Recuperar el orgullo de hacer política y crear un pensamiento estratégico de integración

"La región hoy es mucho más soberana y respetada en el mundo. El Mercosur, a pesar de sus enemigos, está vivo y funcionando., señaló Lula Da Silva en el marco del Congreso de RS, que lo recibió con 2.000 personas de pie, ovacionándolo. Llamó a la juventud a recuperar la política, en momentos de movilización que algunos usan para desacreditar al sistema partidario. Sin política no hay solución, y no hay democracia, afirmó. En otro párrafo de su intervención, se refirió a los gobernantes que no quieren trabajar por la paz, en directa alusión a EEUU, en consonancia con la presidenta Dilma Rousseff, que denunció ante la ONU, un conflicto con ese país por el tema del espionaje cibernético.


Presidente de la República Federativa de Brasil, desde 2003 a 2010, por el Partido de los Trabajadores. En su trayectoria personal y política mantuvo un compromiso firme con la democracia, la reducción de la pobreza, el combate al hambre y la erradicación de la miseria.

Sobre la situación en la región, el dirigente político dijo que "por más que los conservadores intenten negarlo, América del Sur avanzó mucho en los últimos diez años. Todos nuestros países viven en democracia. Crecen y se desarrollan con distribución del ingreso e inclusión social".

"La región hoy es mucho más soberana y respetada en el mundo. El Mercosur, a pesar de sus enemigos, está vivo y funcionando. Creamos la Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC", señaló, y añadió que la integración "puede –y debe– ser más profunda y abarcativa".

Para ello, el ex presidente aseveró que se necesita un "pensamiento realmente estratégico que encare los problemas estructurales de integración, que presente soluciones para los desafíos de integración física, energética, productiva, socio-laboral, cultural, ambiental y financiera".

El ex presidente, que antes de brindar su conferencia recibió el título Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, expresó que tuvo “el gusto y la felicidad de ser presidente de Brasil en un momento de oro para América Latina y América del Sur. Salimos de un régimen autoritario y conquistamos la democracia. Hugo Chávez ya estaba en el poder desde hacía dos años, Néstor Kirchner vino después, ya estaba Ricardo Lagos y posteriormente vino Michelle Bachelet. Después vino una sucesión  extraordinaria de personas que fueron elegidas presidentes. Y tuve el gusto de convivir con Kirchner y también con Chávez. Dos personalidades polémicas y con un carácter realmente inatacable. Dos personas que pensaban principalmente en los más pobres. Y pienso que aún no logramos hacer todo lo que tenemos que hacer. Pero es innegable que nuestra querida América del Sur y América Latina están mejor de lo que estaba hace 10 o 15 años”.

“Nunca se me olvida, creo que fue al principio del año 2006, acá en Argentina, en la ciudad de Mar del Plata cuando rechazamos la propuesta del ALCA que se nos imponía en nuestra querida América del Sur. Juntos creamos la Unasur, juntos creamos el Consejo de Defensa de la Unasur, la CELAC, la Reunión de América del Sur y África y la Organización de América del Sur Oriente Medio. Creo que eso marca la diferencia para el momento en que vivimos, por eso quiero hacer un homenaje al compañero Chávez y al compañero Kirchner”.
 

Fuera de la política no hay solución

“Y hay una cosa muy importante, quería hablarle un poco a los jóvenes acá presentes: En este momento de Primavera Árabe, de manifestaciones en muchos países del mundo, incluso en Brasil o Portugal, algunas personas tratan de negar estos movimientos, y algunos tratan de negar inclusive la política. Me parece que aquí todos son conscientes, de que si hay algo importante en la democracia, es el movimiento de la sociedad. La democracia no es un pacto de silencio, la democracia es una sociedad en constante movimiento buscando nuevas conquistas, mejorar la calidad de vida. Y quería decirles a los jóvenes, que muchas veces veo en algunos medios de comunicación, o comentaristas, aunque no son todos, que tratan de desacreditar a la política. Y quiero aprovechar de decirles a los jóvenes argentinos lo que también suelo decir en Brasil: fuera de la política no hay solución. Fuera de la política hay autoritarismo, fascismo, nazismo, cualquier cosa, menos democracia. Por eso les digo que ustedes, jóvenes latinoamericanos, que deben saber que mucha gente murió en este continente buscando la conquista de la democracia y Argentina tiene un montón de ejemplos. No se saca nada con negar la política y decir que Lula no sirve para nada, que Cristina no sirve para nada. Por Dios. Entonces entren ustedes, porque quizá el político que quieres tú, está dentro de ti mismo. Así que creo que estamos en un momento de fortalecer a la política, y hacer una política con P mayúscula para que nos sintamos orgullosos del partido que defendamos, del diputado, gobernador, alcalde, presidente o presidenta que hemos elegido. Porque vieran ustedes qué extraordinaria que es la política. Quién hubiera imaginado a América del Sur, a América Latina con 4 mujeres presidentas porque ya cuento con la elección de Michelle Bachelet como presidenta de Chile”, sostuvo Lula.

