerdos interregionales preferenciales.