“Al fin y al cabo, queridos compañeros, solamente la democracia pudo permitir que un negro haya sido electo presidente de EE.UU. y un indio elegido presidente de Bolivia y que un metalúrgico haya sido presidente de Brasil. La única de forma de conseguirlo es la democracia. Que un ex preso político, como Pepe Mujica haya sido elegido presidente de Uruguay. La democracia es una cosa extraordinaria”, dijo Lula, arrancando aplausos de la concurrencia.


La RS según Lula Da Silva

“La responsabilidad social se ha convertido en un tema cada vez más complejo en el cotidiano de las empresas y en el universo de personas con las que ellas se relacionan. He notado prácticas empresariales socialmente responsables. El actual Secretario de Energía convocó a los empresarios para debatir en el Foro Económico Mundial de 1999. Posteriormente, fue construido el Pacto Global al que se han adherido más de 5 mil organizaciones empresariales de 130 países, dando origen a la norma de responsabilidad social ISO 26 mil.

“Vale la pena repetir el concepto de responsabilidad social que define la norma de esa manera: “la Responsabilidad de una organización sobre los impactos de sus decisiones de actividades en la sociedad y el medioambiente, a través de un comportamiento ético y transparente. Por no tratarse de una norma fortificadora, la ISO 26000 distingue y dignifica aún más a las empresas que adoptan, con carácter voluntario, sus principios”. Y para demostrar el alcance del compromiso con este tema, esta es la primera norma ISO que desarrolló como participación directa de una empresa latinoamericana que, coincidentemente, es una empresa brasileña: Petrobras.

“El momento de hoy, por lo tanto, constituye una excelente oportunidad para intercambiar experiencias e interacción entre empresas y gobiernos.

“En el momento de asumir la Presidencia de Brasil, en el país se gobernaba para una tercera parte de la población y no para el resto. ¿Y qué milagro hicimos nosotros? El milagro de hacer que los pobres pasaran a formar parte de la solución de nuestro país. Y así lo hicimos.

Oponiéndose a la teoría del derrame, Da Silva probó su inoperancia contando que “desde 1950 al 1980, o sea en 30 años, la economía brasileña fue una de las que más creció en todo el mundo a un promedio 7% al año de crecimiento. Cuando nos imaginábamos que la torta estaba grande y que todo el mundo iba a comer de ella, nos dimos cuenta que unos pocos se habían comido la torta y para el pueblo no sobró nada”.

“Como ustedes saben, Brasil es un país que se caracteriza históricamente por una profunda desigualdad social y racial, desde los tiempos de la colonia. La evolución económica, política y social, excluyó a la mayoría de la población de los beneficios de todas esas riquezas, negando derechos y marginando a los pobres. En ese sentido, no tenemos una historia muy distinta a los otros países latinoamericanos. Hemos pasado de la colonización a otras formas de dependencia económica y política: regímenes autoritarios o las décadas de 1970 y 1980 hizo coincidir el destino histórico de la mayor parte de los países latinoamericanos.

“Logramos superar, casi al mismo tiempo, cada país de acuerdo a su propio suceder político, pero siempre dando como resultado una movilización social, en pro de una vía a la democracia. La democracia se reconquista y es un valor que se aprecia. Fue la democracia la que permitió superar las ataduras de las experiencias del neoliberalismo en América Latina, desde una perspectiva de la modernización económica, los gobiernos neoliberales sumieron en la  miseria toda la construcción del patrimonio público, a finales del siglo XX. Y a principios del siglo XXI cuando se demostró el carácter de exclusión de aquel modelo, muchos países optaron por escoger gobiernos comprometidos con el desarrollo y la inclusión social. De esta manera fue que en Bolivia, un trabajador indio fuera electo presidente, caracterizando las transformaciones de este fenómeno están Chile y Argentina, después en Brasil y Costa Rica donde constituye una señal para América Latina, que un estado gobierna con este nuevo modelo. Lo hacen en Venezuela, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Nicaragua y otros países sudamericanos.

“Sobre esta experiencia, deseo conversar con ustedes para mostrar que la actitud social de las empresas es clave para el proceso de cambios que vivimos”.

"Yo creía, casi ciegamente, en la idea de la integración latinoamericana, dijo Lula. Creía en esa  idea porque no podía entender cómo los países podían vivir con 16 mil kilómetros de frontera por toda América del Sur y siguieran mirando hacia Europa y EE.UU. mientras que no nos ocupáramos de establecer entre nosotros mismos una alianza que pudiera mostrar que era posible, a partir de nuestra propia realidad, darle más dinámica a la política en América Latina", dijo.
 

El Mercosur antes que la Alianza del Pacífico

“Tuvimos peleas muy fuertes para convencer a las personas de que sí se podía establecer una relación más estrecha entre nuestros países, inclusive todavía hoy hay gente que se queja y que dice que sería mejor participar de este nuevo acuerdo, que es la Alianza del Pacífico. Y yo quisiera recordarles a esas personas que, cuando llegamos a la presidencia en 2002, la relación comercial entre Brasil y los otros países del Mercosur eran únicamente 6 mil millones de dólares. El año pasado ascendió a 50 mil millones de dólares.

“El flujo comercial en América del Sur era de 15 mil millones de dólares y hoy es de US$ 70 mil millones y en América Latina, de US$ 20 mil millones saltamos a US$ 90 mil millones mientras que, con nuestra querida Argentina pasamos de US$ 7 mil millones pasando a US$ 34 mil millones el año pasado y podríamos llegar a los US$ 40 mil millones cuando nosotros entendamos de una vez y por todas que Brasil y Argentina no pueden entrar en conflicto alguno, porque uno complementa al otro.

Destacó también su preocupación por cómo cumplir el sueño de la integración “si no construimos los puentes, si no tenemos  buenas telecomunicaciones, si no tenemos líneas férreas, carreteras, si no tenemos un desarrollo compartido”, si no tenemos esto “no vamos a construir una integración verdadera”.

“Aquí en América Latina podríamos hacer algo muy fuerte y por eso creo que tenemos que aprender mucho. A veces tenemos diferencias por nada, por cosas en vano. Pero nosotros tenemos instrumentos propios para defendernos. Cada vez que tenemos diferencias, corremos a la Corte de la Haya, a la OEA. Tenemos instituciones creadas para solucionar nuestras diferencias y entonces así la integración se hace más fuerte”, dijo, refiriéndose sesgadamente al conflicto argentino-uruguayo.
 

El diálogo social

“Cuando asumimos el mandato, no había otro camino  que no fuera el de gobernar para todos a través de una alianza política y de un profundo diálogo con todos los sectores. Nos preparamos para eso desde la campaña, tuvimos reuniones con los sectores empresariales, con los sindicatos, movimientos y organizaciones sociales y esos consejos fueron el boom del llamado Consejo Nacional del Desarrollo Económico y Social, creado en el 2003 como una sola  interlocución entre la presidencia de Brasil y la sociedad. La composición de ese consejo no hizo distinción entre carácter político ni ideológico, estando presentes empresarios que inclusive habían acompañado a otros candidatos, quienes se sentaron junto con nosotros en la tarea de repensar el país.

Se discutieron intensamente nuevas políticas de programas de gobierno con el objetivo de recuperar el crecimiento económico, en beneficio del pueblo. Asimismo, celebramos decenas de conferencias nacionales en las cuales participaron personas para tratar los diversos niveles de exclusión y se establecieron subsidios importantes para las políticas públicas que se adoptaron en las áreas de salud, medioambiente, educación por nombrar algunas. El diálogo social fue de gran ayuda para devolverle la autoconfianza que es una condición necesaria para cualquier política de desarrollo social. Entendimos que nadie puede gobernar solo un país con las dimensiones y la complejidad del Brasil”.

Durante los años de gobierno de Lula Da Silva, se generaron 15 millones de empleos. Entre 2003 y 2009, 27,9 millones de personas salieron de la pobreza, mientras 35,7 millones ascendieron a la clase media. Terminó su segundo mandato con el 87% de aprobación, volviéndose uno de los presidentes más populares de la historia de Brasil y uno de los políticos más respetados del mundo.

Por último, el ex primer mandatario, hizo una crítica a “los gobernantes que no quieren trabajar por la paz”, denunciando los altos gastos militares de EEUU y su actuación en Irak, Libia y Siria, tomando este accionar como una muestra de completa y franca falta de responsabilidad social. Lo hizo en consonancia con la presidente Dilma Rousseff, que denunció ante la ONU, un conflicto con ese país por el tema del espionaje cibernético.

La visita de otro presidente latinoamericano

También en Buenos Aires, el presidente de Bolivia Evo Morales, recibió un doctorado honoris causa en la Universidad de Lanús. En la Plata, junto a estudiantes de periodismo, destacó que “para profundizar el proceso, necesitamos descolonizar a los medios”. “No soy un experto en comunicación pero sé cómo los pueblos somos víctimas de los distintos medios de comunicación”, sintetizó el primer mandatario al ser nombrado profesor honorario de una cátedra de la Universidad de La Plata, ciudad donde, además, fue distinguido como Visitante Ilustre.

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